MÁS ALLÁ DEL CONSUMO ESTACIONALIZADO

Dicoval ve con la campaña de Navidad 2016 "un punto de inflexión" en el consumo de vinos y champagnes

| 08/12/2016 | 5 min, 52 seg

VALENCIA. La empresa distribuidora y comercializadora Dicoval es una compañía idónea para testar cuál es el estado de consumo de vinos y champagnes de alta gama en la ciudad en este 2016. Una de sus principales campañas es la de Navidad, último reto de un ejercicio que según Javier Monedero, gerente de la empresa, "está significando un punto de inflexión tras la etapa de crisis". 

Este año ha supuesto también para la compañía valenciana el del cumplimiento de "un sueño: abrir nuestro showroom (C/Duque de Calabria, 18)". Esa tienda en la que tienen un trato directo con clientes mayoristas, profesionales y clientes particulares, es un reflejo de cómo ha cambiado el mercado desde que en 2007 la empresa tocara una cima de ventas con la celebración de la primera edición en Valencia -la 32ª- de la Copa América. 

Desde 1990, con un exponencial crecimiento durante la década pasada, la empresa lidera la exclusividad en la distribución de 400 referencias. Entre ellas, para la zona de Levante, algunas como Moët Chandon, Veuve Clicquot, Dom Pérignon, Krug, Numanthia, Vega Sicilia, Enate, Hispano-Suizas, Enrique Mendoza y Marqués de Griñón, entre otras. Enfocada también a la divulgación y fomento de la cultura del consumo de estas bebidas, Dicoval también ha fijado parte de su estrategia en cursos de formación, catas y enoturismo.

Aprovechamos el contexto para pulsar con Monedero la situación del sector y del consumo a partir de las 400 referencias que maneja:

-A partir del comportamiento en el consumo de la presente campaña, ¿cómo valora este 2016?
-Es un año que podríamos considerar de inflexión. La campaña, que sigue en marcha, está más animada que durante los últimos años. Hay más consumo por parte de empresas y por parte de particulares. Por nuestra relación con los restaurantes gastronómicos creo que se puede decir que ya es imposible encontrar una mesa los días 16 y 17 de diciembre en Valencia, algo que llevaba años sin pasar. Es una gran noticia.

-¿Cómo ha sido este periplo desde el boom del año 2007 con la Copa América?
-Hasta ese año se movía más dinero. Había alegría en el consumo porque el acceso al dinero era más sencillo; se gastaba más. A partir de 2009 cayó en picado. Las campañas de Navidad se habían convertido en inexistentes para la mayoría de empresas. Esto provocó que los profesionales empezaran a no estocar. Pasamos a funcionar día a día, así que ese servicio pasó a ser nuestra prioridad.

-¿Cómo cambió la operativa de la empresa con respecto a esa necesidad? ¿Cambió el organigrama, el tipo de servicios?
-Totalmente. En 2007 nosotros trabajábamos para el grupo Louis Vuitton Moët Hennessy, que era el principal patrocinador de la prueba. Eso provocó la llegada de hoteles de cinco estrellas, pero entonces ya éramos conscientes de que dependía de una población 'flotante' de 300.000 personas y activos como una Feria consolidada. Lo que no esperábamos era pegarnos, de repente, el golpe. Tuvimos que reinventarnos, que es algo que va más allá de bajar márgenes. Tienes que reiniciar la estructura comercial, logística y financiera.

-Especialmente la logística.
-Sí. Ahora es fundamental y es necesario estar bien dotado para una logística que funciona casi al día. También ser competitivo con los márgenes, porque obviamente se reducen.

-Entre otros movimientos, la creación de un showroom para la empresa.
-Era una idea que manejábamos desde hacía muchos años. Es importante tener un espacio para ofrecer catas, para dejar que todo tipo de clientes conozcan de primera mano el producto. Y tenemos vinos de todo tipo. Vinos de alta gama que pueden salir por 30 euros y cuya experiencia es distinta si podemos completarla con una cena maridada, con la explicación de un enólogo... También es la posibilidad de tener unas oficinas mucho más actuales, próximas al cliente de hoy día.

-¿Cómo es ese nuevo cliente en Valencia?
-Ahora mismo el nuevo cliente tiene mucho que ver con la búsqueda de los vinos clásicos. El adjetivo clásico se ha malinterpretado durante mucho tiempo porque quiere decir 'lo que nunca pasa de moda'. Hemos notado que hay una vuelta a ese tipo de vinos, de vinos de 16 a 30 euros que sí hay un público dispuesto a pagar. También hay una nueva y joven burguesía en la ciudad; pequeña, pero que crece poco a poco. Todo eso se combina con un consumo más formado y con la llegada del vino por copas en barra, tanto blancos como tintos, con precios bastante competitivos a partir de esa realidad.

 -¿Y hay más eventos en torno a esos nuevos públicos?
-Hay cada vez más, en cualquier caso menos de los de esa época a la que hemos hecho referencia, pero los pocos que hay son cada vez más selectos, más cuidados, hacia un mayor prestigio. En el próximo curso van a abrir al menos tres hoteles de cinco estrellas en la ciudad, también una joyería de altísimo nivel y todo ello tiene alrededor un consumo de marcas que nosotros manejamos. En esa tendencia han empezado a aparecer operadores como Marina Beach Club, proyecto por el que nadie daba un duro y que ha aportado nuevos consumos. Pero sobre los eventos en la ciudad, puedo decir que los hay con caterings y vinos premium. Pequeños, selectos, glamurosos y cada vez más. 

-Más allá de Möet, ¿qué marcas han prosperado en los últimos años?
-Por ejemplo, Vega Sicilia, que es un vino que escasea. También los blancos de alta gama o de autor. Cavas de muy alto nivel que, a mi parecer, se van a ir imponiendo en España. Somos un país donde debería prosperar ese consumo.

-Con la apertura del mercado de vinos a los actos de maridaje y gastronómicos es cierto que el champán ha ido abriéndose a otros públicos. ¿Se ha desligado definitivamente de la celebración?
-Creo que esa batalla está ganada y consolidada. El consumidor de champán empieza la cena o la comida con el mismo producto con el que la acaba. Se ha ido desestacionalizando. Eso sí, sigue siendo un regalo estrella en Navidad. Igual que los vinos blancos de alta gama que ya la gente sabe que puede beber a la temperatura adecuada a lo largo del año. Ambos son un buen regalo por estas fechas y eso se nota en la facturación.


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