VALENCIA. Nueve meses después de que se anunciara y tras cinco de diagnóstico, la auditoría al Palau de la Música encargada por el Ayuntamiento de Valencia ya está redactada y en manos de sus gestores, un documento que fue presentado ayer de manera parcial por su presidenta y concejala de Cultura, Glòria Tello; el director, Vicente Ros; el jefe de Recursos Humanos, Ignacio Rosat, y el subdirector de Gestión, José Manuel García. Parcial porque se apuntaron conclusiones pero se evitó especificar a qué trabajadores o áreas afectará, un informe que alerta de la existencia de “departamentos sobredimensionados”, espacios en los que se han encontrado con la situación de no conocer cuál es la función de alguno de los empleados del organismo autónomo.
De esta forma, la auditoría, elaborada por la empresa Altai con un presupuesto aproximado de 19.100 euros, establece la necesidad de elaborar un nuevo manual de funciones y responsabilidades, ya que el actual está “incompleto, obsoleto, es ambiguo y no se aplica”, una definición de tareas que pasará forzosamente por la reestructuración. "El estudio considera que existen algunos puestos carentes de contenido y que algún departamento es innecesario, por lo tanto propone la amortización de determinados puestos de trabajo tras la jubilación y otros efectúan una relación de puestos trabajos excedentarios por no considerarse necesarios en la actual estructura del Palau de la Música", explicó el jefe de Recursos Humanos.
El documento considera necesario elaborar un sistema de registro de personal con sistema de archivo de los contratos, diseñar un plan de formación y un plan de previsión de cobertura de puestos de trabajo, así como cubrir puestos ya creados pero vacantes como técnico en prevención de riesgo laborales o documentalista, "deficiencias que se tienen que subsanar". El diagnóstico se ha llevado a cabo sobre la plantilla administrativa, no artística, que consta de 73 trabajadores, un equipo que previsiblemente se verá inmerso en un proceso de reajuste. “Es verdad, que hay departamentos que están sobredimensionados, ahí es donde tenemos que trabajar, en reestructurar departamentos, en invertir en formación de personal, porque necesitaremos que la gente se adapte a las nuevas exigencias del Palau. Si queremos un Palau de futuro y con proyección internacional nos tenemos que poner en esa línea”, explicó Vicent Ros.
Así las cosas, la solución a las duplicidades y áreas “sobredimensionadas” pasaría por mover fichas dentro del propio ente y no de la salida y entrada de empleados. “Me he leído la ficha de funciones uno por uno y todavía no sé a quién le corresponde hacer ciertas cosas”, lamentó el nuevo director del Palau de la Música. Preguntada por las acusaciones de “enchufismo” que la propia concejala de Cultura vertió tras las elecciones sobre el anterior equipo de gobierno, Tello indicó que pidieron expresamente a la empresa que “no hablara de personas, sino de puestos de trabajo” y lanzó la pelota a los medios de comunicación sobre la identificación de este tipo de situaciones. “Es más trabajo vuestro”, afirmó. Precisamente, sobre la posibilidad de que la reestructuración derive en despidos la presidenta quiso tranquilizar a la plantilla –“queremos que el Palau sea mejor para el público y para ellos también”- y explicó que la revisión de la gestión del ente no se ha hecho con carácter “revanchista”, aunque “se funcionaba sin orden”.
“Esto [la posibilidad de despidos] se tiene que estudiar, pero la idea es que no. La concejalía cree en lo público y en el empleo público y, en la medida de lo posible, de lo que se trata es que con la gente que haya se haga un trabajo más efectivo evitando en la medida de lo posible cualquier tipo de despido”, indicó Rosat quien, del mismo modo, optó por no desvelar qué departamentos son los apuntados por la auditoría. De esta forma, los trabajadores pasarían por una fase de reciclaje para asumir aquellas tareas que hoy se externaliza aunque, incidió la concejala de Cultura, son unas primeras ideas en torno a la auditoría. “La he leído, pero no en profundidad”, indicó en la presentación de las conclusiones. “Se ha hablado de departamentos no necesarios, pero también de algunos que no existen y se han de crear, así como de la necesidad de formación. Creo, sin poder asegurar nada, que la idea principal será intentar aprovechar lo que tenemos […] Probablemente mucha gente cambiará de departamento, tendrá que formarse para poder hacer su labor... pero es que no sabemos más”, explicó Tello.
"Hay departamentos de cosas que se externalizan, duplicados, en ese caso lo que he entendido que la auditoría nos aconseja es formar es formar a nuestro personal para que pueda hacer esa labor", concluyó la edil. Además, la auditoría propone la externalización parcial de determinadas funciones y departamentos como posible alternativa, un camino “de doble vía”, y hace hincapié en la revisión y adaptación de algunos horarios, que insta a flexibilizar para que se adapten a las “necesidades reales” de la programación y del público. También, a este respecto, plantea la necesidad de trabajar con datelines, establecer una fecha tope en la programación semanal y/o mensual a partir de la cual no se pueda modificar, para así no alterar el funcionamiento del organismo.
Lo que no tiene fecha es la aplicación –total o parcial- del documento, pues ahora se inicia un proceso informativo y de negociación para el que, por el momento, los gestores no han fijado un calendario. “No dramaticemos la situación, esto no es más que una herramienta de trabajo que se encargó porque era necesaria. A partir de ahí lo analizaremos, estudiaremos y tomaremos decisiones, las consensuaremos con los trabajadores y la dirección. Nos tiene que servir para orientar y hacer más eficiente la función del Palau de la Música”, concluyó Vicente Ros.