VALÈNCIA. “Soy PAS (personal de Administración y Servicios de la Universitat). Estoy en Blasco Ibáñez. En mi trabajo todos tienen claro a quien van a votar, pero yo no”. Son las nueve de la mañana. En la sala Charles Darwin del campus de Burjassot se percibe una cierta agitación. Los responsables de la Universitat de València han organizado un claustro extraordinario en el que los candidatos a suceder a Esteban Morcillo, los catedráticos María Antonia García Benau, Vicent Martínez y Mavi Mestre, explicarán sus propuestas a los miembros del claustro. Se ha organizado un pequeño catering con café e infusiones. Además de los afines, hay muchos indecisos. La indecisión es mayoritaria entre el electorado. La cita, que marca el paso del Rubicón de la campaña, congrega desde primera hora del viernes y a lo largo de toda la mañana a profesores, estudiantes y algunos miembros del personal. Los candidatos, rodeados por los suyos, son saludados por personas que en la mayor parte de los casos llegan con un nombre de referencia. Trabajo con, soy amigo de...
La segunda convocatoria es las nueve y media, pero no será hasta casi las diez cuando Morcillo, sin corbata, abra el claustro. Formal en su intervención. Sin aspavientos. Ni ápice de nostalgia en sus palabras. Si se va a despedir de la Universitat con un discurso de recuerdo, hoy no es el día. Tras decir unas pocas indicaciones, abre su botella de agua, bebe un sorbo, se reclina sobre su silla y escucha a la secretaria general explicar la normativa que regula la sesión extraordinaria del claustro. Es lo más similar a un debate oficial entre los tres candidatos, es el rector cediendo su mando, pero Morcillo actúa con la tranquilidad de un neurocirujano suizo practicando con una cobaya de plástico. Nada se percibe de sus gestos. Sólo un poco después, cuando el aún rector se inclina sobre la mesa y comienza a contestar mensajes en su smartphone, se vislumbra en su mohín algo parecido a la concentración.
La primera en intervenir es María Antonia Garcia Benau. Ante las cerca de 200 personas que se han congregado en la sala, Garcia Benau comienza su discurso aludiendo a la falta de políticas en la Universitat y la obsesión por la gris gestión. “Esta universidad ha burocratizado a su profesorado”, critica. La candidata a rectora, que llega a apuntar que se maltrata al personal, se refiere al conflicto del profesorado asociado. “Parece que nadie ha tenido la culpa, que ha sido un fenómeno natural”, ironiza antes de criticar que “ahora sí que parece que hay soluciones” tras años de inactividad. Garcia Benau aboga por el relevo generacional del profesorado, una renovación de la plantilla que no suponga la pérdida de los profesores más veteranos y para lo que toma como ejemplo Alemania, con su modelo profesores seniors, al tiempo que hace votos por acabar con la precarización del trabajo.
Martinez, que hace su discurso en valenciano, muestra con gráficas la situación actual de la Universitat, con datos que revelan como menos estudiantes pagan más o como el profesorado asociado, ahora en huelga, se ha convertido en esencial. Pero también muestra otro gráfico, el del ranking QS, que evidencia como la Universitat Politècnica de Valencia supera hoy día a la Universitat en prestigio. “Es necesario el cambio, no nos podemos quedar así”. El aspirante a rector coincide en criticar el maltrato al personal administrativo, al tiempo que ensalza lo nuevo que es su equipo. De todas las propuestas, la que más agita la platea es cuando pide a Mavi Mestre que retire su candidatura. “La Universidad está enferma y, como decía Ramón y Cajal hace 120 años, ‘hay pocas personas que pueden ser cirujanos de sí mismos, el bisturí salvador debe ser manejado por otros’.”.
Mestre cierra el primer turno con un discurso en el que alude prácticamente de inmediato al hecho de que podría ser la primera rectora de la historia de la Universitat, habla de entusiasmo y creatividad, adelanta su propuesta de crear un nuevo claustro para diseñar políticas universitarias tal y como reclamaba Garcia Benau… Con voz firme y los tiempos medidos, Mestre anuncia que quiere ser la rectora “de toda la universidad”, enumera sus propuestas, defiende con argumentos la gestión de estos ocho años y avanza programas de apoyo al alumnado. Con sutilidad, afea a los críticos que dan mala imagen, el viejo sambenito de la comunicación sólo como propaganda, y aboga por potenciar la imagen internacional de la universidad tras haber superado “la peor etapa” por culpa de los recortes.
La segunda parte del claustro empieza como una misa, con los fieles, en este caso estudiantes, profesores, sindicalistas, subiendo al escenario y leyendo sus peticiones. Una de ellas, la de Carlos Vila, es la primera en ser aplaudida por los asistentes al hacer ver que la Universitat no está solo para divulgar conocimiento sino también para crearlo. “Creo que no se ha entendido del todo bien lo que quería decir”, bromeará después. Afines a Mestre suben al atril para realizar panegíricos de la capacidad negociadora de la candidata. Incluso miembros de su candidatura, como Ernest Cano (quien pidió desde la platea a Martínez que no le citara), o Carles Padilla. Es el momento más turbio de la mañana, con intervenciones 'agresivas', tal y como las describe otro interviniente. Una cita por parte de un miembro del equipo de Mestre a la canción de La Unión ‘Donde estabais en los malos tiempos’, es replicada por un miembro de la candidatura de García Benau, Vicente Roca Blasco, con dos estrofas seguidas, rebajando la tensión. “Aquí, estábamos aquí”, viene a decir, y enumera sus actuaciones durante esta última legislatura. Unas declaraciones de Martínez al diario Levante, sacadas de contexto, sin citar la pregunta, son empleadas para hacerle pasar por machista. Las críticas a García Benau afeándole por hablar en castellano se repiten. En este contexto de encerrona, con afines alabando a una candidata y menospreciando a los otros dos, García Benau expresa un deseo al término de su primera intervención de réplica: “Ojalá este claustro sea lo que fue una vez”.
Martínez, a quien una bajada de tensión deja unos minutos KO, ya recuperado, deja bien claro que no quiere parecerse a ninguna universidad. “Queremos que las otras universidades se quieran parecer a nosotros”, dice. Y como fin de su discurso, lanza una frase: “Las ideas no duran mucho”. García Benau tira mano de Gabriel García Márquez. “No nos asustan las dificultades. Os ofrecemos ilusión y como decía García Márquez, la ilusión no se come pero alimenta”. El último turno le corresponde a Mestre que exhibe su carácter más firme. Habla de que en su proyecto llevan una planificación de la plantilla a varios años. “Hemos escuchado que hemos hundido a la Universitat; la Universitat somos las personas”, asegura Mestre. Y a la acusación de que han sido una Universitat sumisa al poder, recuerda: “Hemos demandado a la Generalitat y al Ministerio de Hacienda y hemos ganado”. “Queremos impulsar un cambio una transformación que solo entre todos podremos conseguir”, invoca finalmente a la unión de todos.
Cinco horas después de comenzar, seis casi desde la convocatoria inicial, el claustro extraordinario concluye. De nuevo a Morcillo le corresponde hablar. Él ha empezado la sesión. Él la finiquita. Ni una frase grandilocuente. Ni un discurso emotivo. Sereno, da por terminada la sesión. El público se va levantando por grupos. Los afines se aproximan a sus candidatos que, como soles, atraen a una constelación en torno a ellos. Hay planetas, hay satélites, hasta cometas que circulan por ahí. Otros, en grupos, se marchan por su cuenta, evitando la atracción. Una PAS, también indecisa, confiesa a una persona, tras varias horas de claustro: “No me ha servido de nada”.