El musical de Damien Chazelle se ha hecho con el Premio del Público en esta última edición del TIFF
TORONTO. Sólo es el principio. Con su prestancia de clásico contemporáneo, el carisma de sus protagonistas y el festín de canto, baile y romance, La La Land está llamada a ganar un buen puñado de Oscars. Y así lo ha puesto de manifiesto el Festival de Toronto al concederle el People’s Choice Award. El TIFF siempre ha sido un excelente barómetro de los Premios de la Academia. Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008), El discurso del rey (Tom Hooper, 2010) y 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013) se encuentran entre los filmes ganadores del Premio del Público en el festival canadiense que cinco meses después, se erigieron con la estatuilla a la mejor película.
La La Land es el tercer largo de Damien Chazelle y viene a consolidarlo como peso pesado en la industria del cine. Su anterior filme, Whiplash, sobre un estudiante de secundaria que aspira a ser batería de jazz, fue merecedor de tres Oscar este año pasado, a mejores actor de reparto, montaje y sonido. Su nueva propuesta reincide en el jazz y es un homenaje a los musicales de Hollywood. La pareja protagonista son una aspirante a actriz que trabaja en la cantina de Warner Bros y un pianista de jazz, devoto de Bud Powell y Thelonious Monk. Ya hay quién la ha comparado por su energía cromática y sus secuencias de fantasía con Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952)
“Chazelle inclina su sombrero ante algunos de los clásicos inmortales de Hollywood, mientras se deleita en la alegría y en los placeres genuinos de este género que continúa poniendo una sonrisa en nuestro rostro. A medida que Ryan Gosling y Emma Stone cantan y bailan de manera seductora en su camino a través del tumulto de la vida y del amor, espolvorean polvo de estrellas en una película que va a hacer brillar los ojos de todos los espectadores”, resume el director general del TIFF, Piers Handling.
Siempre se habla del TIFF como antesala de los Oscar, pero esta edición le ha ganado el pulso Venecia. El festival del Lido llevaba un lustro acusando la crisis económica, con unas instalaciones desfasadas y ausencia de rostros mediáticos, en detrimento de la pujante Toronto. Pero este año, la Mostra ha remontado, y muchos de los hitos de la programación en el TIFF han pisado firme y previamente la alfombra roja italiana. La película que inauguró Venecia fue La La Land, por la que Emma Stone fue premiada con la Copa Volpi a Mejor Actriz. Y el arranque de Toronto se solapó con la proyección de Jackie en la recta final de la cita cinematográfica europea. Tras el aplauso de la crítica en Italia, el retrato de la viuda de JFK los días posteriores al magnicidio ha recibido el premio Plataforma en Toronto. El jurado, conformado por el director estadounidense Brian De Palma, el realizador de Chad Mahamat-Saleh Haroun y la actriz china Zhang Ziyi concedió el galardón al chileno Pablo Larraín de forma unánime, “por combinar un guión extraordinario con una dirección precisa y una actuación inolvidable". O lo que es lo mismo, Natalie Portman llama de nuevo a las puertas del Oscar a mejor actriz.
En el apartado a mejor documental, la audiencia se inclinó por I Am Not Your Negro, de Raoul Peck, entre el apabullante surtido programado, 57 títulos en total. La película está basada en los escritos del autor afroamericano James Baldwin, en particular, su texto inacabado Remember This House, sobre los asesinatos de Medgar Evars, Malcolm X y Martin Luther King Jr.
El escritor al que se rinde tributo ha sido una referencia para la intelectualidad negra en EE.UU. El mismo Peck declaraba en rueda de prensa el papel que Baldwin tuvo en su paso a la edad adulta: “Me dio la legitimidad de pensar, de aceptar quién era. Me permitió descifrar el mundo que me rodeaba. De una manera muy poética y muy real. Es un teórico, un retórico, y al mismo tiempo, su escritura era sobre la cotidianidad. ¿Cómo ves cine?¿Cómo interactúas en una situación civil del día a día?”
Para la voz en off que sirve de columna vertebral al relato, Peck escogió a Samuel L. Jackson, no sólo por su dicción y por su fama, sino también “por su credibilidad como ser humano”.
En la sección Midnight Madness, el público premió Free Fire, de Ben Wheatley, una ensalada de tiros que, aunque entretenida y bien coreografiada, no se encuentra entre las mejores propuestas del director de High Rise. El thriller, ambientado en los setenta, es un no parar de disparos y de guiños al cine de acción de los setenta. Hay dejes de Sam Peckinpah, Tarantino, Guy Ritchie y John Woo.
Free Fire cuenta con la producción de Martin Scorsese y un plantel de actores que aúpan al británico hacia audiencias más comerciales, con Armie Hammer, Cillian Murphy y la última ganadora del Oscar a Mejor Actriz, Brie Larson, a la cabeza. Atención al uso de tres cortes clásicos de John Denver en la banda sonora.
Por último, el premio Fipresci Special Presentations fue concedido a I Am Not Madame Bovary, de Feng Xiaogang, una cáustica fábula sobre una mujer en liza contra la administración china. Y en Discovery, a Kati Kati, de Mbithi Masya, una reflexión onírica sobre el pasado violento en Kenia.
Hasta el año que viene Toronto. Hola San Sebastián.