VALÈNCIA. Prácticamente todos hemos sentido la sensación de un frenazo en seco alguna vez. Es un instante convulso en el que parece que el mundo se detiene y no oímos ni nuestra respiración. Algo así acaba de ocurrir en los concesionarios que venden todos los días miles de coches en la provincia de Valencia, y de golpe se han encontrado con sus puertas cerradas. Al fin todo parece indicar que poco a poco se va a volver a la actividad, y los más optimistas ven un futuro halagüeño ya que muchos van a volcarse por realizar sus desplazamientos en su vehículo particular, por aquello de las distancias.
Pero vayamos al desastre del mes de abril. Solo en la provincia de Valencia se han vendido 3.200 vehículos menos que el pasado año. Lo raro es que se hayan matriculado 190 coches en las circunstancias que nos encontramos, seguramente será alguna operación a empresas ya en marcha meses antes.
Vaya por delante que todos los concesionarios oficiales de todas las marcas han cerrado sus puertas, por lo tanto sus vendedores se han ido a su casa. Si es cierto que ha habido la posibilidad de comprar vía digital.
Ford ha sido la única marca que ha realizado operaciones alcanzando 99 matriculaciones, de las cuales 74 son del modelo Focus. Prácticamente el resto están a cero, como no podía ser de otra manera estando cerrados, a excepción de Peugeot con 9 ventas, Hyundai con 8, y Opel con otras 8.
Gran expectación ha generado la vuelta a levantar las persianas, que se realizará el 11 de mayo, si no hay cambios, para comenzar una recuperación necesaria en un sector vital de la economía, y que además, apuesta fuerte por lo eléctrico.
Las fábricas de automóviles han comenzado su puesta a punto con todos los medios de seguridad necesarios y más. Es un sector que siempre va por delante, y acudir a ver un modelo a una exposición de coches, no me cabe ninguna duda que será tan seguro como estar en nuestra propia casa. Los niveles de seguridad impuestos por las marcas a sus concesionarios son altísimos.