VALENCIA. A estas alturas no es nada nuevo afirmar que la imagen lo es todo en una campaña electoral. Los programas electorales han perdido validez, en ocasiones ni siquiera han sido publicados hasta el día antes de acudir a las urnas y poder incumplirlo sistemáticamente no repercute negativamente.
Aunque en menor medida que en otras ocasiones (será lo que tiene que esta campaña se financie legalmente), las calles ya están repletas de carteles pidiendo el voto a los indecisos. La comunicación afecta sobre el voto, y el diseño es el arma de la que se sirven los partidos para trasladar su mensaje final al electorado.
De la tipografía al mensaje
A NIVEL GRÁFICO ENCONTRAMOS QUE EL USO DE LETTERING Y LETRAS DIBUJADAS HA SIDO LA HERRAMIENTA TIPOGRÁFICA PARA INTENTAR HUMANIZAR LOS MENSAJES
En las pasadas elecciones autonómicas de mayo hablábamos de las intenciones en cuanto a diseño en los programas electorales, pero para estos comicios la Cultura no ha sido un tema de interés general en campaña (en el famoso Debate Definitivo ni siquiera se tocó) y por tanto sería en vano intentar depurar las desganadas políticas sobre diseño de los distintos candidatos. Pero a través del uso que hacen del diseño en sus propias campañas pueden entenderse algunas claves sobre la importancia que dan a este aspecto dentro de sus estrategias de comunicación.
Hoy día los esloganes han sido convertidos en hashtags, los mensajes han rebajado el tono hasta prácticamente poder ser intercambiables entre formaciones políticas, y tan sólo mantienen fieles sus colores, como si de un club de fútbol se tratasen, ya que saben que ahí radica el poder del voto ante un electorado habituado a votar por siglas o colores.