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TRUENORAYO FEST 

Truenorayo Fest: hay vida en los festivales más allá del mainstream

La tercera edición del festival, organizado por el colectivo Hits With Tits, se celebra este fin de semana en Puerto de Sagunto

22/09/2016 - 

VALENCIA. Decía Margaret Fuller, figura fundamental en la reivindicación de los derechos de la mujer en el siglo XIX, que la naturaleza provee excepciones a cada regla. En el caso que nos ocupa, el de la tercera edición del Truenorayo Fest, más que la naturaleza es cuestión de las manos de Hits With Tits. La consolidación del festival de música e ilustración, que se celebrará en el Casal Jove de Puerto de Sagunto durante las jornadas del viernes y el sábado, es la constatación de la realidad de Fuller y la del clásico discursivo de la anomalía: en un entorno de voraz mercantilización musical a través del modelo de éxito de festival, el Truenorayo Fest es la excepción que confirma la regla. En cada uno de los sentidos que ofrece.

Empezando, por supuesto, por lo más tangible: el cartel. Once bandas y artistas completan el line-up de la tercera edición del festival; todas ellas confirman que, esta vez sin excepción y en contra de lo que suele suceder con las nomenclaturas en el siglo XXI, se mantienen fieles a su propio léxico. Entre Extraperlo, Me And The Bees o El Último Vecino, las caras más visible, y Caliza, Aries o June’s Kaleidoscope no hay una sola concesión que contradiga su autodefinición de festival underground dedicado a promocionar los sellos independientes y la autoedición. Tras superar el escollo del segundo año, el Truenorayo se consolida poco a poco en la singularidad: “nos diferencia la capacidad de crear un cartel con propuestas interesantes y eclécticas obviando lo clónico, además de hacerlo sonográfico, incorporando propuestas de ilustración, stands de muy variada índole y la capacidad de conectar con el público”, explican Lu Sanz y Ada Díez, las dos mujeres al frente del festival. 

Visibilizar a la mujer lejos de la pose

Díez y Sanz, los nombres detrás de Hits With Tits y de Truenorayo Fest, llevan años reivindicando la presencia de la mujer en la música, la ilustración y el cómic, y visibilizando con éxito sus trabajos y la gran falacia de la estadística como razón de ser: la mujer está ahí. Este año, además, la Concejalía de Igualdad de Sagunto se ha sumado a la organización del Truenorayo Fest. “Siempre es interesante que la figura dentro de un Ayuntamiento encargada de alcanzar una normalización del talento sin importar el género muestre interés en proyectos que se dedican justamente a eso”, explican Díez y Sanz.

El Truenorayo, como manifestación cultural, huye de frente de lo perverso en cuanto a la utilización de una situación de desigualdad: un festival gratuito con presencia femenina en la gran mayoría de las representaciones, combinada con naturalidad con grupos que, como El Último Vecino, no incorporan a ninguna mujer en su formación. Díez y Sanz tienen claro que “la forma de decir las cosas importa” y por eso, en efecto, han conseguido “una normalización de la presencia femenina en los carteles de festivales musicales, meta a la que debería aspirar cada festival”. En el Truenorayo todo está muy lejos de la explotación de lo exótico: “es importante no crear ghettos, por supuesto hay muchísimas maneras de luchar, pero hay que huir de quedarse en el simple postureo”, explican las organizadoras, que matizan que depende cada festival, “si lo hace como algo real o simplemente ha visto el filón”. “Cuando tratas temas como la visibilidad no sirve abanderarse si después a la hora de la verdad reproduces roles marcados por lo ya establecido y lo único que importa es hacer caja”, terminan.

 

Cuando lo público se olvida del mainstream

La incorporación de la Concejalía de Igualdad pone sobre la pista la otra gran excepción del Truenorayo: la presencia de lo público. La presencia de lo público lejos de la habitual rentabilidad mainstream, cabría matizar. Igualdad, junto a la Concejalía de Juventud (con Guillermo Sampedro al frente) como patrocinador principal, son los representantes del Ayuntamiento de Sagunto, involucrados desde el principio. “A lo largo de las ediciones siempre nos ha interesado que conozcan de primera mano los detalles que implica un festival de estas características porque nos parece muy interesante que desde las instituciones conozcan más allá del mainstream”, explican Sanz y Díez.

“Cualquier institución tiene sus pros y sus contras, pero sí que es cierto que, hasta que se alcanza una dinámica idónea de trabajo, muchas veces nos topamos con burocracia innecesaria y falta de información”, reconocen desde Hits With Tits, al tiempo que recuerdan el “desconocimiento” de la administración en lo que se refiere a “realidades culturales diferentes a las que están acostumbrados”. Sin embargo, con dos ediciones ya sobre los hombros, Ada Díez y Lu Sanz afirman haber llegado a “ese equilibrio que permite que el trabajo fluya con mayor facilidad”. 

El caldo de cultivo de la administración en Sagunto se antoja también fundamental para ilustrar la excepción. “Hay que destacar las ganas de descubrir realidades culturales diferentes y tratar de ofrecer ocio alternativo que siempre ha poseído el municipio de Sagunto, confiando en proyectos de muy distinta índole”, explican las organizadoras del Truenorayo Fest. Algo muy poco habitual en estos tiempos de reiteración pública de artistas tanto en los conciertos de Viveros como en los recientes de Sona La Dipu. “Las instituciones simplemente se dedican a darle a los ciudadanos lo que piden”, mantienen Díez y Sanz, “si están acostumbrados a una radiofórmula o a aquello que ven de forma continua en la televisión, acaban con el concepto erróneo de que es lo único que les gusta y tienen la sensación de que no hay nada mas allá de eso”. “Al final es una cuestión de quedarse solo en el postureo o ir más allá: está claro que la rentabilidad es importante para la permanencia en el tiempo, pero si se hace una propuesta interesante el público la apoya sin dudarlo”.

La adaptación como modelo de éxito

Por tercer año consecutivo, el Truenorayo Fest será gratuito para el público. “Es cierto que ahora mismo funciona de este modo, pero no debemos olvidar que si se pierden apoyos para financiarlo es una odisea ofrecer algo de forma gratuita ya que un festival cuenta con muchas pequeñas y grandes cosas necesarias que solo se pueden llevar a cabo mediante aportes económicos”, reconocen Díez y Sanz. En las circunstancias actuales, la supervivencia de un festival es más darwiniana que nunca: depende de adaptarse. “Hemos ido adaptándonos a unas circunstancias políticas distintas que han influido de forma negativa en las aportaciones, aunque se pretende que siga evolucionando y creciendo, la idea del Ayuntamiento que ha visto nacer el festival es que pueda perdurar en el tiempo”. 

 

Si ejecutar la fantasía financiera de un festival requiere de mucho esfuerzo y probablemente algo más, hacerlo con un festival fundamentado en lo underground y lo independiente se adivina como una actividad siempre en el borde del precipicio. “Nuestro año crítico fue el segundo, pero la incorporación de otros patrocinadores ha supuesto un pequeño desahogo para el festival”, exponen Sanz y Díez, que sin embargo destacan la “lucha constante por continuar con la calidad y poder abrirse un hueco en el panorama tanto local como estatal entre la ingente cantidad de festivales” que coexisten en la actualidad. De cara al futuro, ambas se quedan con lo mismo: “tanto el Ayuntamiento de Sagunto como el público cree en el festival, lo que hace que valga la pena la inmensidad de horas y tiempo sin remunerar que le dedicamos”.

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