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Además de fondos, dicen aportar valor a las startups 

De emprendedor a inversor

17/07/2017 - 

VALÈNCIA. Juan Roig (Mercadona), Iñaki Arrola, Bernardo Hernández (El Idealista), José del Barrio (La nevera roja), Marcos Alvés (El tenedor),… La lista de emprendedores de éxito que tras montar sus propias empresas y, en algunos casos, después de venderlas, se convierten en inversores es larga. Aunque la mayoría de ellos son aún muy jóvenes, lo cierto es que el dinero obtenido con las desinversiones de sus empresas les habría dado para llevar una vida más relajada, pero se resisten a bajarse de “la montaña rusa’.

Apenas se dan tiempo para descansar. La apuesta de la mayoría es mantenerse dentro del ecosistema y reinvertir parte de lo ganado para montar otro proyecto o articular algún vehículo de inversión que apoye a otros. Eso aún sabiendo que no son ellos quienes manejan las riendas y que la balanza se inclina más a las pérdidas que a los beneficios .

“El promedio de startups de éxito en Estados Unidos es del 0,4%, entendiendo por éxito una empresa que llega a tener más de 200 empleados o acaban valiendo más de 40 millones de dólares. Ello sin olvidar que Silicon Valley es la cuna de esta revolución”, declaraba recientemente en una entrevista Bernardo Hernández. Quien fuera uno de los primeros inversores de Tuenti, arrastra ya una dilatada cerrera como inversor en empresas del sector tecnológico. Fundó StepOne para ayudar a empresas españolas en sus procesos de internacionalización y es socio general de la firma de capital riesgo alemana e.ventures. “Hoy, el venture capital es el único mecanismos de financiación que permite crecer”, sostiene.

También José del Barrio necesitó solo unos meses para vender la Nevera Roja por cerca 80 millones de euros a Rocket Internet y montar Samaipata Ventures, un fondo de capital semilla con empresas en su portfolio como Cornerjob o Deporvillage. Especializados en plataformas marketplace y ecommerce, insisten en que lo suyo no es gestionar empresas, sino detectar talento emprendedor y ayudarles a desarrollar el proyecto con su know-how.

¿Cuestión de suerte?

Esa idea de contribuir a la madurez del ecosistema y aportar valor, además de fondos, a las startups se repite en el argumentario de estos nuevos inversores. “Emprender es difícil, pero a mí me gusta fomentar el emprendizaje”, decía Eneko Knorr en una charla que pronunció en la sede de Bilbao de Iniciador. Definido por algunos como el “mejor business angel de startups de España”, Eneko Knorr apostó por Ticketbis cuando todavía era un power point. 

La empresa protagonizó uno de los exits más sonados del año pasado tras ser adquirida por eBay por 165 millones de euros.  Sin embargo, Knorr, fundador de Hostalia (vendida a Acens), Ludei o Ideateca, no se dedica a la inversión de modo profesional, sino que lo hace de forma ocasional, pero con tal acierto que a los beneficios de Ticketbis sumó la desinversión parcial del 70% de Habitíssimo a la británica HomeServe. Aún así, insiste en afirmar que la mayoría de las veces es el factor suerte el que decide. “Muchas veces los inversores no tenemos ni idea”.

De la misma opinión es Iñaki Arrola. “No. Los inversores no sabemos qué va a pasar cuando invertimos en una compañía. Cuando vemos un business plan o métricas no sabemos por donde van a ir los tiros, entre otras cosas porque con el dinero de la ronda todo cambia”, cuenta en su blog personal. El fundador de coches.com es ahora uno de los inversores  nacionales más activos después de impulsar Vitamina K y K Fund, “un fondo de venture capital que vive por y para los emprendedores”. Su apuesta es por las empresas digitales y tecnológicas en fases tempranas. 

Pero no todos parecen dejar al azar el devenir de sus inversiones. François Derbaix, actual CEO y cofundador de Indexa Capital, lo tiene todo bien estudiado. Como inversor privado, quien fuera cofundador de Toprural y Rentalia, vendidas ambas en 2012, ha intervenido en más de 30 negocios en internet, entre España y Bélgica. De ellos ha obtenido, por el momento, una desinversión total con Ducksboard y otros 2 exits parciales. “Ser un buen desinversor es una de mis asignaturas pendientes”, dice. 

Tal vez por ello acabó desarrollando toda una lista de criterios explícitos “que me permitan digerir un deal flow cada vez mayor”. En los filtros establecidos, no sólo determina los factores que han de reunir las startups de su interés, sino también establece criterios de descarte como son estar facturando ya (“No invierto en ideas”); menos de 18 meses en funcionamiento; un crecimiento  mensual superior al 20 por ciento y un equipo plenamente dedicado.

Lanzadera

Pero es Juan Roig , fundador y presidente de Mercadona, el emprendedor que más se ha destacado por su firme apoyo al nacimiento de nuevas empresas con el Proyecto Lanzadera. Lanzadera es una iniciativa impulsada por Juan Roig con capital totalmente privado y perteneciente a Marina de Empresas. Ubicada en la dársena interior del Puerto de Valencia, acoge además de Lanzadera a la Escuela de Empresarios EDEM y a la sociedad de inversión Angels, de manera que con las tres iniciativas se cubre el ciclo completo del emprendimiento. 

Hasta el momento son 73 las empresas impulsadas, 34 en aceleración, 222 empleos generados, 11,2 millones de financiación aportada y 11 millones de inversión total. El objeto, desde su nacimiento hasta alcanzar los 10 años, es la creación de 200 empresas.

“Vosotros veis cumplidos vuestros sueños al trabajar para hacer crecer vuestras propias empresas, pero al mismo tiempo me permitís cumplir el mío propio, que es apoyaros y que las ideas que a mí me han servido para crecer, ahora os sirvan a vosotros para contribuir así al crecimiento de la sociedad”, declaraba Joan Roig en el acto de clausura de la cuarta edición del programa de aceleración.

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