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la folgatinha / OPINIÓN

Las mandarinas de Layhoon

3/02/2023 - 

VALÈNCIA. La foto que acompaña el texto que ha conseguido sacar adelante este juntaletras es certera. Apenas conozco de vista a Biel Aliño, el fotógrafo que pulsó su cámara y captó la imagen más significativa de lo que sucedió el miércoles en la triple comparecencia de prensa de la Ciudad Deportiva de Paterna. Aprovecho para felicitarlo. La imagen dice muchas cosas. Es, hasta la fecha, una de las fotos del año en el universo Valencia CF.

La imagen de Miguel Tendillo, uno de los embajadores del club, con la mano izquierda apoyada en la frente y cubriéndose los ojos mientras escuchaba una pregunta cualquiera de las que, a quemarropa, dispararon varios de los periodistas presentes sobre Layhoon, Miguel Ángel Corona o Javier Solís, habla por sí misma como toda gran fotografía. 

Es aquello que dice que una imagen vale más que mil palabras. Porque Tendillo podía estar, discretamente, mirando el móvil, echándole un vistazo a sus redes sociales o comprando calcetines calentitos para estos días en alguna web, pero no. Si ampliáis la foto, creo que, incluso, tenía los ojos cerrados sintiendo lástima o ¿vergüenza ajena? por sus compañeros, que arriba en el tablado, sojuzgados por la prensa, farfullaban un discurso fariseo que, primero generó estupefacción, luego risa y, finalmente, tristeza, porque el club lo dirigen estos señores, sin frenos y cuesta abajo, hacia un despeñadero.

En un decorado de cartón piedra, Layhoon, la mano derecha de la trama que estrangula al club del murciélago, y dos de sus empleados más fieles, Solís y Corona, intentaron, de nuevo, trolear a la afición utilizando el altavoz de los medios. Su mensaje, lleno de lugares comunes como el 'fair play' financiero, la negación de que el club esté en venta, la promesa del estadio o la beatificación de Peter Lim que estás en los cielos, que desde Singapur está velando por el club, fue una patraña más. Y reducir a Gennaro Gattuso al estado de un entrenador que renuncia a seguir al frente de la plantilla por incapaz, aunque, eso sí, "muy honesto y transparente", es muy feo.

La pantomina de la rueda de prensa tramposa y hueca de hora y media la pergeñaron Chan, Corona y Solís 24 horas antes cuando, con el cadáver de Gennaro Gattuso todavía caliente, se montaron una comilona en Paterna, calzándose dos paellas, a la que también acudió la directora financiera Inma Ibáñez después de validar que los jugadores vuelvan a cobrar en pagarés, algo que, en lugar de escandalizarnos, es práctica normal en todos los clubes, tal y como argumentó Layhoon.

Por cierto. ¿Dos paellas para cuatro? Supongo que a la comida acudirían el multiusos Voro, hombre de confianza de Meriton, y alguno de los estómagos agradecidos que tiene cerca la presidenta. Te deseo mucha suerte, Voro.

Layhoon Chan, la primera dama de Meriton, mintió con el mismo aplomó y teatralidad con que lo hizo en su primer discurso del 2 de diciembre de 2014 en el Palacio de Congresos de València. Entonces, mientras exponía como un presentadora de Teletienda las bondades del proyecto de Peter Lim para el VCF, comentó que nada más venir a la ciudad un recuerdo de su niñez, un olor, había vuelto a su mente. El de las mandarinas valencianas que su madre le daba cuando era niña. La gente la ovacionó. Fue una de sus primeras mentiras. Yo entonces me la creí, ¡que estúpido!, ¡que pardillo! Ni siquiera le gustarán las mandarinas.

Claro que el peor parado fue Corona. Un tipo al que Meriton humilla exponiéndolo en un acto como el del miércoles a sabiendas de que no tiene argumentos para defender su trabajo - y los que emplea son de chirigota - porque en el aparato fichador del club tiene un peso menor. Un buen salario y tres viajes a Singapur para que el amo le pegue una palmadita en la espalda y lo coloque en su foto de familia no sé si son suficientes como para aguantar una lapidación. Intuyo, además, que a la mínima, Corona será la siguiente víctima de Singapur, cuando Lim necesite sacrificar a alguien en su hoguera para propagar otra de sus recurrentes cortinas de humo. 

El miércoles, tras su soberbia actuación teatral, los del tridente ejecutivo de Meriton, como tres títeres de guiñol, volvieron a su caja. Después de convertirse, por su propia incompetencia, en muñecos de pimpampum para las atinadas bolas de los periodistas, creo que Chan, Corona y Solís tardarán en aparecer en otra rueda de prensa pública. A ellos y a varios de sus empleados les gusta más medrar, manipular y chantajear utilizando el teléfono móvil.

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