CASTELLÓ. La campaña citrícola 2025-2026 arranca marcada por la incertidumbre sobre las acciones de promoción de los cítricos españoles, tras confirmarse que la extensión de norma de la Interprofesional Citrícola Intercitrus continúa en tramitación en el Ministerio de Agricultura. Este instrumento, clave para financiar las campañas de divulgación y consumo en los mercados europeos, no podrá aplicarse hasta su aprobación definitiva, lo que amenaza con dejar al sector otro año sin promoción institucional.
Fuentes del Ministerio confirman a Castellón Plaza que la tramitación de la extensión de norma “continúa de acuerdo con el procedimiento previsto”, aunque sin concretar plazos para su resolución. El documento estuvo en exposición pública hasta el 22 de septiembre, y actualmente el Ministerio analiza las alegaciones presentadas por las partes interesadas antes de su aprobación final.
La falta de avances preocupa especialmente a La Unió Llauradora i Ramadera; su secretario general, Carles Peris, advierte de que “viendo la altura a la que estamos, con la campaña ya iniciada, difícilmente se llegue a tiempo de hacer la promoción de esta campaña”. En su opinión, el retraso hará que “la promoción de la interprofesional no se pueda realizar hasta la campaña 2026-2027”.
El dirigente lamenta además que, a la espera de la resolución ministerial, “nos quedaremos sin promoción, ni de la interprofesional, ni de la Conselleria de Agricultura”. En este sentido, recuerda que ya son 17 campañas sin promoción de la interprofesional, mientras que la última acción autonómica se remonta a 2022.
La extensión de norma fue fruto de un acuerdo histórico alcanzado en junio entre las organizaciones de productores (Asaja, UPA y COAG) y los representantes comerciales (Comité de Gestión de Cítricos y Cooperativas Agroalimentarias). Tras años de desencuentros, Intercitrus, que representa cerca del 80% de la actividad citrícola española y tiene su sede en València, logró cerrar un consenso para poner en marcha un plan de rescate del sector durante los próximos cinco años.
El programa contempla una recaudación obligatoria entre productores y operadores comerciales —unos 0,00060 euros por kilo— para financiar iniciativas con un presupuesto total de cinco millones de euros. Entre las actuaciones previstas figuran campañas de promoción en la Unión Europea, acciones fitosanitarias contra las plagas, investigación en variedades más resistentes al cambio climático y el refuerzo de la red de vigilancia citrícola con 180 puntos de control repartidos entre las principales regiones productoras.
Según la documentación remitida al Ministerio, entre un 55% y un 75% de los fondos se destinarán a promoción en la UE, y el resto a I+D y sanidad vegetal. Se trata de la primera iniciativa conjunta de este tipo desde 2008.
La parálisis de las campañas de promoción coincide con una preocupante reducción del consumo de naranjas en los hogares españoles, que cayó un 9,4% en volumen y un 8,1% en gasto per cápita durante 2024, situándose en solo 10,6 kilos por persona y año, según el Panel de Consumo del Ministerio de Agricultura. Si se compara con la media 2019-2024, el descenso supera el 22%. Por el contrario, las mandarinas muestran una tendencia opuesta, con un crecimiento del 14,4% respecto a 2023 y del 8,5% interanual. “La falta de campañas de promoción ha sido clave en esta caída, junto a la competencia de otras frutas y productos listos para comer que sí invierten en marketing”, subrayan desde La Unió.
Además del retraso en la extensión de norma, La Unió denuncia la falta de información sobre la partida de 1,42 millones de euros prevista por la Conselleria de Agricultura para la promoción de los cítricos valencianos, incluida en los Presupuestos de la Generalitat de 2025 y aumentada mediante una enmienda del Grupo Popular en Les Corts.
La organización reclama que esos fondos se canalicen a través de la IGP Cítricos Valencianos, por considerarla “la única garantía de origen y calidad de nuestros cítricos”, y defiende la necesidad de reforzar las campañas estatales y autonómicas, los programas escolares y la presencia del producto valenciano en restauración y distribución.
Competencia exterior al alza
El retroceso interno se ve agravado por el avance de los competidores internacionales. Según el documento de Intercitrus, la cuota de mercado de la naranja española en la UE se redujo del 68% en la campaña 2022-2023 al 55% en 2023-2024. En el caso de las mandarinas, la participación bajó del 74% al 67%. Mientras tanto, países como Sudáfrica o Marruecos siguen consolidando su posición como proveedores clave del mercado europeo.
La pérdida de cuota, el envejecimiento del arbolado y los efectos del cambio climático acentúan la fragilidad del sector citrícola, que demanda respuestas urgentes y una estrategia de promoción sostenida.“Es vital consolidar campañas de promoción tanto en los mercados exteriores como en los mercados de proximidad”, concluye Peris. “Una inversión con fondos propios es esencial para mejorar la situación de un sector tan identitario para los valencianos como los cítricos”.