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opinión pd / OPINIÓN

Os echo de menos

26/09/2021 - 

VALÈNCIA. ¿Soy yo el que piensa que está todo un poco parado o alguien más lo comparte? Da la sensación que Mestalla no se llena, ni que la grada alienta como antes. Que se acusa la ausencia de la Curva es algo evidente. Ese colectivo de animación era el corazón del estadio. Pero es que, además, noto cierta desafección global en el valencianismo. Lo comprobé en el partido ante el Real Madrid. Había mucho madridista en las gradas. Muchos, pero que muchos más que en otras ocasiones. Para mi gusto, demasiados. Asimismo, me dio la impresión que había numerosos visitantes ocasionales en el campo. De esos a los que denominamos no habituales. Y también mucho guiri, con todos mis respetos, atraídos por el embrujo y la magia que se vivía en Mestalla durante las noches europeas de años ha. Me pareció un ambiente raro, la verdad. Un clima distinto al que siempre he estado acostumbrado.

Tuve la oportunidad de conversar de todo esto de lo que ahora hablo con José Pérez, de Libertad VCF. Él y su grupo son, sin duda, quienes a día de hoy viven más de cerca el valencianismo. Son el banderín de enganche con el aficionado de a pie. Ya sea tanto con el seguidor que reside en el cap i casal como con los muchos fieles que acuden desde las comarcas a la cita de Mestalla cada vez que juega su equipo. Esos de los que, haga frío o calor, nunca fallan. José Pérez me comentó que el partido ante el Madrid le había recordado a uno de esos extraños encuentros que se disputan durante el mes de agosto. Y que acusó la falta de empuje de la hinchada tras marcarle el gol el Madrid. La comparación no puede ser más acertada. La comparto al cien por cien. Es más, estoy convencido que si eso hubiera ocurrido hace algunas temporadas en esa caldera que era Mestalla, el Madrid no habría remontado.

Esa misma sensación extraña y de desapego no ha sido un hecho aislado. La tuve tanto en el partido contra el Madrid como en el resto de encuentros que se han disputado en casa esta temporada. Es como si nos faltara algo. Como si por cada entrada que se queda en las taquillas, se perdiera uno de esos latidos que siempre se han hecho sentir en Mestalla. Este año echo en falta a muchos aficionados que se han ido descolgando como ese ciclista al que le entra una pájara en un puerto de montaña. Insisto en que noto esa especie de desafecto en el ambiente. Algo que va muy en la línea del hartazgo con Peter Lim. Echo de menos a esos hermanos cuyos nombres nunca conocí, pero con los que siempre hablaba al final del partido mientras bajaba las escaleras del estadio ya de regreso a casa.

La gente está a tope con el equipo y con Pepe Bordalás. Eso es cierto. Pero la grada no es lo que era. Ni mucho menos. A la hinchada la han alejado a base de precios abusivos y de una campaña lamentable de renovación de abonos. Por mucho que me quieran vender todo lo contrario. La afición se ha volcado con sus futbolistas. También con un entrenador que trata de devolver al vestuario el gen competitivo y el ADN perdido al Valencia como equipo. Pero en lo que respecta al club… con Meriton y Peter Lim, todo está perdido. La ruptura con Singapur y su selecto grupo de colaboracionistas al estilo de la Francia de Vichy es total. No hay parche que valga para una herida social que no para de sangrar. No hay marcha atrás. Se tienen que ir más tarde o más temprano. Pero se tienen que marchar sí o sí.

Es cierto que el Coronavirus ha alejado a la gente del estadio. Y que tampoco ayudaron los malos resultados cosechados la pasada temporada. Las derrotas siempre penalizan en exceso. Pero más cierto es todavía que Peter Lim no cuida al Valencia. Más bien todo lo contrario. Lim se cisca en una historia centenaria y en un sentimiento heredado. La verdad es que me preocupa mucho el futuro de la entidad. Porque el Valencia no engancha todo lo que debiera. No hay un proceso institucional de captación de nuevas generaciones. El sentimiento se puede trasmitir de padres a hijos, y muchos estamos en esa labor, pero nos resulta muy complicado lograr ese arraigo si el club no pone de su parte. Y a fe que en lugar de sumar, Meriton no hace otra cosa que restar. Al carrer

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