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La verdad, la mentira y el arte digital

El Centre del Carme presenta File_Genesis, de Solimán López, en la Sala Dormitorio, la primera muestra desde su transformación como espacio para muestras de ámbito tecnológico

15/12/2016 - 

VALENCIA. ¿Quién dijo que una obra de arte no se podía componer de ceros y unos? De lo material a lo digital, la evolución tanto en el ámbito de la creación como en el consumo ha llevado a repensar, no solo cómo usar las nuevas herramientas, sino qué papel cumplen éstas en el propio proceso artístico. En este contexto, mejor empezar por el principio. El Centre del Carme inaugura mañana la exposición File_Genesis, de Solimán López (Burgos, 1981), una muestra que se concibe como un conjunto de piezas multimedia unidas por un eje principal: el significado de los digital. "Mi intención es que la gente se vaya con la sensación de estar abrumado por la imagen y sonido digital, que tenga la sensación de estar dentro de un ordenador, dentro de Internet. El espectador se dará cuenta de que a través de las nuevas tecnologías también se puede hacer poesía", explica el creador. 

López, director del departamento de I+D+i en la Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT) y fundador del Harddiskmuseum, presenta, además, la que supone la primera exposición en la nueva etapa de la Sala Dormitorio, que desde ahora se dedicará en exclusiva a proyectos de ámbito tecnológico, una muestra producida en colaboración con ESAT y Etiopía (Centro de Arte y Tecnología), ASUS, Gandía Blasco y la asistencia técnica de Toni Vaca y José Luis Hidalgo. Este proyecto se integra en el proceso de transformación de la que es sede del Consorci de Museus, que ha pasado de Centro del Carmen a Centre del Carmen Cultura Contemporània, una muestra en la que el artista desarrolla una serie de piezas en las que se pone en tela de juicio la "verdad-mentira de la imagen contemporánea", tocando de manera directa factores como la identidad cultural, social y religiosa, la iconografía, la ciencia, la comunicación y el lenguaje.  

La religión, sí, pero no tanto desde el punto de partida cristiano, sino desde un rincón "muy particular", como las historias en torno a los sumerios y su alteración del ADN de los humanos, una modificación de los seres humanos que hoy vendría dada de acuerdo a su relación con los elementos tecnológicos. "Estamos haciendo lo que supuestamente hicieron con nosotros, con ese ADN, pero desde lo virtual, inoculando espacios como Second Life, realidad virtual... estamos creando ese mundo paralelo también como dioses nosotros. Para mi lo digital es fe en que lo que hay es verdad y fe en que lo que tiene valor en el arte digital es el propio archivo", relata Solimán López. 

La muestra tiene como eje principal la instalación File_Genesis, concebida como una fábrica de creación de archivos digitales mediante el motor de renderizado del software Blender, que ha sido reprogramado para extraer los datos imprescindibles en la configuración de la imagen digital, siendo mostrados a través de una visualización de datos y diferentes dispositivos periféricos de reproducción de imagen. Son estas imágenes las que se van construyendo en tiempo real durante la propia exposición, impactos que hablan de los diferentes orígenes, tanto de la especie como de su cultura, con todas sus simbologías y mitologías, siendo almacenadas en esas seis esculturas de mármol que funcionan como "templos" de la imagen digital. Así las cosas, el proyecto sirve para reflexionar sobre la tecnología en tanto que herramienta social y, por otro lado, parte y protagonista del hecho artístico. 

"Soy muy categórico con mis comentarios sobre arte contemporáneo. De alguna u otra manera está tocando la tecnología, porque es la revolución de nuestro tiempo, y tiene que hacerse cargo de esta reflexión. En este caso sí se reflexiona sobre qué es el arte digital, por eso presento unas piezas de mármol que es casi como una lápida, el arte digital muere en el momento en el cual no se reproduce, pero tiene un valor, que es el propio archivo. La idea de encapsularlos en una pieza escultórica que sí que alude al mundo clásico es interesante", explica Solimán López. La exposición continúa con 'Fisher Price', una maraña de pantallas que representan un pez digital que ha sido pescado por otro tipo de redes, una alusión directa a la mentira de los digital, en la que la imagen mostrada en pantalla es mera representación de aquello que da la vida a todo lo digital, el dato. 

Arte digital y ¿negocio?

De esta forma, se utiliza elementos como la red, la pesca o el pez para hablar de lo líquido digital, la memoria a corto plazo y la superpoblación de la imagen digital, así como su falsa representación dependiente de la propia tecnología, una instalación que se completa con un mensaje interactivo que los espectadores pueden ver a través de sus teléfonos móviles. Los nuevos formatos influyen en la creación y la recepción por parte del visitantes, pero también en el negocio, que López piensa revolucionar. "En el arte contemporáneo se está reflexionando desde el punto de vista de los artistas pero no desde el punto de vista de la institución y del mercado. Al fin y al cabo, el arte contemporáneo se sustenta con las ferias y con el mercado, pero realmente pienso que el arte digital tiene mucho que decir en un mercado paralelo. Mi modelo de negocio siempre lo resumo con una captura de pantalla de 'Candy Crush'. El arte digital es muchos que compran por poco, y el modelo tradicional del arte contemporáneo tradicional es pocos que compran por mucho", afirma.

"El arte no es objeto, es un punto de vista muy capitalista. Puede ser intangible, pero la obra está ahí. El arte digital funciona cuando se activa, no tiene que funcionar si no estás allí. Son modelos paralelos. Spotify no existía y ahora es una de las herramientas que está dando vitalidad a la industria de la música y, sobre todo, los artistas están cobrando de su trabajo. Con esto se caen las estructuras clásicas del arte contemporáneo, y eso para los dinosaurios del arte es muy duro". Precisamente, uno de sus próximos proyectos pasan por llevar el Harddiskmuseum por distintas ciudades a modo pop-up. El montaje se completa con otras piezas como Red Cloth, en la que se presenta la duda sobre la verdad de la representación digital de una tela y la tela física. Sea o no 'verdad' el resultado digital, lo que sí es real es una red con la que se inicia un nuevo génesis.   


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