Un análisis gráfico del abanico de opciones de esta campaña para las Elecciones Generales 2015
VALENCIA. A estas alturas no es nada nuevo afirmar que la imagen lo es todo en una campaña electoral. Los programas electorales han perdido validez, en ocasiones ni siquiera han sido publicados hasta el día antes de acudir a las urnas y poder incumplirlo sistemáticamente no repercute negativamente.
Aunque en menor medida que en otras ocasiones (será lo que tiene que esta campaña se financie legalmente), las calles ya están repletas de carteles pidiendo el voto a los indecisos. La comunicación afecta sobre el voto, y el diseño es el arma de la que se sirven los partidos para trasladar su mensaje final al electorado.
A NIVEL GRÁFICO ENCONTRAMOS QUE EL USO DE LETTERING Y LETRAS DIBUJADAS HA SIDO LA HERRAMIENTA TIPOGRÁFICA PARA INTENTAR HUMANIZAR LOS MENSAJES
En las pasadas elecciones autonómicas de mayo hablábamos de las intenciones en cuanto a diseño en los programas electorales, pero para estos comicios la Cultura no ha sido un tema de interés general en campaña (en el famoso Debate Definitivo ni siquiera se tocó) y por tanto sería en vano intentar depurar las desganadas políticas sobre diseño de los distintos candidatos. Pero a través del uso que hacen del diseño en sus propias campañas pueden entenderse algunas claves sobre la importancia que dan a este aspecto dentro de sus estrategias de comunicación.
Hoy día los esloganes han sido convertidos en hashtags, los mensajes han rebajado el tono hasta prácticamente poder ser intercambiables entre formaciones políticas, y tan sólo mantienen fieles sus colores, como si de un club de fútbol se tratasen, ya que saben que ahí radica el poder del voto ante un electorado habituado a votar por siglas o colores.
Siglas que ya no tienen sentido entre varias generaciones que no entienden de siglas. Este 2015 podrán votar quienes nacieron en 1997, año en el que se estrenaban Titanic (James Cameron) o Parque Jurásico 2 (Steven Spielberg), South Park irrumpía en la tele, fue el verano del Devil came to me de Dover, sonaban también los Backstreet Boys y Enrique Bunbury lanzaba su primer álbum en solitario… Ya no había siglas por ninguna parte.
Ahora las formaciones responden a nombres comerciales, sin siglas a la vista, un hecho que comienza a ser lo habitual dentro de todo un engranaje que ha comprendido de esta nueva tendencia. Al igual que a nivel gráfico encontramos que el uso de lettering y letras dibujadas ha sido la herramienta tipográfica para intentar humanizar los mensajes, con un boom en las elecciones catalanas que perdura para estos comicios generales en los que recurrir a trazos manuales es el recurso para tratar de acercar el mensaje a la ciudadanía, muy acostumbrada a las tipografías de siempre.
Y hablando de las tipografías de siempre, una vez más la tipografía de campaña del PP es la Gotham. Este mismo año el partido de Mariano Rajoy rediseñaba su logo y recurrían al tipo de letra utilizado en sus previas campañas electorales, una decisión no muy arriesgada ni diferenciadora, teniendo en cuenta que la misma tipografía fue usada a la vez por PSOE y Podemos, siendo además la letra corporativa de los de Pablo Iglesias (además de otros elementos en común como el círculo o la similitud de caracteres y formas entre las palabras “populares” y “podemos”).
En esta huída de las siglas ahora ya no aparece el Partido Popular, sino que apuestan por Populares como naming, para acompañar a un eslogan bastante diferenciador (España en serio) y a una especie de diseño de monograma del 20D (fecha del día de elecciones) dentro del cuál hace aparición el nuevo logotipo del partido en un apaño bastante forzado y con un juego de gamas de azul que no permite terminar de entender cuál es el color azul del PP.
Han pretendido diseñar un cartel sobrio que aporte tranquilidad, sin grandes masas de color corporativo azul, a partir de buena fotografía y sin abusar de varias familias tipográficas para no llamar mucho la atención, y han dejado los juegos de letras y colores para el resto de acciones de campaña a las que no han dado tanta difusión en loas que han recurrido a las tendencias gráficas del momento con las series de los hipsters y el “Piensa sin prejuicios”, los “30 días 30 respuestas” o el “Hablando en serio”.
Desde la Comunidad Valenciana la campaña gráfica y de carteles ha sido la que venía dada desde la calle Génova, con la simple adaptación del eslogan a un desafortunado valenciano en el que los creadores del caloret han traducido “España en serio” por “Espanya en sério” en una castellanización sin ningún sentido.
Para el retrato de Sánchez se ha aplicado una especie de “Photoshop a la inversa”, envejeciendo al candidato, quitándole su sonrisa y añadiéndole canas
Al igual que los Populares, el PSOE tampoco abusa ya de su rojo corporativo en los materiales de propaganda electoral, aunque es una característica gráfica que se ha ido consolidando desde antes, ya con la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del partido. El rojo socialista está bien definido, tomando más presencia al utilizarlo de manera restrictiva, con un inamovible Pantone 485 desde que Cruz Novillo diseñó el puño y la rosa en 1977, un símbolo que el PSOE recupera para estas elecciones de 2015 tras desaparecer en la campaña de Rubalcaba de 2011.
También fieles a la tipografía Interstate en toda una declaración de intenciones de volver a sus orígenes, sin embargo con un tono general más sobrio, añadiendo una segunda tipografía (Corporate) para enfatizar palabras clave y conceptos estratégicos como cambio o futuro, y otro tipo de letra más (Din Condensed), en mayúsculas y subrayada, para titulares, creando así una serie de marcas de campaña que, aunque de forma austera, al ir sumándolas a lo largo de las últimas semanas queda algo recargado.
El cartel de campaña, a medio camino entre portada de revista y el arquetipo de llamada al voto, recuerda aún al estilo Obama que tanto se ha imitado en general, aunque llama especialmente la atención que para el retrato de Sánchez se ha aplicado una especie de “Photoshop a la inversa”, envejeciendo al candidato, quitándole su sonrisa a la que nos tiene habituados y añadiéndole canas. Una curiosa manera de transmitir experiencia y situarse así en la competencia con un candidato que le saca diecisiete años.
La campaña ha estado salpicada de otras acciones, marcas y eslóganes, desde “Gobernando con hechos” hasta la “Oficina de derechos perdidos”, pero un gran rasgo diferenciador de la campaña gráfica del PSOE al entrar a la Comunitat Valenciana es que sí han generado recursos propios para Castellón, Valencia y Alicante. De esta manera aparecen aquí nuevos mensajes que juegan con el hecho de que su partido esté gobernando en la Generalitat Valenciana, y aparece así un “Completa el cambio” que continúa la campaña de redes sociales “Ha empezado el cambio” (ambas con sus respectivas versiones en valenciano). Esta independencia gráfica de Ferraz ya ocurrió en las elecciones autonómicas del 24M, donde en lugar de adaptar una campaña nacional, el PSPV generó su propio contenido y materiales.
La gráfica para este 20D, generada desde la Comunitat Valenciana, demuestra cierto interés no sólo por traducir un mensaje desde Madrid, sino por hacer política desde la Comunitat y para ello han necesitado de un diseño diferenciador, para lo que recurren a la letra dibujada con un tono entre la amabilidad y la llamada a la acción.
Su logotipo es de Rafael Celda, quien rediseñó el de CCOO y creó el de Equo
Los últimos partidos llegados a esta “nueva política”, como marcas que son, tuvieron que escoger colores por descarte de la competencia, por diferenciación y por intentar asociar unos valores a su marca. De esta forma los de Albert Rivera son los conocidos como “la formación naranja” por su color corporativo Pantone 1585.
Su herramienta de calar en la sociedad en tan poco tiempo ha sido la reiteración inagotable de su color naranja y el uso repetitivo de la tipografía Europa Grotesk en cada uno de sus mensajes electorales, a partir de un logotipo diseñado por Rafael Celda (quien en su día rediseñó el de CCOO y también creó la marca de Equo), al que el estudio BOLD aplicó un restyling para crear el conocido acrónimo C’s como símbolo.
Por lo general Ciudadanos ha utilizado gráficas bastante austeras, de muy pocos elementos, con un eslogan tan manido como intercambiable (Ese “Con ilusión” ya lo utilizó Artur Mas en 2010) y con una presencia destacada del retrato de Rivera como protagonista indiscutible de cada cartel, lona, folleto, chapa o anuncio de prensa. El líder.
Al igual que en las pasadas elecciones autonómicas, tampoco Ciudadanos ha generado una línea gráfica propia para hacer campaña en la Comunitat Valenciana, y ha recurrido a elementos tan trillados como el skyline vectorial de Valencia que tanto partido le sacó el PP en los últimos años de control de la cartelería valenciana. Otra declaración de intenciones más, la de no apostar por un lenguaje de comunicación propio, que añadida a las polémicas por el desprecio de la lengua valenciana dicen poco (y malo) de las políticas territoriales de la formación naranja.
Podemos USA LA MISMA tipografía QUE el PP
Podemos pasará a la historia como la formación que hizo despertar a la política española del estancamiento bipartidista, y su gráfica siempre ha sido un reflejo de ese aire algo improvisado y rebelde con un logo que nació casi de manera casual y que poco a poco y de forma sutil fue transformando su endeble tipo de letra inicial en la Gotham actual (sí, la misma que ha escogido el PP para toda su campaña y nuevo logo).
Podemos nunca ha destacado por el buen diseño gráfico de sus acciones, transmitiendo como decía cierta improvisación y falta de definición, con tipografías que van y vienen según quién las utilice, con parches como el inexplicable recuadro blanco de la esquina inferior derecha del cartel electoral de Pablo Iglesias para este 20D, y sin especialmente buena fotografía. Pero todo eso, en conjunto, es parte del ADN de la formación y de su concepto de la parte más estética (aunque no les haría ningún mal a nivel comunicativo definir y concretar un poco su gráfica general). De hecho, en este cartel electoral desaparece su logo con los círculos.
Es su color morado corporativo, el Pantone 2622, el que unifica todas sus comunicaciones, y el que ha servido precisamente de llamada al elemento más interesante a nivel gráfico de estas elecciones, el colectivo Purple Rain, una acción ciudadana espontánea en la que ilustradores y diseñadores aportan sus propios carteles y banners para apoyar el mensaje de Podemos. Una plataforma “gráfica” ciudadana como las que ya surgieron en apoyo de Manuela Carmena (Madrid con Manuela) en Madrid o de Ada Colau (Movimiento de Liberación Gráfica) en Barcelona.
Mariscal ha donado el bloque de texto que acompaña a los carteles de Compromís-Podemos
Podemos ha confluido con los valencianos Compromís para ir juntos a las elecciones generales desde la Comunitat Valenciana, en la coalición És el moment, sin siglas y con hashtag, donde ya desde el nombre hacen hincapié en el momento decisivo que suponen estos comicios. Y la conclusión a nivel gráfico de esta unión es que hay también una línea gráfica propia para la comunicación en la Comunitat Valenciana, como en el caso del PSPV PSOE, quienes fueron además los dos partidos cuyas propuestas de comunicación y de diseño de campaña autonómica del 24M destacaron a nivel gráfico sobre el resto, en una apuesta por profesionales del diseño y de la comunicación valencianos.
Para esta gráfica valenciana, És el moment recupera el recurso de los fondos naranja degradados de Compromís, añadiéndoles, en menor medida, un toque de morado-Podemos dándole todo el protagonismo al nuevo logotipo de la formación, un bloque de texto diseñado por el inconfundible Mariscal, quien lo ha donado altruistamente justificando que lo hace en apoyo de la sociedad civil.
La coalición electoral en la que participa Izquierda Unida nace con el handicap de necesitar posicionarse a partir de un cartel. Por ello, al igual que Ciudadanos, han preferido la austeridad de elementos y así han compuesto un cartel con un logo, la foto del candidato y el breve eslogan.
Coinciden también con Ciudadanos (pese a ser el día y la noche, lo cuál refuerza esta idea de los mensajes intercambiables en la política española) en recurrir a un lettering amable, no agresivo ni tampoco tan personal como el del PSPV, así como en la alusión a la palabra “país” como hace Podemos. Su logotipo “UP”, a partir del tipo de letra Trade Gothic, queda como un símbolo multicolor para transmitir el concepto de coalición.
En el caso de Vox su dIseño de logo ha quedado como, posiblemente, lo mejor del partido
Sin apenas recursos, y por tanto con escasa visibilidad, llegan UPyD y VOX a estas elecciones generales en las que, entre otros a nivel gráfico, dejan bastante que desear.
Los magentas presentaron hace apenas un par de meses su rediseño de logo de partido, tal vez no era el momento más adecuado, y la solución sin lugar a dudas no fue la mejor. En cuanto a sus carteles de campaña, siguen transmitiendo una total falta de profesionales detrás, con un batiburrillo tipográfico bastante mediocre. En cuanto a VOX, aunque contaban con una de las identidades de marca más interesantes del panorama actual (diseño de José Gil-Nogués), no han sabido desarrollarla. Así que su diseño de logo se ha quedado como, posiblemente, lo mejor del partido.
Hasta aquí el diseño. Pero es sólo diseño. ¿Quién dignificará la cultura? ¿Quién se moja al hablar de igualdad? ¿Quién apuesta realmente por un país mejor? Aunque decíamos que los programas electorales han perdido validez, hay que informarse de las políticas de cada partido que de una forma u otra nos afectarán en el día a día. Y decidir. Y votar este domingo.