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de gira con su nuevo disco 'El arte de saltar'

El Kanka: "No comulgo con las letras de Valtonyc, pero el castigo debería ser la falta de aplauso"

7/07/2018 - 

VALÈNCIA. "Pa' que la verdad sea la moneda, ay. Y pa' que los besos curen el llanto. Pa' que las canciones sean las banderas, ay. Para eso canto, para eso canto." Juan Gómez Canca 'El Kanka' (Málaga, 1982) siempre ha sido considerado como la representación de la felicidad. Puede que sea el ritmo que acompaña a sus letras, la risilla que muchas veces se le escapa o su apuesta por el "buen rollo" como bandera. Pero de lo que tampoco suele haber duda es que El Kanka es letra. Sus acertijos le han llevado a ser considerado como uno de los mejores cantautores del panorama nacional, todo y que el artista empezó a dedicarse a esto de la música en el año 2007, después de apartarse de las Económicas, y de que su primer LP llegase hace apenas cinco años. 

Tiempo consumido y con cuatro discos a su espalda, ahora El Kanka está en otro punto: en El arte de saltarSu último trabajo, editado en 2018, llega con ganas de arrojar verdad; como el mismo señala, "más de la que nunca antes había expresado". Ayer pasó por el Music Port Festival de Sagunt para demostrar que así es: sus letras empoderan.

-A lo largo de tu carrera has apostado por letras que hablablan de problemas cotidianos. Aunque siempre escritos desde una postura vitalista, que nada tiene que ver con los principios del idealismo ¿A qué responde 'El arte de saltar’?
-No sabría decir exactamente a qué, pero en este disco he tenido la intención de contar más verdad. No quería que el álbum se quedara en un juego de palabras. Son canciones sociales, con contenido poético y que tienen algo más que decir.

-¿Querías hacerlo desde un tono más serio?
Sí. Mis canciones suelen ser vitalistas y constructivas, no me gusta recrearme en la melancolía, en el derrotismo. Siempre hay que salir de la penuria, porque sufrimos como todo el mundo. Me gusta además jugar con el humor, es algo que me acompaña día a día y no podía faltar en mis canciones. Pero en este disco hay un enfoque diferente; es más serio y más profundo. No se si es que me estoy haciendo más mayor (ríe). 

-¿Hay además más atrevimiento? ¿Expresas pensamientos o ideas que hasta el momento te constaba?
-Sí, en cierto modo lo veo así. Aunque todo surge de una manera natural. En otros momentos de mi vida simplemente no me ha apetecido escribir de ciertos temas. Creo que no es tanto valentía, aunque quizá no me atrevía y no me daba cuenta. Lo que está claro es que en este disco hay más pullas y críticas, más maldad que he sabido convertir en letras. 

-Últimamente parece que el arte se topa con "pequeñas" censuras que incluso terminan en la cárcel, ¿puede el arte saltárselo todo?
-Es una cuestión peliaguda. El castigo al arte que no tiene pelos en la lengua nunca debe ser la prisión, porque el arte al final es ficción. Por ejemplo, no comulgo para nada con las letras de Valtonyc, pero el castigo debería ser la falta de aplauso. En mi caso, se que no iría a un concierto suyo, ya que no me gusta lo que dice, pero la cárcel es una sanción excesiva. Es fundamental vivir en una sociedad sensibilizada que no permita que se diga todo, pero la libertad de expresión es algo importante. Si todos hacemos de policías con tanta facilidad, la pondremos en peligro. La educación y la libertad de palabra siempre deben ser parte de la ecuación de nuestra sociedad.

-Cada vez más se apuesta por mezclar diferentes géneros musicales, como puede ser el flamenco con la electrónica o el soul. ¿Se están dejando atrás los viejos esquemas para innovar o solamente por sorprender?
-Uno de los beneficios de la globalización es que tenemos al alcance de un clic la música que se hace en cualquier parte del mundo. Ya sea por Spotify o YouTube, pero podemos escuchar lo que suena en Rusia. El asunto se enmaraña cuando tendemos a mezclar unas cosas con otras y a quitar barreras. Mucha gente busca sonidos nuevos para sorprender o porque no tiene nada que hacer. En mi caso, intento hacer las canciones lo mejor posible. Soy un tío de Malaga, juego con el flamenco y me resuenan raíces latinas. La cuestión es que no me plateo hacer una fusión porque sí. Me salen canciones con estilos muy mezclados porque escucho música muy dispar.

-Esta pregunta debe perseguirte en cada entrevista de España, pero en tu canal de YouTube inundan los comentarios que dicen esto de: "Vine la primera vez por Amaia, el resto por El Kanka”. ¿Todavía sientes que es así?
-Ahora no lo noto tanto, fue sobretodo cuando Amaia cantó 'Lo mal que estoy y lo
poco que me quejo', aunque ha cantado muchísimas canciones más. No para de hacerme publicidad, pensarán que la tengo contratada y no es así (ríe). Noté que en ese momento mi música se hacía viral y mi visita a la academia todavía lo incentivó más. Aun así, también es cierto que la situación se ha magnificado mucho. La repercusión que tuvo ha sido mejor que cualquier entrevista que haya dado en todo este tiempo, pero no deja de ser una acción más después de una extensa carrera. Igual para el público más joven El Kanka ha aparecido ahora y es cierto que probablemente no habría llegado a algunas personas de no ser por Amaia. Pero antes de Operación Triunfo mi carrera ya iba bien, daba conciertos incluso en Latinoamérica. Eso sí, me da vergüenza decirlo, aún no he visto a Amaia y tengo ganas de tomar una caña con ella. Que le invitaría yo, claro. 

-¿Te planteas hacer algún tipo de colaboración con la cantante?
A mi me gusta que los encuentros surjan naturales. No quiero aprovecharme del tirón que tiene ahora Amaia o forzar la situación. Porque si en este momento hacemos un tema juntos me aprovecharía yo más de ella que ella de mi. Aún así, no descarto ninguna colaboración, tiene mucho talento. Además, me han pedido algunas canciones para su disco, que imagino que están haciendo. Soy a fin a lo que haga.





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