Mavi Mestre, en las escaleras del rectorado de la Universitat de València. Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. Hay expectación. Tanto que se ha tenido que habilitar el Aula Magna para acoger a todos los invitados. En la Universitat de València se plantearon incluso realizar la ceremonia en el claustro, al aire libre, instalando sillas plegables en torno a la escultura dedicada a Luis Vives, pero seguían faltando asientos. No les salían las cuentas.
Este martes el Paraninfo de La Nau, la sede histórica de la entidad académica, acogerá el solemne acto de investidura de Mavi Mestre como rectora. Mestre hace historia. Es la primera mujer al frente de la cinco veces centenaria universidad. Asimismo pasa a detentar el principal cargo de la universidad pública más importante de la Comunitat. Dos elementos que revelan hasta qué punto el acto de este martes, con toda su pompa y boato, tiene un elevado componente metafórico.
La sesión contará con la presencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y de lo que desde la Universitat describen como “una amplia representación académica, política y social”. Durante la ceremonia, que empezará a las doce del mediodía, se le entregará a Mestre la vara de mando y la medalla de rectora, elementos distintivos del Rectorado junto a la vestimenta académica (birrete y vestimenta de color negro).
Será el día de los grandes discursos. Será el día en el que se despida el anterior rector, Esteban Morcillo, tan poco dado a las efusividades. También hablará el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Pero, por supuesto, hablará la rectora, Mavi Mestre, la protagonista, la mujer que ha roto todos los techos de cristal posibles.
Atendiendo a ese carácter simbólico, la investidura abrirá y cerrará con los dos himnos universitarios más históricos. El Orfeón Universitario interpretará el ‘Veni creator’ al inicio de la sesión y cerrará con el tradicional ‘Gaudeamus Igitur’. El primero, escrito por Rabano Mauro en el lejano siglo IX, es “uno de los himnos más bellos y conocidos de la Iglesia latina”, en palabras del Papa emérito Benedicto XVI. El segundo es el himno universitario por excelencia, y aunque es más reciente, del siglo XVIII, no se sabe cuál es su origen exacto.
En él se incluye una estrofa que explica porque ha sido tomado como himno por todas las universidades: “Viva la Universidad,/ vivan los profesores./ Vivan todos y cada uno/ de sus miembros,/ resplandezcan siempre”. Esas frases resonarán al acabar la sesión, cuando Mestre, ya con el birrete y la vestimenta negra, enfile la salida ya como rectora, con todos los honores. Un hecho que supondrá un punto y aparte en 500 años de historia.
