ALICANTE. Nuevo y sorprendente movimiento en el siempre revuelto mundo de las organizaciones patronales de la Comunitat Valenciana. El enfrentamiento entre la valenciana CEV, reconvertida en patronal autonómica el pasado marzo, y la alicantina Coepa, recién salida de un traumático concurso de acreedores, ha dado una nueva vuelta de tuerca con la entrada en escena de la patronal provincial de Castellón, la CEC, que también alberga esperanzas de salir de su propio concurso de acreedores.
Las dos patronales del norte y del sur han reeditado la estrategia de la 'pinza', que ya emplearon en la negociación para reformar los estatutos de la extinta Cierval, para poner en marcha un proyecto autonómico paralelo al de Salvador Navarro. Una estrategia con la que se venía especulando en voz baja en los mentideros empresariales alicantinos, y que este jueves cobró forma por sorpresa a través de un comunicado tras un discreto encuentro entre las patronales de Alicante y Castellón al que se sumó Cepyme Alicante (que negocia la reintegración en Coepa a través de una nueva plataforma empresarial provincial).
El planteamiento de Coepa y CEC se basa en el mismo razonamiento que ha empleado Navarro para convertir a la CEV en una patronal de ámbito autonómico: la simple voluntad de abarcar dicho ámbito. A jucio de Coepa, la legitimidad que en su momento tuvo Cierval nacía del hecho de que la habían creado las tres patronales provinciales, y no de su condición de patronal autonómica. Esa legitimidad es la que niegan a la nueva CEV, dado que el movimiento de Navarro no ha contado con el respaldo de las otras dos provincias (la idea del presidente de la patronal valenciana es eliminar la organización provincial en la nueva organización, estructurada en torno a los sectores y no a los territorios).
El comunicado con el que anunciaban las negociaciones para crear esta patronal autonómica paralela, de hecho, era especialmente duro con la CEV y su presidente. "Se llame CEV o se llame como se quiera, no será representativa, será un invento de alguien que se atribuye de manera autónoma, exclusiva y personal la representación de toda una Comunidad, sin contar con todos y cada uno de los territorios que lo conforman", en palabras del presidente de Coepa, Francisco Gómez. "Hay que evitar la tentación de crear un chiringuito a medida de determinados sectores y determino territorio, además de que sin el resto de Castellón y Alicante su legitimidad sería nula".
Coepa y la CEC apuestan por mantener el modelo actual. Es decir, reeditar el de la extinta Cierval: una patronal autonómica en la que "cada provincia aporte su propia idiosincrasia para que sea una institución que vertebre, atienda a los problemas territorios de cada provincia, y se comprometa a no ser defensora de una de las partes, sino del conjunto de la sociedad". Justo lo contrario de lo que pretende Salvador Navarro. La territorialidad, de nuevo, el gran caballo de batalla. Una batalla en la que, por cierto, Alicante y Castellón esgrimen a su favor el modelo organizativo de la patronal estatal, la CEOE: "se constituye en base a entidades provinciales y representaciones autonómicas".
A favor del planteamiento de Coepa y CEC juega el hecho de que, efectivamente, los socios de CEOE son las patronales provinciales, y no las autonómicas. En la mayoría de territorios del resto de España, el modelo organizativo de los empresarios es el mismo que regía en la Comunitat hasta la liquidación de Cierval: patronales provinciales que sustentan un paraguas autonómico. El comunicado de las dos organizaciones se cuidó mucho en subrayar este punto: trabajarán a favor de "la configuración de una entidad autonómica integradora que respete los principios que establece la Confederación Española de Organizaciones Empresariales".
Hay algunas dudas en esta parcela. Por ejemplo, el hecho de que CEOE suspendiera la afiliación de la patronal castellonense por el impago de sus cuotas. No obstante, la administradora concursal de la CEC les ha pedido que se vuelvan a activar y ha autorizado el pago de las cuotas a la patronal estatal, por lo que los castellonenses podrían recuperar su estatus en breve.
Si el proyecto de Coepa y CEC ve la luz, podría estar en condiciones de disputar a la CEV de Navarro no solo la representatividad empresarial en la Comunitat (la existencia de dos patronales autonómicas sería una situación inaudita), sino también los fondos de la Ley de Participación Institucional. En este caso, a pesar de la estructura provincial que regía en la Comunitat, el Consell transfería los fondos a Cierval como organización más representativa, que luego los repartía proporcionalmente entre sus tres socios fundadores provinciales. Ahora, Coepa y la CEC juntas podrían ser más representativas que CEV. Todo un quebradero de cabeza para el conseller de Economía, Rafa Climent, que se ha dejado la voz pidiendo un interlocutor único en la Comunitat, y que llegado el caso podría terminar en los tribunales de lo Contencioso.
Las dos patronales provinciales, eso sí, tienen en su contra un nada desdeñable obstáculo. Tras la liquidación exprés de Cierval, cuya extinción ya ha sido publicada en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, el Consell ha vuelto contra ellas las reclamaciones de devolución de ayudas no justificadas. La nueva patronal autonómica que creasen, si llega a nacer, heredaría estas deudas. Ambas organizaciones alegan que, en tanto que el acreedor original era Cierval, que aceptó la quita en sus concursos (95% en el caso de Alicante, 50% en el de Castellón), la Generalitat tendrá que conformarse con la cantidad y el plan de pagos resultante.
El movimiento de Coepa y CEC se produce después de que los contactos entre el presidente de la patronal alicantina y su homólogo valenciano para intentar integrarse en el proyecto autonómico de Navarro naufragasen, al rechazar este último la rocambolesca propuesta de entrada de Alicante: pagar por 100 vocales en la asamblea (el 25%) a cambio de que CEV se hiciese cargo de sus gastos de funcionamiento y de cumplir el convenio con los acreedores. El foco del conflicto, en cualquier caso, sigue estando en la concepción del modelo provincial que defienden unos y del que no quieren ni oír hablar los otros.
En el encuentro del jueves, como auténtica declaración de intenciones, se acordó una triple vía de actuación "inmediata": reunirse con la Generalitat como organizaciones provinciales, para tratar la problemática de "la ausencia de una patronal autonómica reconocida que pueda ser la verdadera representación empresarial"; iniciar la constitución de esa organización compuesta por las organizaciones provinciales, sectoriales autonómicas "y otras que pudieran tener cabida"; y sobre todo "requerir a las distintas administraciones públicas donde existe representación institucional empresarial, para que no se lleven a engaño con la designación que consideramos ilegítima de miembros distintos a los propuestos por las organizaciones provinciales".