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EL MURO

¿Iturbi o sus pianos?

30/09/2015 - 

VALENCIA. Este fin de semana se ha fallado el Premio de Piano José Iturbi después de varios días de preselección. Se trata de uno de los premios mejor dotados en su ámbito, por nombres y prestigio. Pero apenas la sociedad sabe nada de él, ni casi los propios músicos, salvo lo que las agencias de comunicación nos han contado vía gabinetes propagandísticos. El pianista georgiano Luka Okros se alzó con el primer premio. Bien!

Llevan más de muchos lustros en cuanto a organización. De anual o bienal pasó a trienal o bienal, si se aclaran, tiempo suficiente para que un adolescente se deje barba o pelo largo como rebeldía, o se convierta en megaestrella mundial.

Lo organiza la Diputación de Valencia. Uno de sus últimos diputados propuso la idea de mandarlo a Les Arts para evitarse problemas, eliminar réditos y quedar bien.  Pero sin más consistencia teórica.

El premio está dotado con 18.000 euros, la edición de un cd, un concierto con la Orquesta de Valencia y recitales por España y para la Sociedad Filarmónica de Valencia, en la Academia de España en Roma, en el Real Colegio de España en Bolonia y para la Fundación Eutherpe de León, cuentan. ¿Alguien lo sabía o lo observaba?

Miembros de la Orquesta de Valencia, que han participado en las fases finales, se quejaban de la falta de planificación y el escaso público asistente. Y eso que es internacional, mundial, que dirían algunos. 

“Con una ocupación de la sala que lleva su nombre apenas superior a lo que hoy en día consideramos una buena tarde para la Sociedad Filarmónica”, recordaba la crítica más exigente en pleno duelo pianístico.

Un concurso así no lo merecemos. En primer lugar, por su tiempo de historia; luego por su nivel y, después, por si lo que se pretende es contar con una referencia de nombres e historia y ser referente en lo suyo hay que dar la cara. Un premio de categoría sirve para lanzar, ser faro de festivales, agentes y auditorios. Ahora, si es por contentar voluntades, está bien: pagamos, nos reímos y merendamos. Así venía siendo.

¿Dónde estaban los pianistas valencianos apuntados a las preselecciones? ¿El público? ¿ De quién depende su integración y difusión? ¿Interesa? Hasta las invitaciones llegaron tarde. Pero su prestigio es internacional. Ojo. El día que nos quiten un Lang Lang será de risa. Y no será el primero. 

Pero, entre nosotros, cómo “mola” tener en stock unos pianos y objetos de Iturbi. Y mejor aún, ir de viaje, de paso, a comprarlos.

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