Otra pincelada maestra de Mazda

22/10/2022 - 

VALÈNCIA. Un color perfecto puede sacar a la luz detalles sutiles que, de otro modo, pasarían desapercibidos en una filosofía de diseño tan delicadamente minimalista como la que practica Mazda.

No se nos ocurre un mejor ejemplo de ello que el nuevo tono Rhodium White, creado originalmente para el Mazda CX-60 y que próximamente también se ofrecerá con el Mazda CX-5. Tiene un brillo metálico muy especial que, según explica Keiichi Okamoto, experto creativo de la División de diseño de la marca, "potencia el aspecto sólido de la forma general y la belleza de los reflejos, incluso en una zona del espectro cromático en la que es difícil jugar con las sombras para crear expresión".

Y es que la profundidad, el resplandor y la textura de este tono Rhodium White realmente acentúan las sombras con las que el diseño Kodo de Mazda ha sabido crear expresión tridimensional. Como es fácil de suponer, conseguir esta interacción casi mágica entre la pintura y el metal requirió años de trabajo e innovación.

"Existe el consenso generalizado de que el blanco transmite sensaciones de pureza, limpieza y elegancia. En nuestro blanco, nosotros también queríamos añadir fuerza a esa elegancia".

Como ya hizo Mazda con los sorprendentes colores Soul Red Crystal y Machine Grey, en el Rhodium White también se emplean partículas de aluminio para formar una capa reflectante uniforme; en este caso, de tan solo 0,5 micras de espesor. Sobre esta capa se superpone un blanco sedoso, de grano muy fino, y una capa de acabado transparente. El resultado es "un blanco estilizado que, al mismo tiempo, hace brillar las superficies con un toque metálico", comenta Okamoto. "Este reflejo metálico es máximo en el exterior, con un cielo despejado, cuando el sol incide sobre el vehículo en un ángulo rasante".

La pintura se aplica mediante el ingenioso método takuminuri, desarrollado por Mazda, con robots que imitan los movimientos de un experto artesano humano y aplican cada capa con precisión insuperable. De hecho, hasta que no se puso a punto esta técnica no era posible crear unos acabados tan extraordinariamente reflectantes y tan en armonía con los sutiles contornos imaginados por los diseñadores de Mazda.

El blanco es un color especialmente importante para Mazda y para Japón como nación. Es el color de la pureza y la verdad, el color de la nieve, el color de una página todavía no escrita. "El tono Rhodium White toma su inspiración de la estética japonesa, del zen y su abstracción del mundo. De la idea de que, si un color se despoja de todos sus pigmentos, finalmente se obtiene el blanco", añade Okamoto.

"La pintura blanca requiere más capas, ya que es más transparente. Nosotros hemos conseguido el mismo grado de blancura reduciendo el espesor en casi un 30%".

Además, la combinación de blanco y rojo —llamada kouhaku—, es muy apreciada en la cultura japonesa y está presente incluso en su bandera nacional. Precisamente por este significado, el equipo de desarrollo del Rhodium White quiso darle un acabado irreprochable. Según Okamoto, "El mayor reto era eliminar cualquier irregularidad. Esa es una aspiración en todos los colores takuminuri, pero en el caso del Rhodium White fue un imperativo absoluto desde la fase conceptual del diseño hasta la producción en serie".

"Para conseguir una distribución precisa de las partículas de aluminio, desarrollamos una técnica que permite controlar el espesor de la pintura hasta el nivel del nanómetro. Eso nos permitió industrializar una calidad de pintura que, de otro modo, solo está al alcance de un maestro takumi", afirma Koji Teramoto, del Departamento de pintura, tapicerías y montaje final.

El Rhodium White se ha convertido en el tercer color "marca de la casa", junto con el Soul Red Crystal y el Machine Grey.

"Con el Soul Red Crystal quisimos expresar pasión y carácter deportivo, para realzar la calidad única de nuestros acabados. Por su parte, el Machine Grey era un testimonio de nuestra búsqueda de la estética en las maquinarias. Con este nuevo tono de blanco, queríamos transmitir el mensaje de que Mazda es una marca inconfundiblemente japonesa que desea elevarse a un nuevo nivel", concluye Okamoto.

Esa ambición de Mazda resulta evidente cuando se contempla uno de sus modelos acabado en el tono Rhodium White.