La Comunitat Valenciana, bajo la dirección de Carlos Mazón, ha emprendido un cambio de rumbo en su política económica, centrado en la simplificación burocrática, la atracción de inversiones y la reindustrialización. Estas acciones están alineadas con las recomendaciones del Informe Draghi, que subraya la importancia de la competitividad, la transición verde y digital, así como la reducción de desigualdades. Sin embargo, junto con las oportunidades, el Govern y las empresas valencianas enfrentan retos considerables a nivel normativo y de implementación que requieren una estrategia adecuada.
El Informe Draghi ofrece un conjunto de recomendaciones diseñadas para mejorar la productividad y preparar las economías europeas para los desafíos futuros. Entre sus principales sugerencias están la modernización industrial, la sostenibilidad ambiental y la digitalización. Estos cambios afectan especialmente a la Comunitat Valenciana, donde sectores clave como la cerámica, el automóvil y la agroindustria deben ajustarse a las nuevas exigencias del mercado y la regulación. Para la región, la transformación de su tejido industrial no es una opción, sino una necesidad si quiere mantener su competitividad en el escenario europeo. La adopción de tecnologías limpias y la inversión en innovación serán fundamentales para adaptarse a la nueva realidad económica que plantea el Informe Draghi.
Desde que asumió el cargo en 2023, el president Carlos Mazón ha reorientado las políticas económicas con un enfoque pragmático. Sus esfuerzos se centran en tres áreas principales: la reducción de la burocracia ha sido uno de los primeros pasos para atraer inversión y facilitar la creación de empresas. Esto está en línea con las recomendaciones del Informe Draghi, que aboga por gobiernos más eficientes que faciliten la actividad empresarial. Asimismo, mediante incentivos fiscales y mejoras en el entorno empresarial, la Comunitat Valenciana ha captado la atención de inversores extranjeros en sectores estratégicos como la energía y la tecnología. La llegada de multinacionales al territorio refleja el éxito de esta estrategia inicial. Además, el actual Govern de la Generalitat ha apostado por la modernización industrial, especialmente en sectores como el automotriz y el cerámico, que han comenzado su transición hacia modelos más sostenibles y tecnológicos. Este enfoque también responde a las directrices del Informe Draghi, que resalta la necesidad de reconvertir las industrias tradicionales para competir en el futuro.
Sin duda, la Comunitat Valenciana tiene importantes ventajas que le permiten aprovechar al máximo las oportunidades que recoge el informe elaborado por Mario Draghi a petición del Parlamento Europeo. Su ubicación estratégica, con el Puerto de Valencia como eje logístico, y su capacidad para alinearse con las políticas europeas le otorgan una posición favorable. Sin embargo, también enfrenta desafíos importantes. Aunque las iniciativas del president Mazón y su equipo de gobierno son ambiciosas, la clave estará en cómo se ejecuten a largo plazo. Las barreras burocráticas y la falta de consenso político pueden ralentizar algunos proyectos cruciales, como los vinculados a la transición energética. Además, muchos de los proyectos actuales dependen de los fondos europeos, especialmente los del programa Next Generation EU. Si estos recursos no llegan a tiempo o no son suficientes, podría haber un riesgo significativo para la continuidad de las reformas. También es importante señalar que revertir las políticas del gobierno del Botànic ha generado tensiones con ciertos sectores. Mientras que la simplificación administrativa es bien recibida por los empresarios, existe el riesgo de una desregulación excesiva en determinados ámbitos, que podría comprometer la protección ambiental y los derechos laborales. De cómo se lleve acabo este juego de equilibrios dependerá también el éxito de las reformas.
Pero el Informe Draghi no solo implica oportunidades; también vendrán cambios regulatorios desde Bruselas y Madrid que impactarán en los procesos productivos de las empresas valencianas. Para adaptarse a este nuevo escenario, las empresas deben anticiparse y no esperar a reaccionar cuando las normativas ya estén en vigor. Ponerse en manos de consultores especializados en relacionamiento institucional, advocacy y lobby será clave para comprender cómo les afectarán estos cambios y para desarrollar estrategias que permitan adaptarse a ellos sin comprometer la competitividad. Aquellas empresas que se anticipen y participen activamente en la discusión regulatoria estarán en una posición mucho más sólida para afrontar los retos que se avecinan.
La Comunitat Valenciana ha dado pasos importantes para estar alineada con el reto de repensar la Unión Europea para la próxima década. La simplificación administrativa, la atracción de inversiones y la reindustrialización están sentando las bases de un futuro competitivo y sostenible. Sin embargo, el éxito a largo plazo dependerá de cómo se gestionen los desafíos pendientes, como la implementación de reformas y la adaptación a las nuevas normativas europeas y nacionales. Existe una oportunidad única y real para convertir a la Comunitat Valenciana en un referente europeo en crecimiento sostenible y competitividad. Pero para lograrlo, tanto el ejecutivo de Mazón como el tejido empresarial deberán estar preparados para enfrentar los retos que traerán consigo los cambios regulatorios, siempre con la mirada puesta en el futuro.
María Muñoz es directora senior de Asuntos Públicos de Kreab