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AnÁLISIS DE SU RECORRIDO

'De Ciutadans a Ciudadanos', un libro que describe al partido de Rivera como hijos de Solchaga y la Burbuja

Akal publica una investigación sobre el partido en la que, al margen de no aparecer exentos de vicios y corruptelas de la llamada "vieja política", aporta un perfil sociológico interesante. Relaciona a sus líderes con los sectores económicos inmobiliarios, de la hostelería y el turismo y de la construcción de infraestructuras: la España desindustrializada

18/12/2015 - 

VALENCIA. Hace unas semanas Interviu informaba en un reportaje de que 2.400 militantes de Ciudadanos habían sido dados de baja desde 2014. Muchos de ellos expulsados por mantener una actitud crítica o denunciar irregularidades. Las palabras de Pedro Soriano, edil por Ciudadanos en Albacete, expulsado del partido, eran elocuentes: "Aprovecharon la coyuntura para echarme porque me había declarado contrario al pacto [con el PP], ya que solo contemplaba cuestiones urbanísticas, ninguna de tipo social. Estaban incómodos conmigo". 

La lista de casos como éste termina en situaciones que llegan al presunto acoso. Lorena Baeza, que abandonó el PP tras denunciar un caso de  financiación ilegal de su propio partido y fue fichada por Ciudadanos, ahora ha denunciado al número uno de su nuevo partido, Julio Oca, "vinculado a un club de alterne en Alicante", según declaraba, por acosarla por no renunciar al único sueldo asignado al grupo municipal de Ciudadanos en su favor. Cuando se quejó en el partido, el coordinador provincial le respondió: "Calladita, calladita", dijo.

También, como opinó recientemente el periodista Gregorio Morán, no había que elucubrar con una operación encubierta de las empresas del IBEX en conspiración detrás de este partido, sino sobre algo más prosaico. La información del aludido semanario le da la razón, hay casos denunciados de que los puestos en la lista electoral tenían precio con el pretexto de "pagar la campaña". No será la última vez que escuchemos esto a raíz de las cartas que están llegando a los medios de ex militantes. 

Y del mismo modo, la famosa agencia H4dm que se dedicaba, según informó El Mundo en un reportaje, a investigar a los candidatos de Ciudadanos para que no se colasen oportunistas, servía en realidad como empresa "cazatalentos" para fichar "guapos, jóvenes y sin pasado" como candidatos o imponérselos a las agrupaciones con el pretexto de que los había seleccionado la consultora. 

Pero ninguna de estas informaciones resultarán extrañas a quien ya haya leído el libro de Josep Campabadall y Francesc Miralles sobre este partido, De Ciutadans a Ciudadanos, la otra cara del neoliberalismo. En un partido donde su líder fue elegido por orden alfabético y se ha mantenido hasta día de hoy, han rodado muchas cabezas, explican. Además de deserciones, que se producían hacia la hace unos años exitosa UPyD, hoy un partido camino de la insignificancia.

"Proceso de purga"

Resulta llamativo que el día en que se completó el "proceso de purga", como lo denominan los autores, y más militantes huyeron a UPyD, fue cuando se consumó el fracaso de la candidatura de Miguel Durán en las elecciones europeas en una operación patrocinada por el millonario irlandés James Gangley, euroescéptico, cercano a la ultraderecha y con conexiones que hacían sospechar de que su iniciativa tuviera detrás un intento estadounidense de dinamitar los avances en unificación de la UE. Un caballo de Troya. 

El caso es singular no solo por lo extravagante de la maniobra, sino porque se hizo a cambio de unos millones de euros. Como recoge el libro de una información de El Mundo, Rivera hasta llegó a admitirlo sin ambages: "Cuando se pone sobre la mesa esa cantidad de dinero, te lo planteas. Es uno de los parámetros que hemos tenido en cuenta". La operación se consumó, pero se desconoce a día de hoy dónde fueron a parar los mencionados millones. Las cuentas de 2009 han sido publicadas mucho tiempo después en la web del partido, y tras reflejarse en varios medios que no lo estaban, y en donaciones solo muestran 19.500 euros. 

También son indicativos casos como el del eurodiputado Javier Nart, que recibió un pago de 31.900 euros en Suiza de uno de los implicados en el caso Palau. Parece que fue por error. Y la cuenta era de su padre, ya fallecido, aunque median diez años entre el pago y la muerte de éste. Eva Borox, de Madrid, tenía un pasado muy dudoso en el PSM, fue acusada de infiltrar militantes del PP, y fue acusada también, ante el juez de la Púnica, de vender su apoyo al gobierno municipal y un décimo de lotería premiado con 100.000 euros por 120.000 con el fin de "blanquear". En la misma trama estuvo imputado Antonio Sánchez, otro candidato, procedente de un pequeño partido, la Unión Democrática Madrileña.

En este punto, si se siguen las disoluciones y refundaciones de los pequeños partidos que han desembocado en Ciudadanos en los años de expansión por el resto de España, aparecen los singulares proyectos políticos de Rafael Blasco, ex consejero de Sanidad de Valencia, en la cárcel por el caso Cooperación. Y el de Eduardo Tamayo, célebre diputado tránsfuga que con su abstención en la investidura del socialista Rafael Simancas obligó a repetir unas elecciones que a la segunda sí sirvieron para que Esperanza Aguirre lograra la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Pero al fin y al cabo de todo esto puede uno enterarse por las hemerotecas. La parte más relevante de este libro reside en el perfil sociológico que realiza de las cabezas más visibles del partido. En Cataluña, dejada atrás la pátina intelectual de sus fundadores que se organizaron en contra de los excesos del nacionalismo tras la consabida decepción que supuso Maragall para buena parte de sus votantes y apoyos, Albert Rivera proviene del departamento jurídico de La Caixa; Jordi Cañas era propietario de inmobiliarias, Matías Alonso, directivo de hostelería; Inés Arrimadas, consultora de estrategias turísticas; Juan Carlos Girauta, experto en management y coaching, y Carlos Garrizosa, abogado especializado en Derecho mercantil. 

En el resto de España es similar. Ignacio Aguado, de la Comunidad de Madrid, directivo de Unión Fenosa, Juan Trinidad, asesor del Grupo Villar Mir (OHL). En la Comunidad Valenciana, Fernando Mut, arquitecto funcionario de la Generalitat; Alexis Marí, director de empresas de seguridad, Fernando Giner, consultor de empresas y profesor en escuelas privadas de negocio... y así sucesivamente.

Se corresponde con el perfil de la "nueva clase" española, el resultado de años de desindustrialización y crecimiento a base de sector inmobiliario, inversión en infraestructuras, hostelería y turismo. Es la parte en la que el libro realmente aporta una visión relevante. Se trata, sentencia, "de una nueva generación, más joven y distinta a la de la Transición, que inicia su andadura política en los 2000 y ya es un producto casi puro del 'milagro' económico español, esencialmente distinta en cosmovisión a las anteriores. En cierta manera, el modelo de burbuja inmobiliaria-financiera y el país donde era fácil hacerse rico de Solchaga pusieron un huevo que ahora ha eclosionado en forma de nueva generación que entiende las claves de la nueva economía: cómo tener la máquina pulida y engrasada para el siguiente ciclo de crecimiento". Un, proclaman los autores, más de lo mismo.

DE CIUTADANS A CIUDADANOS

AUTORES: Pep Campabadal y Francesc Miralles

EDITORIAL: AKAL / FOCA

Nº PÁGINAS: 272

PRECIO: 17.31 €

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