VALÈNCIA. El IES d'Albal, situado en este municipio valenciano de l'Horta Sud, permanece cerrado desde las devastadoras inundaciones del pasado 29 de octubre, que afectaron a 84 localidades en la provincia de Valencia. Más de un mes después, las aulas siguen sin poder ser utilizadas y la incertidumbre sobre cuándo se reabrirá el centro comienza a minar la moral de los alumnos, familias y el equipo docente.
Según explica la madre de dos estudiantes afectados a Valencia Plaza, Ana Candel, la situación ha llegado a un punto crítico. "Mis hijos llevan más de un mes sin ir al colegio. Los primeros días ni siquiera teníamos luz y, ahora que se ha establecido la modalidad telemática para las clases, las comunicaciones siguen fallando. Las familias nos sentimos abandonadas", lamenta Candel. El edificio sufrió graves daños estructurales, con paredes caídas, placas del techo desprendidas y el patio del instituto completamente anegado.
A pesar de que voluntarios locales y efectivos de emergencias limpiaron las zonas más afectadas, no se han iniciado las reparaciones necesarias ni se ha emitido el certificado de salubridad indispnesable para reabrir. "Se nos comunicó que solo se rehabilitarían las plantas superiores para los alumnos de Segundo de Bachillerato por la proximidad de los exámenes de Selectividad, pero ni eso se ha cumplido", añade Candel.
La incerteza sobre la reapertura del centro se debe, principalmente, a la "falta de intervención" por parte de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, departamento responsable de autorizar las obras de rehabilitación y garantizar la seguridad del inmueble. Sin embargo, Candel denuncia el abandono administrativo que han sufrido en el IES d'Albal desde el mismo día del temporal: "Ha pasado un mes y todavía estamos esperando que venga un técnico para evaluar el estado de las instalaciones".
Sin embargo, desde la Conselleria de Educación, aseguran a este diario que los técnicos autonómicos de este departamento sí visitaron las instalaciones del centro educativo los días 4 y 8 de noviembre. Por otro lado, estas mismas fuentes señalan que la empresa pública Tragsa realiza las labores pertinentes de limpieza para la puesta en funcionamiento de la primera planta del IES d'Albal. Además, insisten desde Conselleria, "se están generando caminos seguros y zonas acotadas en la planta baja para que los operarios puedan trabajar en las reparaciones necesarias para su reapertura".
El cierre indefinido del instituto ha supuesto un golpe emocional y logístico para su comunidad educativa. Los estudiantes, especialmente aquellos que se cursan la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), han visto interrumpida su formación presencial, lo que ha afectado no solo a su rendimiento académico, sino también a su bienestar emocional. "Mis hijos están cada vez peor. La situación recuerda a la pandemia, solo que aquí no vemos un final. Esto psicológicamente machaca", explica Candel a este diario.
Además, la imposibilidad de acceder a las clases presenciales ha trastocado la organización diaria de las familias. Aunque algunos padres y madres, como Candel, pueden teletrabajar, otros se ven obligados a dejar a sus hijos solos en casa. Ante este panorama, la comunidad educativa no oculta su frustración con la Generalitat. Según fuentes municipales consultadas por Valencia Plaza, el Ayuntamiento de Albal ha realizado todas las gestiones posibles ante la Conselleria de Educación, pero sin obtener una respuesta efectiva.
"El Ayuntamiento ha llegado a su límite. Ahora nos dicen que somos los padres y madres quienes debemos reclamar nuestros derechos", señala Candel. Desde el centro educativo, se ha solicitado en reiteradas ocasiones la intervención de las autoridades competentes, pero las familias denuncian la pasividad de la administración autonómica. "Es inconcebible que haya pasado un mes sin que nadie mueva un dedo. Estamos hartos de la inactividad de las instituciones", protesta Candel.
Ante esta parálisis, la comunidad educativa del IES d'Albal ha decidido pasar a la acción. Este jueves, la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de este centro celebrará una reunión para trazar una hoja de ruta que podría incluir mpvilizaciones y concentraciones para elevar sus exigencias a la Generalitat. "Si no actúan, nos tocará hacernos oír. Nuestros hijos no pueden esperar más", advierten las familias de este centro educativo.
La situación del IES d'Albal es un reflejo del impacto que las catástrofes naturales tienen sobre los servicios públicos cuando no se les da una respuesta ágil y coordinada. Las familias piden que se priorice el derecho a la educación y que las administraciones trabajen de manera conjunta para garantizar la seguridad y el bienestar de los estudiantes. El reloj sigue corriendo y la comunidad educativa espera, con creciente impaciencia, que la Generalitat Valenciana tome las riendas de esta crisis.