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líder visible de nudozurdo

Leopoldo Mateos, alguien normal haciendo cosas paranormales

7/10/2017 - 

VALÈNCIA. "Hemos tocado tantas veces en la Wah Wah que mis recuerdos se mezclan unos con otros. Es una sala especial para nosotros. Hemos dado conciertos muy intensos allí. Es un pequeño templo de cosas especiales que nos han pasado". Y tanto. Las declaraciones son de Leo Mateos, líder visible de Nudozurdo. Yo me acuerdo de una, va. Más que nada porque tengo el cartel de aquel concierto delante, pegado y enmarcado en la pared, mientras escribo estas líneas. Cómo olvidarlo. Corría el año 2009, los valencianos Velocista como teloneros, organizaba Vinilo Valencia. Lo sé de buena tinta porque horas antes habíamos cumplido con el ritual y nos habíamos metido una paella valenciana en L'Alter de Picassent entre pecho y espalda. Esas cosas no se olvidan. Y, claro, la personalidad de Leo, poco a poco pero firme, ya iba calando en uno.

No me atrevo a afirmar que aquella fuera su primera vez en València, pero no vacilo al decir que en el aquella precisa e impactante actuación comenzó el idilio entre Nudozurdo y Valencia. No había más que ver las caras de la gente. "Imparable. Intocable. Así es la propuesta de Nudozurdo. Puedes resistirte, pero si su directo te pilla por delante no tienes salida ni escapatoria de ningún tipo", firmaba una crónica de la época para el webzine Muzikalia. Después del bolo, como era habitual en el Wah Wah de aquellos tiempos, la noché voló explotando en una felicidad tan intensa que hoy es imposible recordarla. Luego, lo mejor, el cierre. Quedarnos allí charlando con Leo y los otros tres del grupo, Jose Casas, nuestras chicas (ahora ya mujeres), las camareras, Rojas... una de esas noches que dejan huella y amigos para siempre. De aquella formación solo continúa el bajista, el gran Meta; ametralladora inexorable al sonido de la banda. La estrella de noche, no obstante, fue Jorge Fuertes (batería). Qué risa, llamándole Jack Sparrow toda noche. Jorge y César (guitarra) por motivos ajenos al mal rollo hoy ya no están en la formación, sí en nuestra lista de amigos.

Como le gusta a Jarvis 

Han llovido muchas actuaciones de Nudozurdo en la ciudad desde entonces y, fuéramos los promotores o no, siempre hemos hecho por buscar un hueco para darnos un abrazo. Nosotros, como fans, por seguir quedando impactados por su directo. La última vez, la que supuestamente sirivió de presentación de su nuevo disco,Voyeur Amateur (Mushroom Pillow, 2017), sucedió en una accidentada actuación en el Festival de Les Arts. "Tocamos pronto y a Meta le dio un golpe de calor. Por suerte todo quedó en un susto y pudimos acabar. Eso si, tuvimos que clavarle los pies al suelo para que no se moviera más", relata el músico.

Pero, por muchos motivos, yo me quedo con el de hace unos meses en el George Best. Ese día, también se acuerda, presentaría sus canciones él solo, sin más aderezo que el de una guitarra acústica. Algo arriesgado cuando estás acostumbrado a revestir tu obra de electricidad. "Se produjo esa conexión todo el concierto y fue muy agradable poder comunicarme de manera tan sencilla y directa. Me gusta que nuestras canciones se puedan hacer así también". Tener buenas composiciones, no hay más secreto.

El caso es que aquel día llegó antes de lo esperado y estábamos en casa del hermano de un colega de comida. Le dije que si venía y nos tomábamos la última. Leo no bebe mucho. Leo es un hombre tímido, intelectual, de palabras justas pero certeras; un gran conversador; un alargado humano de dos metros de puta madre. Y ese día descubrimos que también era un tipo al que se le dan bien los niños, un buen profesor. Qué honor, ¿no, Luis Ibáñez? Que los primeros acordes que aprenda tu hija sean de la mano de Leo Mateos. 

Estuvimos hablando de mil cosas, de nosotros, de la actualidad. Me contó que ya no veía la tele, que un día se dio cuenta de que le estaba robando demasiado tiempo y arrancó el cable de cuajo. De móvil es lo justo. Fuera cordones umbilicales ¿Habrá arreglado ya aquel televisor? A la mañana siguiente le llevé a ver a Mujeres a Rambleta. Se lo pasó pipa con el garage de los catalanes. Madre mía el día que toque en esta tribuna el capítulo Mujeres. Necesitaré varios capítulos. Pero no nos desviemos.

"No sin Leopoldo Mateos. Verlo cenar en la calle media hora antes del concierto junto al resto de Nudozurdo podría convertirlo, a través del ojo ajeno, en alguien normal", así escribió aquel periodista misterioso en Muzikalia. Y sí, gente normal, como le gustan a Jarvis... y a mi. 

Nudozurdo, la luz y el mar 

Este domingo desembarcan de nuevo en la ciudad. Lo harán en la celebración del 9 d'Octubre en Els Concerts de La Marina. Será a las 18 horas, con el sol arriba, algo que, a priori, no casa con el sonido del grupo, pero que ya vivimos hace unos años en la Terraza Movistar de La Rambleta: "Nos gusta tocar por la noche sobre todo, el ambiente que se crea le va bien a nuestra música pero aquella mañana fue mágica. El sol fue poco a poco cubriendo el escenario. Es muy importante lo que se percibe desde el escenario porque eso condiciona muchas veces los conciertos. La luz de repente se convirtió en una invitado más que nos iba iluminando uno a uno". 

En lo musical, ¿qué nos espera el domingo? "Como te decía antes, son las cosas que le suceden a los músicos cuando están tocando lo que hace que los conciertos sean de una manera u otra. Además siempre nos gusta dejar determinadas partes de las canciones para poder reinterpretarlas según vayan las cosas. Nunca damos dos conciertos iguales". Palabra de Leo.

Tampoco parecen muy marítimos, como que cuesta imaginarlos en bañador. "Nos hace ilusión que sea junto al mar", dice Mateos. Veremos.


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