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El azulejo reduce emisiones por la caída productiva con la transición energética como reto inmediato

2/12/2020 - 

CASTELLÓ. El clúster azulejero redujo el año pasado sus emisiones. Lo hizo concretamente un 2,8%, a tenor de las cifras recogidas en el Balance de emisiones de gases de efecto invernadero publicado recientemente por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. 

Según el informe, las factorías azulejeras -las incluidas en el listado como autorizadas para emitir gases- lanzaron a la atmósfera 2,89 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), mientras las esmalteras emitieron prácticamente 353.000 toneladas. Ambas cifras cayeron respecto al año anterior. Pero es que en 2018 el sector alcanzó su récord de producción, con 530 millones de metros cuadrados de pavimentos y baldosas, por los 510 de 2019. Es decir, las emisiones se redujeron prácticamente en línea con la producción cerámica. 

Una alternativa, ya

Los datos llegan en un momento en que la principal industria castellonense vive de lleno el debate sobre la necesaria, e inminente, transición energética, motivada por las exigencias de Bruselas de reducir en 2030 sus emisiones en un 50%. Esto significa que, dentro de diez años, "ya tenemos que haber encontrado la alternativa" al gas con la que continuar produciendo, apunta el secretario general de la patronal azulejera Ascer, Alberto Echavarria

Por el momento, las intenciones de la Comisión Europea y por extensión del Gobierno de España van encaminadas a hacer del hidrógeno el principal combustible con el que abastecer a la industria, y de ahí las primeras líneas de investigación en este aspecto, "pero nosotros lo vemos muy lejos; de hecho, aún no sabemos si es factible a nivel técnico", remarca Echavarria. 

8 o 9 veces más caro

Eso por no hablar del coste de producir hidrógeno, actualmente entre 8 y 9 veces superior al del gas. En este sentido, si se quiere adaptar los hornos cerámicos a la nueva tecnología, desde Ascer exponen que será necesario "que el Gobierno asuma su parte y subvencione" la energía: "Tiene que ser, como mínimo, igual de caro que el gas; si no, nos dejan fuera del mercado", asegura su secretario general. 

Sin duda este es un reto inmenso, el del tercer cambio energético del sector azulejero. Y en este desafío no ayuda la reciente (y polémica) negativa del Ejecutivo comunitario a que el sector reciba subvenciones para abaratar los costes indirectos del gas, que incluso podrían facilitar una transición intermedia. La última en reclamar nuevos incentivos ha sido la patronal de las fritas, esmaltes y colorificios cerámicos (Anffecc), a través de su secretario general, Manuel Breva, este mismo martes, al solicitar  la llegada de los Fondos Europeos de Resiliencia y Recuperación, aprobados recientemente. 

¿La electricidad como vía intermedia?

No en vano, a la espera de encontrar la vía para materializar la complicada transición hacia el hidrógeno, desde el sector ven mucho más factible cambios más moderados: "Hasta el 2030 el sector tiene que seguir descarbonizándose, por eso pensamos en un paso medio, más factible, que es electrificar parte de los procesos de las fábricas, porque la tecnología ya existe", asegura Echavarria. 

Todo, con el fin de continuar avanzando por una vía, la de la reducción de las emisiones, "en la que el sector viene avanzando en los últimos 20 años", indica el representante azulejero, pero que en la práctica no se traduce en una menor cantidad de CO2, ya que la producción, en estas dos últimas décadas, se ha disparado. 

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