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LOS RECUERDOS NO PUEDEN ESPERAR

Lo que Danny Fields dice va a misa

11/02/2018 - 

VALÈNCIA. Hace un par de años, un documental llamado Danny Says colocó el cañón de luz sobre la figura de Danny Fields. Un ser que, dada su trayectoria, sí merece calificativos como legendario y mítico.

Hay un hombre que lo hace todo en España, cantaban Astrud. Danny Fields es el hombre que lo hacía todo en Nueva York. Hablo en pasado puesto que Danny pertenece a una época que no existe y ya es historia. Sus proezas han cobrado un brillo especial más allá del tiempo, en este mundo actual que  ensalza lo feo y lo vulgar, que amplifica sin ningún pudor la estupidez humana. Nada es como solía ser en la época en la que Danny estuvo en activo como periodista, cazatalentos y mánager. Debe rondar los 80 años, pero se mantiene de maravilla aunque su edad sea evidente. Estrecho su mano cuando nos presentan en una galería de Madrid, La Fiambrera, donde sus fotos de los Ramones han estado expuestas dentro de una muestra sobre el punk y donde van a seguir como exposición individual hasta finales de abril. Danny tiene unos ojos azules tan vivos que explican por sí mismos algunas de sus hazañas.

Danny dice

Hace poco pasé unos días en Madrid, algo que habitualmente por motivos de trabajo. He vivido allí mucho tiempo y tengo relaciones de todo tipo con la ciudad. Fui por motivos de trabajo pero, seré sincero, me las arreglé para que todos esos motivos giraran en torno a la estancia de Danny Fields allí. Supe que quería conocerlo cuando, un par de meses atrás, le entrevisté por teléfono. Es un tipo abierto y amable. Quedamos en que, si finalmente venía a Madrid para estar presente en la exposición de sus fotos, iría para conocerle. Su nombre aparecía siempre en los discos que me apasionaban de pequeño. Tu nombre aparecía en artículos y entrevistas de gente que me volvía loco, le explico. Eras como una presencia casi invisible pero constante. Gracias a Danny Fields. Foto de Danny Fields. Una entrevista de Danny Fields.

Danny cuenta

Danny Fields posa para GQ en un rincón del sótano de La Fiambrera. Diego Lafuente dispara su cámara una y otra vez. Él se mantiene estático. No tiene más que mirar al objetivo. De alguna manera, sus ojos lo dicen todo. Su rostro es como el pergamino donde se ha escrito su historia. Un estudiante de Harvard que se cansó rápidamente de Harvard y se dedicó a hacer lo que le gustaba, escribir, codearse con artistas. Cuando le entrevisto en La Fiambrera ante un grupo de clientes de la galería, se molesta ligeramente cuando abordo su relación con los Beatles. Fue él quien colocó la frase de Lennon que decía “somos más populares que Jesucristo” en la portada de la revista juvenil Datebook. Causó un revuelo enorme en Estados Unidos. Si los Beatles ya eran vistos como una amenaza para los valores tradicionales de occidente, a partir de entonces esa sensación aumentó. Los fundamentalistas católicos la tomaron con ellos. Se quemaron sus álbumes y hasta el Ku Klux Klan se manifestó contra aquellos cuatro degenerados. Ocurrió en 1966. Los Beatles estaban cansados de que sus actuaciones aquedaran sepultadas por el griterío del público. El incidente provocado por Datebook les ayudó a tomar la decisión de olvidarse del directo. Pero ojo, dice Danny, que la culpa de eso no fue suya. No soy ni Yoko ni Linda, bromea. Linda, claro, es Linda Eastman, de la cual se hizo amigo cuando ella era solamente una fotógrafa que trabajaba para revistas musicales.

Ramones con Seymour y Linda Stein y Elton John. Fotp de Danny Fields / La Fiambrera

Danny recuerda

Danny Says es una canción que le escribieron Ramones poco antes de prescindir de sus servicios como mánager. Trabajó con ellos entre 1975 y 1980, sus años de gloria. Los atendió, los soportó y los fotografió. Nunca fue un mánager en el más estricto sentido de la palabra (de esa labor se encargó Linda Stein, entonces esposa de Seymour Stein, capo de Sire, la discográfica que los contrató), más bien un asistente y una niñera. Danny cuenta historias sobre Dee Dee, Joey, Johnny y Tommy. Todos están muertos, dice. Iggy Pop, del cual también fue mánager cuando estaba en The Stooges, es de los pocos amigos que siguen vivos de aquella época dorada. Warhol, Reed, Edie Sedgwick, Nico, el fotógrafo Leee Black Childers, Arturo Vega –el hombre que diseñó el logo de Ramones-, varios miembros de los Stooges y MC5, Richard Sohl, pianista que él presentó a Patti Smith y que esta reclutó para su primera banda. La lista de nombres no termina jamás. Muchos de ellos cobran vida de nuevo, cuando Danny habla. Danny dice esto, y así comienza una nueva historia, una anécdota que siempre es divertida por la ausencia total de ego con la que es narrada. No es un caso habitual el suyo. Su generosidad tampoco. Cuando le preguntamos si alguna vez deseó ser el protagonista, arruga la cara y agita los brazos. Su arte ha consistido siempre en hacer que otros talentos brillen.

Danny says esto y lo otro. Con él los recuerdos no deben esperar. Se nos agota el tiempo y, en cualquier caso, son historias demasiado valiosas. Danny fue uno de los grandes amigos de Lou Reed. Tiene historias muy divertidas sobre cómo Television se hicieron pasar por un grupo gay para que Reed los llevara de teloneros en una de sus giras. Una vez concluido el acto, la charla sigue en un restaurante de Madrid al que nos lleva el equipo de La Fiambrera (gracias a Ruth, Maite, Benjamín y Francisco por ser tan estupendos anfitriones). Danny se sorprende cuando le cuento que Lou Reed me dio un abrazo cargado de afecto. Me mira con incredulidad. Cuando se pone serio sus ojos azules imponen. No me cree. Le cuento la anécdota en su contexto. Se queda algo más conforme. Lou podía ser así también, explica sin dar mucha más información. Todas las historias que cuenta Danny son aquellas que la discreción y la fidelidad a sus amigos permiten que sean contadas.

Los Ramones que amamos

En la charla abundan historias de todo tipo sobre los Ramones. Explica a grandes rasgos –porque se lo preguntamos- cómo era Warhol en la intimidad. Cuenta cosas sobre los herederos del legado de Ramones, que básicamente son la viuda de Johnny y el hermano de Joey, que mantienen viva la llama del odio que se profesaban estos. Cuenta más cosas que debería haber apuntado o grabado porque ahora soy incapaz de recordarlas. Me quedo con lo que me ha dicho en las dos ocasiones que le he entrevistado. Jim Morrison era insoportable. Los Ramones se llevaban mal desde antes de conocerse. Lou Reed siempre tenía que acabar interpretando el papel de Lou Reed. Patti Smith es muy complicada. Danny dice cosas y podría estar un mes entero escuchándole. Sus recuerdos alimentan los míos. Esa noche, en las calles de Madrid hace un frío que parece neoyorquino.


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