VALÈNCIA. El Centro de Experiencias Cajamar en Paiporta celebró el jueves 11 de julio su Jornada de Puertas Abiertas 2024, en la que ha destacado el incremento de colaboraciones con otros centros tecnológicos, de investigación y empresas privadas del sector agroalimentario.
Entre los programas que el centro está desarrollando, destacan los dedicados a la sensorización de los campos para mejorar el sistema de riego en cultivos hortícolas. Carlos Baixauli, director del Centro de Experiencias, concretó que, a partir de la introducción de parámetros como la capacidad del campo y el agua disponible, pueden saberse las necesidades de riego y conseguir una mayor eficiencia de agua con la máxima productividad del cultivo. “Esto permite dar un paso más, puesto que ya no decide el hombre, sino que es la máquina quien decide cuando regar”, ha explicado Roberto García, director de Sostenibilidad del Grupo Cooperativo Cajamar.
Las empresas que trabajan en este programa procedentes de Cajamar Innova son Brioagro e Ikos. Ambos proyectos están en una fase muy avanzada, y ya se están comercializando sus productos. “Son dos casos de éxito, son dos empresas de aceleración más que de incubación”, añadió Baixauli.
Pese a que, tal y como matizó uno de los agricultores de la zona durante la visita, el traslado de las innovaciones planteadas desde el centro a los cultivos colindantes es muy complejo y prácticamente inasumible por el agricultor medio.
También se están llevando a cabo estrategias de control biológico de plagas por conservación y suelta de auxiliares en cultivos hortícolas y frutales. “El objetivo es mejorar la biodiversidad y favorecer el control biológico por conservación. Con estas estrategias, conservamos estos auxiliares que se alimentan de las plagas. Nos está funcionando bien, en colaboración con Agrobio, quienes también comercializan plantas para implantar esas infraestructuras verdes. Con la estrategia de control biológico hemos conseguido un buen control de la mosca blanca, una plaga que en la zona de La Ribera está causando problemas”, ha destacado el director de Sostenibilidad de Grupo Cajamar.
A lo largo del recorrido por las 7 hectáreas de terreno del que dispone el centro, se aprecian varios invernaderos donde también se están desarrollando nuevas iniciativas, como es el caso de los cultivos hidropónicos de lechugas. En colaboración con Bihox, se está llevando a cabo un proyecto que inyecta oxígeno por aporte de microburbujas en la solución nutritiva, en el agua, dado que con altas temperaturas el oxígeno se diluye peor en el agua y los cultivos pueden morir por falta de él.
Por otro lado, el tomate es la estrella de varios de los programas, como son el proyecto de Harnesstom, que responde a una iniciativa europea para su mejora genética en condiciones de altas temperaturas, sequía, salinidad y enfermedades emergentes y que ya cumple cuatro años de andadura; o aquel que permite incrementar la densidad de plantación a través de la detección de los genes del tomate, que se traduce en cultivar más plantas por metro cuadrado, proyecto desarrollado por el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), un centro del CSIC y de la Universitat Politècnica de València.
Además, tal y como comenta Isabel Montávez, ingeniera Técnica Agrícola de Intersemillas, el centro en Paiporta también "atiende a la demanda de cultivos de otras culturas", como es el caso de berenjenas alargadas, y no solo la berenjena negra o rallada.
El encuentro ha contado con 200 agricultores, técnicos y empresarios del sector en la Comunitat Valenciana, además de la asistencia del presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, y el director territorial de la entidad en València, Jesús García.
Paralelamente, la presentación a los asistentes de las principales líneas de investigación que se están llevando a cabo en el centro corrió a cargo del director de Sostenibilidad del Grupo Cooperativo Cajamar, Roberto García; del director de Fundación Grupo Cajamar, Manuel Lainez; y del director del Centro de Experiencias, Carlos Baixauli.