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cierre de pensiones y vallado de solares

València redobla la presión policial en Ciutat Vella para controlar el menudeo y la prostitución

Foto: KIKE TABERNER
25/09/2018 - 

VALÈNCIA. Desde 2015 y hasta ahora, los agentes de la Policía Local de València han llevado a cabo 4.400 intervenciones relacionadas con el consumo de drogas y la prostitución en Ciutat Vella. Teniendo en cuenta que han transcurrido en todo este tiempo más de 1.360 días, son más de tres actuaciones diarias, una cada ocho horas.

El incremento de la venta de droga al menudeo y el rebrote de la prostitución callejera han sido dos de las críticas más agrias de las asociaciones vecinales del centro histórico contra el Govern de la Nau. Reclamaban actuaciones y pedían soluciones urgentes. Se sentían acosados y rodeados. Se sentían abandonados por las administraciones.

En el Ayuntamiento de València aludían entonces a la falta de sintonía con la Delegación de Gobierno, entonces en manos del popular Juan Carlos Moragues. Con Juan Carlos Fulgencio al frente la situación, dicen, es mucho mejor. Hay mejor relación, admiten sin entrar en detalles.

Al margen de la coyuntura, el Ayuntamiento de València había hecho de la recuperación de la convivencia en el centro histórico uno de sus objetivos prioritarios. Algo para lo que habían decidido redoblar esfuerzos y cuyos primeros resultados comienzan a verse.

Cierre de pensiones

Al hablar de la presión policial para controlar la venta de droga al menudeo y la prostitución callejera, desde el consistorio les gusta mostrar hechos concretos. Así, citan la clausura de una pensión situada en el número 11 de la calle Vianauna vía que es el epicentro de la marginalidad en el casco histórico. Según explicaba este martes la concejal de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzatto, se cerró y tapió el edificio por insalubre, ya que era utilizado para la venta y consumo de drogas.

Esta situación se repitió con dos edificios propiedad del ente público de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat, uno en el número 18 de la calle Tejedores, y la otra en la calle Santa Elena. Se trata de “dos edificios altamente conflictivos sobre los que los vecinos nos habían reclamado el cierre por el consumo de drogas y prostitución”, explicó la edil.

En esta política de precintados, llama la atención el que se realizó sobre la pensión Arbolar, situada en el número 4 de la calle Correo Viejo. La pensión ha sido cerrada y se ha ordenado el cese de actividad como una manera de controlar la situación.

Limpieza de solares

Pero la actuación municipal también se ha traducido en acciones concretas de urbanismo rápido, como la limpieza de los solares de la calle Espadán 14 y 16 (que han sido a su vez acondicionados), del asentamiento situado en la calle Venerables 12, del solar de la avenida del Oeste 20, de los enseres de la calle Maldonado 10, del solar de la calle Guillem de Castro con En Bany (que ha sido vallado), del solar de los números 27, 29 y 31 de En Bany y en los solares de la calle Viana 4 y 10.

Junto a todas estas actuaciones sobresale el vallado de un solar de la calle Balmes, una parcela situada frente al colegio de Escuelas Pías. Una actuación que, justificó la regidora, se ha llevado a cabo porque “los menores podían presenciar conductas antisociales desde su propio centro escolar”.

Facilitar la convivencia

En el consistorio están convencidos de que estas medidas facilitarán un poco más la convivencia en el barrio. Asimismo, Menguzatto abogó por la mediación habida cuenta los buenos resultados que había dado. Así, explicó que en 2017 se realizaron 58 actuaciones en Ciutat Vella a causa de asuntos como molestias de ruido, malos olores, problemas por el uso del espacio público o salubridad. Se alcanzaron acuerdos en un 91% de las situaciones. Una cifra que invita a un cierto optimismo.

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