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una oda a lo inútil 

El IVAM se alía con Sebastián Alós para cerrar su 30 aniversario

El museo, además, ordenará su línea editorial de la mano de Dídac Ballester y trabaja en una exposición de diseño gráfico para 2021

9/01/2020 - 

VALÈNCIA. 18 de febrero de 1989: el IVAM se inaugura con una presentación de la colección del escultor Julio González, una muestra de Equipo Crónica y la exhibición del ciclo de fotomontajes The American Way of Life de Josep Renau. Pasamos algunas páginas. Llegamos por azar al 3 de junio: 1988, Carmen Alborch es nombrada directora; 2000, Kosme de Barañano es nombrado director; 2004, se inaugura la exposición Pepe Gimeno: grafía callada. Agitado 3 de junio. Estos son algunos de los hitos que conforman la historia de un museo que empieza a recogerse tras su fiesta de 30 aniversario, al que pone como guinda un proyecto con el que quiere afianzar su relación con el sector del diseño y que supone una parte de un proyecto a medio plazo que ya tiene marcados varios altos en el camino. El primero de ellos, la edición de una suerte de “anti agenda”, una publicación generada de la mano del diseñador Sebastián Alós, recientemente nominado en los Tokyo Type Directors Club Awards 2020, con la que el IVAM quiere resumir sus hitos, exposiciones y nombramientos de directores, aquellos que han dado forma al centro en las últimas décadas.

“Este proyecto enlaza con la tradición del museo en relación al diseño gráfico”, explica a Culturplaza el director del museo, José Miguel G. Cortés, quien destaca también el gran proyecto expositivo en el que trabaja para su subsede de Alcoi, una muestra comisariada por el experto Xavier Giner sobre diseño industrial que verá la luz en pocos meses y que se plantea como una evolución de 20 dissenyadors valencians, el proyecto ideado por Juli Capella y Quim Larrea para el IVAM en 1994. Pero esta no es la única exposición vinculada al sector que prepara el museo que, tal y como avanzan a este diario, planea una muestra sobre diseño gráfico en la colección del IVAM para la primera parte de 2021. De igual forma,  de la mano del diseñador Dídac Ballester, se está llevando a cabo una revisión completa de la línea editorial del centro que busca aportar una mayor “coherencia” a su imagen, iniciativas que, explica Cortés, van en el espíritu del museo aunque, sin duda, tienen ahora un paraguas mayor en el que enmarcarse: València será Capital Mundial del Diseño en 2022.

Por lo pronto, es la hora de lo “inútil”. No lo decimos nosotros, sino sus propios impulsores. Así define Alós la publicación creada para el IVAM, un objeto que cierra el aniversario del museo y que sintetiza su historia a modo de almanaque. “Todo parte de la idea de la agenda, pero no al uso. Lo que hacemos es usar el lenguaje de la agenda y sus medios para contar una historia, que empieza el día de la inauguración del IVAM”, explica el diseñador. Efectivamente, se trata de una agenda en la que solo existen los días en la que el museo inauguró exposición o nombró director. El resto aparecen en blanco, un hecho que “redondea la idea de objeto inútil”, destaca el autor, que destaca de la publicación sus ‘secretos’, como una doble página que genera una suerte de “escondite” entre página y página o un repaso fotográfico por algunas de las últimas obras que han pasado a formar parte de la colección, un resumen "subjetivo" que presenta piezas de autores como Darío Villalba, Anne Messager, Anzo, Pepe Espaliú o Martha Rosler.

Con esta idea de objeto inútil buscan hacer una reflexión más profunda sobre el papel de la cultura en la sociedad actual, una repuesta al ‘y esto para qué sirve’ que confronta la actividad artística. “Cada vez más vivimos en una sociedad donde todo está medido, calculado y validado por la cuestión de los números. La cultura también. Todo está basado en un modelo neoliberal donde lo que cuenta es la productividad, con lo que todo tiene que tener un objetivo que, cuanto más claro sea, mejor. El arte y la cultura nos permiten escapar parcialmente de esta visión y hacernos una serie de cuestiones aparentemente inútiles, aunque no lo es tanto si cambiamos las reglas del juego y los valores. Hay que dejar de contar las manifestaciones culturales como si esto fuera una fábrica de coches", explica el director del museo.

Con este idilio con el mundo del diseño, ¿cabe un museo para el mismo? José Miguel G. Cortés lo tiene claro: “Yo optaría, como otros grandes museos han hecho, por tener un gran museo nacional donde estuvieran las mejores obras de creación artística. Y me da igual que sea una silla, un teléfono, un cómic o una pintura. Obras que nos permitan comprender las diferentes épocas de creación. No creo en las jerarquías. Eso no quita que haya otros proyectos, como los centros de documentación y/o formación". El director aboga así por un museo de convivencia más que uno compartimentado. Ciertamente existen casos de éxito en una u otra forma, tanto en el modelo de convivencia como en el de museos de diseño, algunos de ellos clave en el relato europeo del sector. Habrá que ver cuál es la opción hacia la que nada la Generalitat Valenciana, que se comprometió en generar un proyecto expositivo en torno al diseño en la presente legislatura. También Alós apuesta por un proyecto que “contextualice” las colecciones de diseño y genere relatos en los que “tenga tanto valor una pintura como la silla de Mies”. Sea como fuera, hay diseño para rato en el IVAM.

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