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ILUSTRES VERANEANTES

El verano de Carmen Noguera en Dénia

Carmen Noguera ha sabido hacer de su pasión su profesión: la cocina. Nos retrata con elegancia y sencillez sus veraneos de niñez en la Masía San Antonio de Poyo donde hoy organiza los mejores eventos de Valencia y disfruta explicando como la casa de Dénia se llena de familia y amigos en torno a la mesa en sus actuales veraneos. Junto a sus cuatro hijas dirige Catering Cinco

20/08/2016 - 

La antigua Masía de San Antonio de Poyo cercana a la localidad de Loriguilla es el lugar donde pasaste los veranos de tu infancia. ¿Cómo los recuerdas?
- La Masía era de mis abuelos y creo como casi todo el mundo cuando eres pequeño tienes un recuerdo especial de tus veranos. La Masía se convertía en el lugar de encuentro los domingos por la mañana porque se celebraba misa y a ella venían los vecinos de otras casas y de Ventas de Poyo y en julio se celebraban las fiestas en honor a San Antonio de Poyo donde mi madre participaba como clavariesa. El día a día era muy divertido, recuerdo con especial ilusión las visitas al refugio de guerra que hay en el jardín de la casa donde íbamos con velas, también las tormentas de verano en septiembre cuando por la noche se iba la luz… el miedo, la excitación y los nervios de esos momentos de la infancia son recuerdos imborrables, como lo son las excursiones a coger caracoles cuando llovía poniéndonos sacos de yute en la cabeza a modo de paraguas casero.

Carmen Noguera ha tenido la oportunidad de volver a la que fue su casa de veraneo en la infancia para trabajar allí y crear espacios para celebraciones y eventos en un entorno que ella considera especial: “no puedo ser imparcial, me parece la masía más bonita de todas”.

- De la Masía de interior te trasladas a la costa alicantina, a la capital de la Marina Alta, Dénia. ¿Cómo era y cómo es una jornada de verano?
- De pequeña nos trasladábamos en jardineras a la playa –ligeros carruajes tirados por una burrita, suponía una diversión para nosotros–, ya en la playa montábamos una barraca, recuerdo que la de mi familia era azul y blanca y que éramos muy pocos en la playa. A la vuelta comíamos mientras los mayores tomaban el aperitivo y luego siesta obligada. Por la tarde nos dábamos un baño en la balsa y por la noche nos dejaban jugar un poco y acostarnos más tarde. Hoy en día, mi jornada es muy distinta y aunque no me gusta madrugar por las mañanas dedico varias horas a la cocina, organizando la comida (como hacía mi madre); piensa que en casa igual comemos 12 personas y cenamos 16, es un veraneo familiar y me gusta recibir a la familia y amigos. Quiero que quede el espíritu de mis padres, siempre lleno de gente y reunidos alrededor de una buena mesa. Luego nos bañamos en la antigua balsa de riego hoy convertida en piscina y en la playa, a veces salimos a navegar con amigos. Por las tardes me encanta leer, alguna visita para merendar y un poco de deporte (pádel normalmente). Cuando cae la noche disfruto organizando cenas familiares.

- Hace años tuviste un negocio de antigüedades, ahora diriges tu empresa de catering. Tu pasión es tu trabajo, ¿consigues desconectar en verano?
Una de mis aficiones preferidas es disfrutar de los diferentes mercados de antigüedades que hay por la zona, especialmente el de Jalón y el que se organiza en Salones Canor, allí encuentro objetos de menaje y decoración que muchas veces son para el Catering, por lo que no desconecto completamente del trabajo. La empresa sólo cierra la semana central de agosto, pero el resto de tiempo vivo conectada las 24hs, puedo recibir un mensaje a las cinco de la madrugada informándome sobre un evento. La desconexión total llega cuando hacemos una escapada Chano y yo a Benasque, disfrutamos de excursiones por la montaña, leemos y consigo olvidarme por unos días de la rutina diaria.

- No puedo dejar de pedirte que me digas cuál es tu plato preferido en verano.
- Sin duda alguna, el suquet de rape con gamba de Dénia y fondo de patata, que además es el plato estrella de la empresa. También me gusta mucho la torta de cebolla y queso –Carmen detalla su composición: base empanada, cebolla pochada cubierta con queso emmental y besamel al horno gratinada–. A la hora de los postres, los clásicos de toda la vida melón y sandia, durante estos días de calor me parecen la mejor elección.

- Pese a dejar de veranear en la Masía de tus abuelos, has vuelto a ella para gestionarla como espacio de eventos, ¿cómo se lleva trabajar en familia?
- Con los años he vuelto a esa masía para organizar eventos y le tengo un cariño especial, además es un privilegio poder trabajar con mi familia. Catering Cinco empezó por la pasión que heredé de mi madre por la cocina y por la “presión” de amigos y familiares que me pedían que les organizara algunas cenas. De hecho uno de los primeros eventos fue la comunión de la hija de mi cuñado Luis, de ahí surgió organizar una boda en Dénia, te estoy hablando de hace 22 años, luego trabajé unos seis años más con mi equipo hasta que se incorporaron gradualmente mis cuatro hijas –María, Paula, Aurora y Rocío– de ahí el nombre: Catering Cinco. Pese a la profesionalización lógica, cada vez que tengo una boda pienso que se casa una hija mía, mantengo la ilusión total por cada evento y seguimos siendo una empresa familiar y que trata con cercanía y cariño a cada cliente.

- Para rematar esta agradable conversación, una curiosidad. ¿Crees que se ha perdido el protocolo en la mesa? ¿Qué detalles consideras imprescindibles?
- Algo sí, quizá por dejación. Nosotros tenemos un equipo veterano y muy profesional que sigue las pautas desde el primer día. En resumen y sin hacerlo pomposo, las cosas que se deben mantener: servir primero a las señoras, siempre por el lado izquierdo, servir en fuente sobre todo en comidas reducidas. Otro aspecto fundamental en un buen servicio es el tratamiento de usted, el trato al cliente debe ser amable, sonriente y respetuoso.

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