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al otro lado de la colina / OPINIÓN

El gran teatro del mundo

Esta última semana los acontecimientos internacionales me han recordado a esa gran obra de nuestro dramaturgo español del siglo de oro Pedro Calderón de la Barca.

28/04/2018 - 

Es así como estos últimos días hemos visto muchas imágenes para la “posteridad”, donde ya no cabe ninguna más y donde los continuos acontecimientos, sustos y sobresaltos políticos hacen que el nivel de ruido sea tan elevado, que me parece que parte del público está desarrollando una cierta indiferencia o impermeabilidad, por aquello de mantener su salud mental a salvo, cosa que no ayuda para nada a mejorar las cosas y empuja a muchas personas (y claro está responsables públicos) a representar un simple papel o un personaje/personajillo (sin aportar nada) de esa gran obra de teatro que es la historia de la Humanidad.

La semana la iniciamos con un duelo de egos, con motivo de la visita de Emmanuel Macron, presidente francés, a los Estados Unidos como respuesta a la invitación de Donald Trump, presidente USA, tras visitar éste Francia en julio pasado. La relación de estos dos outsiders de la política es curiosa, e incluso da la impresión que es de admiración mutua a pesar de las diferencias de estilos y sensibilidades (quizás se complementen), uno perteneciente a una dinastía de empresarios inmobiliarios, el otro un enarca (perteneciente a la Escuela Nacional de Administración francesa) vinculado al sector público donde se llega por méritos propios en general, y en lo personal que les voy a contar que no hayan visto en la prensa generalista, rosa, amarilla o salmón, uno ha ido encadenando sucesivas esposas cada vez más jóvenes y el otro ha sido fiel a su amor de juventud aunque fuera 24 años mayor.

De hecho durante la visita Macron afirmó que “tenemos una relación especial porque los dos venimos de fuera del sistema político clásico” e incluso apostilló que los dos eran mavericks (aventureros) , en fin ya saben el dicho aquel de que la política hace extraños compañeros de viaje, tan extraños que aquel que pretendió (aunque sus compañeros socialistas no lo eligieron en las primarias) enfrentarse en los comicios presidenciales a Macron, el ex primer ministro Manuel Valls, parece que puede presentarse por las listas de su réplica española (o eso pretende él), Albert Rivera para la alcaldía de Barcelona, todo un impacto mediático.

Uno de los ejemplos de esa buena relación ha sido la cena privada en Mount Vernon, la antigua residencia de George Washington a orillas del Potomac, donde seguro que rememorarían la ayuda francesa en la guerra de independencia USA liderada por el ya mítico Marqués de La Fayette, y donde seguro que el francés intentaría postularse como su mejor interlocutor europeo, ante los problemas de Theresa May dominada por los problemas del Brexit, y Angela Merkel con los apuros que ha tenido para formar gobierno. Todo ello para disgusto de la alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, que además de hurtarle sus cometidos, ha puesto en solfa el actual, y muy criticado, acuerdo nuclear con Irán, pues ya saben ustedes que los USA amenazan con retirarse del pacto, y Macron y Trump parecen que habían hablado de la posibilidad de renegociarlo, cosa que la italiana ha desmentido rápidamente.

Otras de las representaciones de la semana ha sido el encuentro del presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong Un (Rocket Man para los seguidores de Trump), y que realmente es un histórico encuentro donde esperemos que dé resultados prácticos y no sea sólo una performance o manera de buscar “oxígeno” y apoyos internacionales (sobre todo económicos) por parte del régimen dictatorial de Corea del Norte. Los primeros pasos, que irán poniendo a prueba la sinceridad de ambas partes (y sus más o menos socios, China y los USA) será la firma de un definitivo Tratado de Paz que ponga fin al armisticio o alto el fuego que dura ya 65 años, otra de las pruebas será el reencuentro y reunificación de las familias separadas por la guerra civil, y como no la reactivación del polo de desarrollo entorno a la ciudad de Kaesong, que en el año 2000 fue objeto de un acuerdo de cooperación económica entre las dos Coreas y donde llegaron a trabajar unos 42.000 norcoreanos y otros 800 surcoreanos, pero que concluyó en 2013 por la tensión generada tras la nuclearización de Corea del Norte, esperemos por el bien de los coreanos que vaya todo bien.

Para ir finalizando, en una semana como ésta es inevitable recordar lo ocurrido un sábado 26 de abril de 1986, con la explosión de la central nuclear de Chernóbil dadas las múltiples consecuencias acaecidas, donde una prepotente y soberbia URSS, como todo régimen totalitario (aunque fuera ya bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov), esperó hasta 1990 para pedir ayuda internacional, porque le era imposible el control de tamaña catástrofe, y donde más de 8 millones de personas fueron expuestas a altas dosis de radiación.

Y por último, es de bien nacidos ser agradecidos, recordar a todo ese personal militar, policías, bomberos y sanitarios, todos ellos servidores de su nación y sus conciudadanos, que dieron su vida al exponerse a altísimas dosis de radiación al recoger el material radiactivo, en muchos casos con una lenta agonía, para evitar que el desastre fuera a más y no se produjera lo que se llama un síndrome de China, que hubiera sido ya terrorífico, honor y gloria para esos héroes, fuesen del país que fuera (ya ni existe) y de la ideología que fuese, descansen en paz.

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