Al centro de arte, en funcionamiento desde hace tres meses, se sumará el refugio antiaéreo, la bodega del siglo XV y el jardín, que se podrán visitar a partir de enero. El centro de día, cuyas instalaciones también se prevé estén listas al comienzo del año, acogerán actividad en torno a marzo
VALÈNCIA. Hace tres meses que el portón de Bombas Gens se abría para dejar entrar por primera vez al público tras una profunda rehabilitación con la que no solo se sacó brilló al icónico complejo fabril, sino que lo salvó de la ruina. Sin embargo, esta apertura fue parcial. Gestionado por la Fundació Per Amor a l’Art, la entidad puso en marcha entonces el bloque artístico de su proyecto global, un centro de arte que suma aproximadamente 26.000 visitas en sus primeros meses de vida, un tiempo en el que el equipo ha desgranado una primera entrega de los ciclos expositivos con los que dará a conocer su colección. Si bien, es el segundo pilar sobre el que se sustenta la institución, enfocado a la obra social, el que tendrá que esperar unos meses para contar con un espacio físico dentro del complejo. Aunque en un primer momento manejaban octubre como posible fecha para contar con las instalaciones necesarias, será finalmente entre enero y febrero de 2018 cuando el continente sea una realidad tal y como fue ideado.
Con una capacidad para entre 30 y 40 usuarios, el centro de día está dirigido a jóvenes en situación de riesgo, una labor que actualmente realizan en algunos institutos del barrio de Marxalenes, donde se ubica la antigua fábrica de bombas hidráulicas. Es a través de talleres de danza o percusión que están afianzándose como agente local, una "manera de darnos a conocer", explica la directora general de la fundación, Susana Lloret. El proyecto social, en cualquier caso, se completará en enero de 2018 con la puesta a punto del edificio anexo a las naves, que acogerá el centro de día. Con la sede lista, se espera iniciar la actividad aproximadamente en marzo, un espacio que servirá de apoyo convivencial para niños y niñas del barrio de entre 6 y 16 años en riesgo de exclusión social. “El arte les puede aportar una herramienta para expresar su necesidad de transgresión de una manera creativa y no destructiva. Traer a artistas que hayan pasado por ahí y hayan resuelto esa necesidad de contestación, de romper convencionalismos, a través de su arte les va a dar un buen ejemplo”, explicaba Lloret en una entrevista concedida a Cultur Plaza.
Es enero de 2018 la fecha mágica, pues será entonces y no en otoño cuando el refugio antiaéreo de la guerra civil y la bodega del siglo XV hallada durante el proceso de excavación en la fábrica estén listas para poder ser visitadas por el publico. “A principios de año podremos tener visitable el refugio y la bodega […] La parte histórica está conectando mucho con la gente”, indicó Lloret durante la presentación del programa de actividades culturales y educativas del centro de arte, en la que estuvo acompañada, entre otros, por la arqueóloga Paloma Berrocal, quien destacó que los trabajos en el refugio están “casi” finiquitados, siendo en la bodega donde centrarán sus esfuerzos en las próximas semanas. A estos dos espacios, también se sumará el jardín, que podrá ser visitado al mismo tiempo y que incluirá una pieza de la colección de arte.
Fue el pasado mes de enero cuando los impulsores del centro comunicaron el hallazgo de un refugio antiaéreo construido probablemente en 1938, aunque no se conoce su expediente. Se trata de un refugio de tipología fabril, construido con una estructura de hormigón armado, con una sala principal que, a diferencia de otros refugios de la ciudad, no cuenta con el característico banco corrido. “Nos encontramos ante un refugio de especial valor, puesto que es uno de los pocos ejemplos que queda en la ciudad de tipología fabril. Destaca además su excelente estado de conservación”, explicó entonces Berrocal. En él se conservan elementos típicos de este tipo de construcciones, tales como los letreros con mensajes dirigidos a los ocupantes del refugio. En ellos se dan una serie de recomendaciones de uso e higiénicas como por ejemplo no fumar, no escupir o no tirar inmundicias.
“Los dueños se exiliaron y a mi padre le pusieron por encima un comisario político y le obligaron a fabricar armamento”, relató Jesús Latorre, hijo del gerente de Bombas Gens. “Lo recuerdo perfectamente porque viví en la villa hasta que me casé. La fábrica, dedicada hasta entonces a la elaboración de bombas hidráulicas, estaba preparada para fundir metales y eso le venía muy bien a la industria armamentística. Y por eso nos bombardeaban constantemente desde el ejército contrario”. Precisamente, meses antes de que el equipo que trabajaba en la rehabilitación de Bombas Gens diera con el refugio, ya desenterraron la carcasa vacía de una granada, y 6 proyectiles que tuvieron que ser retirados y explosionados de manera controlada por los Tedax.
Pero esta no es la única sorpresa que se llevó el equipo de la Fundació Per Amor a l’Art una vez se pusieron manos a la obra, proceso en el que también hallaron una bodega de finales del siglo XV-principios del XVI. “Nos la hemos encontrado completa. Con sus paredes, suelos, bancos, bóveda e incluso una pequeña balsa de recogida. En una esquina ha aparecido también una tinaja prácticamente entera”, recalcó la arqueóloga encargada del proyecto. Casualmente, los azulejos hallados coinciden con los que en la actualidad lucen en la centenaria Alquería de Barrinto, muy próxima a Bombas Gens, aunque estos últimos son una reproducción, alquería con la que se conectará tanto la bodega como el refugio una vez inicien se pongan en marcha las visitas en los mencionados espacios.
Bombas Gens Centre d’Art ya se prepara para despedirse de los paisajes infinitos de Bleda y Rosa, muestra que dará paso al universo de Paul Graham quien servirá de nexo circunstancial entre esta primera etapa del proyecto y el despliegue total de sus alas. Bajo el lema La blancura de la ballena, la muestra reúne tres trabajos del artista realizados en los Estados Unidos entre 1998 y 2011: American Night (Noche americana), 1998-2002; a shimmer of possibility (El destello de una posibilidad), 2004-2006; y The Present (El presente), 2009-2011. Estas tres series fotográficas muestran un interés común por analizar la desigualdad racial y de clases, reflejar el tejido social contemporáneo y examinar, a un tiempo, la naturaleza de la vista y de la percepción, así como el propio medio fotográfico. Además, el fotógrafo visitará el mismo centro con motivo de la muestra, donde impartirá una master class.