Estudió en el Basque Culinary Center, después de hacer 2 años en Audiovisuales y Marketing. Fue rompiendo mano en las cocinas de Mar de Avellanes, La Pergola (Roma), Omm (Barcelona) y Geranium (Copenhague). Tocó la puerta de Ricard Camarena para hacer su proyecto de final de carrera y acabó quedándose cinco años y convirtiéndose en uno de los hombres fuertes del cocinero –fue manager de Bombas Gens con apenas 28 años y bajo su batuta consiguieron la segunda estrella–. Hasta que decidió emprender con Mamua, un delivery de calidad que fue la antesala de Raro, el restaurante que abrió junto a Sara Folgado e Ibai Bengoechea en 2022.
1. ¿Qué preparas en casa cuando tienes invitados?
Lo que más me gusta es encender las brasas si estoy con amigos, y si es para mi familia, platos de cuchara o arroz no pueden faltar
2. Darte un homenaje para ti significa…
Para mí un homenaje consiste en una mezcla entre producto, brasa, tradición y creatividad. Todo esto regado con amigos y unas cuantas botellas de vino.
3. Tu último descubrimiento gastronómico
Tal vez no es mi último descubrimiento, pero si el último sitio donde he sido feliz comiendo y bebiendo, en la barra de Kaymus.
4. Tu última cena consistiría en…
Espaguettis al cacio e pepe de Felice a Testaccio en Roma con la botella de vino que me recomiende mi amigo Oscar Patus.
5. ¿A qué le tienes miedo?
A muchas cosas, volar, el mar abierto, el vacío, que algunas cosas que hacemos no gusten… pero, desde luego, ninguno de estos miedos es paralizante.
6. ¿Qué guiso o plato familiar forma parte de ti?
Sin ninguna duda el cocido valenciano que cada navidad preparan mi madre y mi iaio. También echo mucho de menos los macarrones con bechamel de mi iaia.
7. Para combatir la resaca lo mejor es…
Ibuprofeno y mucha agua. Pero si además lo combino con algún consomé de caldo casero y el zumo de tomate que prepara mi chica, la formula es imbatible.
8. Lo que menos me interesa de la gastronomía es…
La teatralidad excesiva en algunos restaurantes y la búsqueda de la foto fácil.
9. La cocina del futuro debería ser…
Un mix entre producto, cultura gastronómica, creatividad y precios ajustados para mantener nuestro margen, pero sin volvernos locos.
10. ¿Por qué te gustaría que te recordaran?
Por ser un buen tío, en las dos acepciones de la palabra.
11. Última vez que pediste comida en Glovo y ¿qué fue?
Hace un tiempo que no pedimos Delivery pero las pocas veces que lo hacemos suele ser a Casa Ru.
12.
¿Cómo es tu restaurante perfecto?
En cualquier sitio que me sienta tan a gusto que pagaría más de lo que vale.
13. Tu momento más feliz asociado a la gastronomía.
Es muy difícil elegir solo uno. Pero podría decir que comerme un arroz al horno en casa de mis padres al volver de un viaje por Estados Unidos es una sensación que no olvidaré. Esto a nivel personal, en el plano profesional, podría decir dos: abrir Raro y vivir el momento cuando le dieron 2 estrellas Michelin a Ricard.
14. ¿A qué cocinero/a o persona vinculada al sector admiras?
A Ricard Camarena, con él aprendí el valor de ser hostelero y empresario en nuestro sector. Además, admiro a gente que se atreve a emprender como Alex de Barbaric o como mi socio Ibai Bengoechea. Y a Sara Folgado, que es un ejemplo a seguir por su trabajo en la Sala.
15. ¿En qué país del mundo se come mejor? (No vale España)
Italia. Tienen una despensa y una bodega como país increíbles e insuperables, al igual que aquí.
16. Un placer culpable a la hora de comer.
Comerme el pan untado con mantequilla o AOVE antes de que llegue el primer plato.
17. ¿Qué haces para desconectar del trabajo?
Entre semana deporte (aunque menos del que me gustaría). En vacaciones siempre que podemos, viajar.
18. ¿Has conquistado a alguien por el estómago?
Creo que, a mi pareja, aunque habría que preguntárselo a ella.
19. ¿Crees en los influencers foodies como herramienta de visibilidad para tu negocio?
Como una herramienta más, sí que pueden funcionar. Pero de ahí a pensar que es la solución para llenar el restaurante es otra cosa.
20. Un plato o producto que pienses que está sobrevalorado.
El caviar. Para mí sobrevalorado porque gustativamente hablando no es nada del otro mundo