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Guillamón, el central que recibía clases de '6' por las tardes

FOTO: VALENCIA CF
21/10/2021 - 

VALÈNCIA. El '6' del Valencia CF que sorprende en LaLiga, el que pule Pepe Bordalás en la ciudad deportiva de Paterna aprendió el oficio de mediocentro antes de la llegada del técnico alicantino. En la campaña 2018-19, todavía en edad juvenil, Hugo Guillamón subió al Mestalla de la mano de Miguel Grau, que ya lo preparó el curso anterior. El central, nacido en San Sebastián el 31 de enero de 2000, no contaba a futuro para el primer equipo. Mateu Alemany, Marcelino y Pablo Longoria, que por aquel entonces todavía decidían con autonomía el proyecto deportivo del club, no veían al central con la proyección suficiente como para dar el salto a primera división. Su condición de internacional en las categorías inferiores de la selección española no era suficiente. 

Miguel Grau, que creía a pies juntillas en las condiciones de Hugo, preparó un plan para mejorarlo y darle más valor sobre el campo. El objetivo era que tuviera más recursos y que sus portentosas dotes técnicas ayudasen al equipo en el centro del campo. Miguel Grau trasladó a Guillamón al mediocentro antes que Bordalás y proyectó a futuro la visión del futbolista. Como curiosidad, José Ramón Alexanco, anterior director deportivo, quiso ubicarlo en el centro del campo en edad cadete, aunque, finalmente, esa idea no la llevó a cabo.

Grau transportó a Guillamón al eje de la medular ante la incredulidad del jugador, acostumbrado a jugar como central en la Academia y con España. Al principió no entendió la decisión de su entrenador y sufrió, porque el perfil al que tenía que acostumbrarse era diferente. Para el técnico, la decisión era arriesgada. Dirigía el banquillo de un filial con todos los riesgos que eso comporta y esa decisión era uno más. A fin de que ganara en confianza y se adaptase a su nuevo rol, Grau decidió darle clases particulares de '6' por la tarde. Así que Guillamón doblaba sesión muchos días en Paterna.

Aquel curso fue como un doctorado en centrocampismo. En Segunda B no había respiro, apenas había tiempo para pensar, y Hugo aprendió el oficio con los rivales mordisqueando sus tobillos. Jugó muchos partidos en esa demarcación volviendo a la zaga cuando era necesario. Sus habilidades como central empezaron a mostrarse en el centro del campo. Intuía acciones y anticipaba. Tácticamente, su posicionamiento era prodigioso. Entender el juego desde niño le ayudaba. Su inteligencia también. Los rivales se sorprendían y felicitaban al cuerpo técnico del Mestalla por el juego de aquel jugador, aparentemente muy tierno para una categoría tan áspera. Paradójicamente, Miguel Grau fue despedido en febrero de 2019, a mitad de aquella temporada. Quizás su legado sea enseñar a Hugo a desenvolverse como mediocentro. El futbolista mantiene una buena relación con Grau. 

Hoy en Primera división, con más tiempo para pensar que en Segunda B, multiplica su talento. Su lateralidad pierna-ojo es derecha, pero tiene el don de golpear la pelota con ambos pies. Como central está acostumbrado a jugar en las inferiores del murciélago en el perfil zurdo y muchos cambios de orientación los hace con la izquierda. Esa capacidad de ser ambidiestro lo convierte en un jugador más valioso.

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