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ROCAFORT

"Como un vecino más"

La Generalitat mueve ficha y plantea negociar la compra de Villa Amparo, la casa en la que vivió Machado

25/11/2017 - 

VALÈNCIA. La reunión tuvo lugar este viernes a primera hora de la mañana en las dependencias del Palau de la Generalitat. Por un lado, el presidente Ximo Puig; por el otro, el alcalde de Rocafort, Víctor Jiménez. La cita se había tenido que aplazar por cuestiones de agenda del president. En ella, sobre la mesa, varios asuntos pero uno especialmente relevante a nivel patrimonial: ¿Qué hacer con Villa Amparo?

La casa en la que estuvo acogido durante más de un año Antonio Machado está en la actualidad a la venta a un precio, 2,4 millones de euros, prohibitivo para las arcas municipales… pero quizá no tanto para las de la Generalitat. Y ésa fue la buena noticia que se llevaron de vuelta a Rocafort el alcalde y sus acompañantes: la Generalitat tiene intención de negociar su compra. Y ese primer paso era imprescindible.

Puig, que conocía el asunto, estuvo acompañado por Toni Such, que en la actualidad ocupa el cargo de director general d’Administració Local de la Generalitat. Por su parte, Jiménez contó a su lado con el concejal de Urbanismo, Eduard Ramírez, y el presidente de la asociación de vecinos Antonio Machado de Rocafort, Enric Albiach. 

Los representantes municipales tenían sobre la mesa un reto: convencer a la Generalitat de que la estancia de Machado en Rocafort no fue ni mucho menos un casual. Visto de manera superficial, 15 meses en 64 años de vida pueden parecer pocos, pero ese año y tres meses que pasó en la localidad valenciana no fueron meses de tránsito sino de despedida, el último aliento antes de partir para “un país vecino”, que cantaba Joan Manuel Serrat, y fallecer en Colliure; fue un año y medio donde, mientras el país se venía abajo, Machado aún encontraba motivos para la esperanza paseando entre campos y acequias, observando atardeceres y recolectando amaneceres desde la torre de su casa, tras largas noches en vela escribiendo.

Rocafort fue más que una casualidad en su vida; fue su último hogar. Y Villa Amparo, que había sido requisada por el gobierno de la República a la familia Báguena, sus legítimos propietarios, pasó de ser su refugio ocasional al postrero de sus domicilios. Una casa que siempre entendió que era de prestado. De ahí su obsesión, relatada por su sobrina Leonor en 2009, de que no se rompiera nada, de que todo quedara como estaba.

Allí, en Villa Amparo, Machado se reunió con intelectuales de la talla de María Zambrano, Max Aub, Tristan Tzara, Octavio Paz, Juan Gil-Albert, María Teresa León, Rafael Albertí, León Felipe… Su estampa paseando solitario por Rocafort y alrededores se tornó habitual durante ese año. Andando por la huerta le dibujó Ramón Gaya.

“Una persona agradable y sencilla”

Y también quedó en la memoria de los vecinos. En el libro Historias de vida en Rocafort, el que fuera propietario de El Rosaleda, Pascual Alfonso Andrés, recordaba la estancia del poeta. “Se trataba de una persona agradable y sencilla. Ninguno sabíamos quién era, pero se comportaba como un vecino más del pueblo. Yo en diversas ocasiones me crucé con él en la calle y nos saludábamos cordialmente con un simple ‘buenos días’ o una frase cotidiana de buena voluntad entre vecinos”, explicaba.

¿Qué es lo que le sedujo? En primer lugar, la paz que se vivía en el pueblo. El comité del Frente Popular de Rocafort estaba comandado por Ramón Fontestad, un vecino cuya principal obsesión era que ningún paisano fuera represaliado por sus ideas. De ahí que durante el periodo de guerra “ningún hijo del pueblo ni ningún veraneante fueron víctimas de la contienda”. Junto a ello, el paisaje, que le maravilló y al que aludió en poemas. Y, cómo no, la bonanza de un clima que le animó a su última gran etapa creativa, las más concienciada socialmente, y que sólo el desarrollo y final de la guerra pudo amputar.

Un vínculo que no es anécdota

Rocafort ha empezado a poner en valor desde hace unos años su vinculación con Machado. Sin ir más lejos la localidad inauguró este viernes tarde unas jornadas en torno al poeta que acogerá la Casa de Cultura hasta el próximo domingo. Son los actos centrales que la Red de Ciudades Machadianas celebra cada año y que tienen lugar en esta ocasión en el pueblo valenciano con motivo de su presidencia del colectivo, que ostentará hasta marzo de 2018. La población forma parte de la Red desde 2015, junto a Sevilla, Soria, Baeza, Segovia y Colliure. Entre los actos previstos, la presentación de un libro de Monique Alonso, Rocafort, Antonio Machado, que explora esa relación.

Un lazo que puede cobrar una nueva dimensión y que posiblemente irá a mayores, ahora que la Generalitat se ha sumado al interés por recuperar Villa Amparo para el uso público. La apertura de la negociación con la familia Báguena, que irá unida a la puesta en marcha de un proyecto acorde a la casa, puede ser el aldabonazo definitivo para ello.

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