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análisis vp - dirección del ppcv

Cierre de filas y camino despejado para Isabel Bonig hasta 2019 

14/11/2016 - 

VALENCIA. Pocos imaginaban que apenas año y tres meses después de haber sido designada presidenta regional del PPCV Isabel Bonig se habría consolidado en el liderazgo de una manera tan indiscutible. De hecho, las dudas se cernían en la formación popular tras el mal resultado electoral en mayo de 2015 y el azote judicial constante relacionado con casos de presunta corrupción.

Varios son los factores que han contribuido a la consolidación de Bonig como referente sin apenas resistencia. La acción de gobierno de PSPV y Compromís con el respaldo de Podemos, las propias posiciones de la formación morada en el ámbito nacional, la épica crisis socialista retransmitida en directo para toda España y la endeblez evidenciada por Ciudadanos, han ayudado a generar un sentimiento de unidad en el Partido Popular que, en el caso de la Comunitat Valenciana, Bonig ha sabido aglutinar.

Aparte de esta coyuntura, a la que hay que sumar la mejoría en las urnas, la presidenta regional también acertó, o al menos así lo parece, en la confección del equipo de dirección que la rodea. En la complicada situación acaecida en 2015, Bonig articuló un grupo diverso de trabajo en el que no desdeñó los equilibrios territoriales, consiguiendo un resultado en el que la unidad de acción es notable para las circunstancias en las que se sucedieron los acontecimientos.

Así, para el día a día, Bonig viene apoyándose en la coordinadora general del PPCV, Eva Ortiz, la vicesecretaria de Organización, Mari Carmen Contelles, y el presidente de la Gestora de Valencia y coordinador del grupo parlamentario, Luis Santamaría.

Isabel Bonig junto a Eva Ortiz y José Císcar. EVA MÁÑEZ

Ortiz, próxima al presidente provincial del PP de Alicante, José Císcar, se ha convertido en la sombra de Bonig y ha aumentado sensiblemente en el último año su presencia mediática y orgánica. Respecto a Contelles, portavoz en la Diputación de Valencia, suena incluso como posible presidenta provincial del partido en un futuro y, Santamaría, ha recibido la responsabilidad de encabezar la gestora en Valencia ciudad con opciones de ser candidato en la capital en 2019.

Otros de los miembros de la dirección que forman parte del núcleo duro de la presidenta regional son el vicesecretario general, José Juan Zaplana, que además está destacando en Les Corts con su fiscalización de la labor de la consellera de Sanidad, Carmen Montón; Jaime Bronchud, secretario de Comunicación y que estuvo integrado en las listas nacionales, Juan Carlos Caballero, presidente de Nuevas Generaciones, y Héctor Folgado, vicesecretario de Política Territorial y portavoz del PP en Villarreal.

Otra de las dirigentes del círculo de confianza es la vicescretaria general Elena Bastidas, si bien ahora se encuentra más centrada en el Congreso de los Diputados dado que fue la cabeza de lista elegida por Bonig para las elecciones generales. En esta línea, otros referentes para la presidenta en las cámaras estatales son las senadoras por Castellón Merche Mallol y Salomé Pradas, esta última concejal en la capital de La Plana y ex directora general en la conselleria de Bonig, y Belén Hoyo en el Congreso de los Diputados.

Sin competidores por el momento

Una de las situaciones que también ha beneficiado a Bonig ha sido la ausencia de competidores para la oposición interna en el partido. Dirigentes con galones dentro de la formación popular que podían plantear el pulso han preferido fomentar la colaboración o esperar tiempos mejores.

Vicente Betoret, María José Catalá, José Císcar y Javier Moliner

Así, uno de los principales referentes del PPCV, el exvicepresidente del Consell y presidente provincial de Alicante, José Císcar, tras situar a Ortiz junto a Bonig, no ha realizado movimiento alguno que pueda resultar sospechoso de cara al próximo congreso. Hasta ahora, se dedica a aumentar el control en la provincia de Alicante y aportar su temple en Les Corts Valencianes, además de respaldar a una líder escoltada por varios de sus afines. En esta línea, el presidente provincial de Castellón, Javier Moliner, está concentrando sus esfuerzos en la diputación y no parece dispuesto a entrar en ningún tipo de batalla orgánica.

De la misma manera, una de las dirigentes con mayor proyección del PP y a la que se situaba como posible competencia de Bonig, la exconsellera María José Catalá, está sumando esfuerzos a los de la presidenta regional y, según aseguran fuentes populares, siendo tenida cada vez más en cuenta en la dirección del partido, de la que forma parte como responsable del área de Política Social. Si no da el salto a Madrid en algún puesto del segundo escalón, todo indica que permanecerá esta legislatura cumpliendo en las funciones que le han sido asignadas en el ámbito regional sin mover ficha para mayores ambiciones.

Por otro lado, el presidente provincial de Valencia, Vicente Betoret, atraviesa un periodo de calma tensa a la espera de no ser salpicado definitivamente por la Operación Taula. No obstante, y pese a que su relación Bonig no es demasiado estrecha, la situación en la que se encuentra invita a pensar en que el objetivo de máximos del dirigente sería repetir como presidente provincial en el congreso del año que viene. 

Así pues, y más aún con la renovación de Mariano Rajoy al frente del Gobierno que implicará su revalida como líder del PP, Bonig se enfrentará salvo sorpresa a un congreso en primavera de carácter tranquilo en el que afianzará la presidencia regional que le fue otorgada directamente desde Génova. Y es que a día de hoy, el sentir que se respira entre los populares valencianos es que  Bonig debe conducir la nave hasta ser candidata en 2019. Si entonces fracasa, se reabrirá el debate.

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