exposición

Alfons Rodríguez captura la realidad del cambio climático en 'The Melting Age'

29/06/2024 - 

VALÈNCIA. "¿Explotaremos nuestro planeta tal y como lo hacemos ahora hasta que exhale su último aliento?” Con esta pregunta el fotógrafo Alfons Rodríguez comenzó a retratar las consecuencias del calentamiento global con el objetivo de abordar la crisis climática y concienciar sobre la importancia de actuar desde ya. El resultado de ese recorrido por más de treinta países de siete continentes es The Melting Age (La Edad del Deshielo), que recoge lugares y situaciones que muestran cuáles son las causas y consecuencias de la crisis climática antropogénica. Lo que podemos ganar y, al mismo tiempo, todo lo que podemos perder.

Con esta muestra de fotografías captadas a lo largo de finales del siglo XX y el XXI, el fotógrafo documental Alfons Rodríguez pretende narrar cómo se afronta el gran reto de la humanidad para las próximas décadas y cómo la crisis climática es algo que viene de lejos. Una exposición, The Melting Age que, tras haberse expuesto en el marco de la COP28, realizada en los Emiratos Árabes Unidos, Nueva York, varias ciudades españolas y antes de viajar a Bruselas y a otras ciudades europeas y de EUA, llega a València con motivo de la Capitalidad Verde Europea. Podrá contemplarse en BIOPARC, un centro especialmente comprometido con el cuidado del medioambiente, la conservación de las especies animales en peligro de extinción y la concienciación de la población.

Del calor al frío, todo parece un esperpéntico y grotesco juego al que nosotros mismos nos obligamos a jugar. Un sinsentido que no tiene precedentes. En Groenlandia o en la Antártida, el deshielo por el calentamiento provoca el aumento del nivel de los océanos en el planeta, además de enfriar corrientes marinas que influyen a su vez en la fauna y en los ecosistemas. Un exceso de agua salada que contrasta con el derroche de los escasos acuíferos de agua potable, por ejemplo, para fabricar una botella de plástico que contenga un litro de agua empleamos cuatro litros del mismo líquido, y esta es una proporción moderada comparada con otros productos.

Ese sinsentido que nadie entiende, pero que todo el mundo acepta con resignación. Y sobre todo con egoísmo: nuestro posible ocaso y el de generaciones futuras, provocado por nosotros mismos. Grandes conferencias internacionales que reúnen a casi todos los países del mundo debaten sobre cómo actuar ante tal situación, cómo mitigar sus efectos, sobre la responsabilidad global y sobre el destino cercano de nuestro planeta. Hay que empezar a caminar en una dirección más sostenible y cuidadosa con la utilización masiva de los limitados recursos naturales del planeta.