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con 'Jibril’ y ‘The Hungry Lion’

El acoso en aulas japonesas y el amor en una cárcel alemana tejen la quinta jornada de Cinema Jove

25/06/2018 - 

VALÈNCIA. Henrika Kull ya rodó en 2005 un corto documental, Absently present, sobre la relación entre una mujer y un preso. Posteriormente pasó mucho tiempo en prisiones hablando con reos como preparación para Jibril. “Con el tiempo descubrí que no son los parientes los que terminan con sus relaciones sentimentales, sino los reos, que se vuelven más distantes a medida que transcurre la sentencia”, asegura la realizadora.

La protagonista de la película, interpretada por la actriz Susanna Abdulmajid, toma a mitad de trama decisiones quizá más pasionales que racionales. A este respecto, la directora y guionista de la película asegura que “ama la intensidad” y que las personas que toman siempre las decisiones correctas le parecen “muy aburridas”. 

La parte primordial de la historia transcurre en un centro penitenciario. “En Alemania, muchas prisiones se siguen construyendo de acuerdo con el sistema panóptico, una arquitectura muy brutalista”, asegura Kull, para quien, a día de hoy, las cárceles de su país siguen siendo “instituciones muy inhumanas”.

Los principales personajes de la película son alemanes de origen árabe y su universo es el hábitat natural de la historia. Sin embargo, la directora de Jibril le resta importancia a este aspecto: “No quería hacer una película sobre musulmanes sino sobre dos personas que se enamoran”.

Vídeos sexuales y acoso

La otra película que entra en competición en la quinta jornada del festival organizado por el Institut Valencià de Cultura es la japonesa The Hungry Lion, del joven y laureado director Takaomi Ogata, cuyas películas suelen abordar temas polémicos y muy candentes en la sociedad nipona. En este caso el director japonés plantea el tema del acoso que sufre una estudiante dentro y fuera del aula a raíz de la difusión de un vídeo de contenido sexual en el que se supone es la protagonista, aunque ella lo niega. Pero esta negativa no es escuchada por nadie y gente tan cercana como su propio novio o su propia hermana acaban por darle la espalda.

La película aúna el tema del acoso, de la impunidad de la violencia sexual contra las mujeres, de las fake news en el entorno digital y hasta del amarillismo de la prensa japonesa en una historia con tintes realistas que parece mostrar de manera descarnada algunos descosidos más que incómodos de la sociedad nipona actual. “Aunque Hitomi es una estudiante, la situación a la que se enfrenta la puede sufrir cualquiera a cualquier edad”, asegura Takaomi Ogata en referencia a la víctima del acoso, cuyo abrupto final la convierte en noticia recurrente en televisión y prensa. Esta última parte de la película constituye una crítica bastante mordaz contra los medios de comunicación de Japón por su "amarillismo, banalización y falta de respeto" a la intimidad de las víctimas.

El título de la película se debe a un cuadro del francés Henri Rousseau, León hambriento atacando a un antílope, referencia que no es de extrañar en un cineasta que ha vivido muchos años en Europa y que se declara admirador de directores del Viejo Continente como Robert Bresson, Ingmar Bergman o Luis Buñuel.

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