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7 millones en fallas

El artista fallero más rentable

Vicente Martínez consigue con el segundo presupuesto más bajo colocar a Plaza de Mercado en la parte alta de la tabla por segundo año consecutivo

21/03/2016 - 

VALENCIA. 113.000 euros. Esa es la diferencia entre el presupuesto de la falla más cara de la sección Especial, Convento Jerusalén-Matemático Marzal, y la plantada por Plaza del Mercado Central, que roza el mínimo para formar parte de la más alta categoría. Firmada por el artista Vicente Martínez Aparici, a los miembros de la falla más antigua de Valencia les supo a oro el quinto puesto que, por segundo año consecutivo, logran para la comisión, así como un tercero en Ingenio y gracia.

Con un presupuesto de 87.000 euros, el segundo más bajo sólo por delante de Avenida Reino de Valencia-Duque de Calabria (86.000 euros), la falla ha demostrado que la posición en la clasificación no siempre va asociada al montante desembolsado por la comisión. De hecho, la ganadora invirtió poco más de la mitad que Convento Jerusalén, un trabajo de Carlos Carsí para Cuba-Literato Azorín que con 105.000 euros se ha transformado en un oro histórico para la comisión.

No es ningún secreto que la histórica comisión se ha mostrado más que satisfecha con la posición obtenida y con el trabajo del artista de Burriana, que por segundo año consecutivo planta cara a los gigantes de Especial. “Es un éxito. Sacar un quinto premio con el presupuesto que teníamos es lo máximo a lo que podíamos optar, más era imposible. Hemos estirado al máximo y hemos tratado de dar en el clavo. Es una falla redonda, muy limpia y con un diseño muy fresco para alejarnos de la monotonía de otras fallas que son muy similares entre si”, explica Martínez Aparici.

Polémica clasificación

La clasificación final por lo que respecta a la sección Especial ha sido una de las polémicas en años y algunas de las comisiones ya han anunciado su intención de revisar el acta del jurado. Es precisamente esa dicotomía entre presupuesto/volumen y calidad la que ha marcado las alegrías y decepciones de 2016. “Este año el jurado se ha fijado en los acabados, no ha tenido en cuenta que una falla sea muy grande contra una pequeña, cuando ha habido fallos muy gordos en las primeras. Creo que el jurado ha hecho bien. He visto otras fallas con gran volumen y la calidad era más floja. Si esos compañeros hubieran hecho algo más pequeño y con más calidad habrían sacado mejor premio, han ido con la presión de hacer algo grande: eso es un error”, explica Martínez Aparici.

“Me han gustado los tres primeros premios, el jurado ha tenido un papel difícil pero no lo veo desacertado. Puedes variar alguna de las posiciones del podio, cualquiera de esas tres podría ocupar el primer premio. Hay fallas que pensabas que iban a ser muy potentes y después han tenido muchos problemas. Una quiniela se hace cuando la falla está montada. Hay proyectos muy interesantes sobre papel, como puede ser el de Na Jordana, pero después ha quedado a medio camino la ejecución. Otro percance en el montaje ha sido el de Sueca”.

Sea como fuere, su segundo año en la parte alta de la clasificación lo convierte en el artista más rentable de la sección Especial, categoría que este año ha aumentado su inversión global en el monumento, a pesar de la baja de Nou Campanar. Sobre el futuro y esos fichajes que ya empiezan, aunque tímidamente, a dibujarse, pocas pistas. “No tengo claro nada aún, todavía estoy cansado de la plantà. Es verdad que la gente del Mercado Central está muy contenta con mi trabajo, pero también hay que revisar qué pasa y yo reflexionar sobre qué quiero hacer. Estar en la sección Especial es muy bonito, pero te absorbe”.

Una inversión de 7 millones

En total, los monumentos, tanto grandes como infantiles, plantados por las comisiones en las Fallas de 2016 han tenido un coste de casi siete millones de euros, según los datos recogidos por Junta Central Fallera (JCF). Las fallas grandes han supuesto una inversión de aproximadamente 5.340.000 euros, mientras que las pequeñas se llevaron 1.579.000. Por detrás de Convento Jerusalén, la segunda obra más cara es la de la Plaza del Pilar, una creación de Pedro V. Baenas, con 170.500 euros.

La lista continúa con Monestir de Poblet-Aparicio Albiñana (L'Antiga de Campanar), un proyecto de Alejandro Santaeulalia presupuestado en 170.000 euros; Na Jordana, que cuenta con el artista José Lafarga y 140.000 euros; Mistral-Murta, con Carlos Albaladejo (115.000€); Cuba-Literato Azorín-Pintor Gisbert, con 105.000 euros; Exposició-Micer Mascó-Naturalista Arévalo Baca, que confía en Paco Giner, quien dispone de algo más de 101.000 euros; Sueca-Literato Azorín, con Javier Álvarez Sala y 100.000.

Por debajo de la barrera de 100.000 se sitúan Almirante Cadarso-Conde Altea, con el artista Manuel Algarra (90.000 euros); Avenida Malvarrosa, con Antonio Verdugo y el mismo presupuesto que la anterior; Plaza del Mercado Central y Avenida Reino de Valencia-Duque de Calabria, con Sergio Musoles.

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