VALENCIA. La tecnología sanitaria está en auge, y esto lo demuestran emprendedores como el emprendedor castellonense Ángel Alberich, ingeniero de Telecomunicaciones y máster en Ingeniería Biomédica por la Universitat Politècnica de València, quien ha sido señalado por la edición en español de MIT Technology Review, la publicación del prestigioso instituto de investigación de Boston, como uno de los diez innovadores menores de 35 a tener en cuenta en el país.
Alberich, director científico-técnico del Grupo de Investigación Biomédica en Imagen del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, ha fundado Quibim, una empresa que ofrece a la comunidad médica servicios de diagnóstico acorde a las posibilidades de las nuevas tecnologías y que dotan de una mayor precisión a los análisis.
Su spin off se encuentra dentro del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe, en el proyecto Biopolo, donde aplican su investigación en imagen en la empresa. Alberich acabó la carrera en 2007 y estuvo trabajando en Quirón, donde también desarrolló temas de imagen médica. "En 2012 fundamos Quibim, la teníamos un poco en latencia, pero en 2014 decidí dedicarme a full a la empresa y nos presentamos a Lanzadera", explica.
"Nos dedicamos a un concepto relativamente innovador, que es el de la biopsia virtual", apunta. La biopsia virtual con consiste en intentar obtener información del cuerpo humano sin la necesidad de abrirlo a través de biomarcadores correlacionados con la gravedad de una dolencia que pueden observarse en una imagen médica y la tecnología permite extraer más conclusiones.
Alberich asegura que la imagen médica ha evolucionado mucho en procesos como el TAC o los rayos x y se ha transformado en digital, mientras que la medicina convencional sigue analizándose igual que cuando había placas. "Aunque está en pantalla, los médicos siguen visualizando las imágenes, siguen haciendo alguna pequeña medición, pero no se explota de una manera masiva toda la medición que hay en los pixeles de las imágenes".
Ellos aplican algoritmos computacionales a esos pixeles que permiten extraer información sobre, por ejemplo, cuál es la sustancia gris del paciente, un hecho que está relacionado con el alzheimer. "Podemos extraer información sobre si el hígado grado tiene mucho hierro o no, algo que está relacionado con enfermedades metabólicas". También hacen mediciones de oncología, pulmón o músculo esquelético donde pueden averiguar, por ejemplo, la posibilidad de que se rompa un hueso. "Esto lo llamamos el paso hacia la medicina de precisión".
La compañía ya tiene varios clientes en España, Portugal y EEUU, que utilizan sus servicios para validar resultados de investigación y ensayos clínicos, entre los que se encuentran centros de investigación como la Fundación Jiménez Díaz y el Instituto de Investigación Biomédica de Gerona (España) y empresas farmacéuticas. "Nuestros clientes principales son médicos, investigadores y empresas farmacéuticas porque es una herramienta con un enorme potencial para poder medir si un fármaco está funcionando o no", explica.
"Por ejemplo, una quimioterapia tiene que ser suministrada y esperar un tiempo para ver si el tumor tiene cambio de tamaño. Nosotros tenemos un método que, a las pocas semanas, ya podrían decir si el fármaco está funcionando", apunta Alberich. Actualmente, hay algunas empresas en el mundo haciendo cosas similares. "En Bélgica tenemos compañeras en investigación que se centran mucho en el cerebro y la esclerosis múltiple".
Sin embargo, su valor añadido es que proceden del ámbito de la radiología, un servicio que presta a todo el hospital, no solo a neurología. "Empezamos a desarrollar métodos para todo". Actualmente tienen un radiólogo en el accionariado que marca en cierta medida la estrategia y cómo debe ser el producto final para resultarle útil al médico.
"Para mí recibir este reconocimiento supone un impulso y una gran motivación para seguir adelante con nuestro propósito de liderar todo lo relacionado con la imagen médica y la caracterización del cuerpo humano, conocer qué le ocurre a cada órgano y a cada tejido en situaciones de enfermedad, y cómo evolucionan éstos en el tiempo cuando se administra algún tratamiento", apunta Alberich. "Nos queda un largo y apasionante camino por recorrer y premios como el del MIT, siendo el instituto tecnológico más importante del mundo, nos hacen caminar con mucha más firmeza y seguridad y tomar más conciencia de que lo que estamos haciendo queremos que tenga un alto impacto innovador".
Para el responsable del Grupo de Bioingeniería del CSIC (España) y coordinador del Grupo Temático CEA-Bioingeniería, Ramón Ceres, el trabajo de Alberich tiene "gran potencial de uso y proyección a un vasto ámbito clínico". El miembro del jurado de los premios MIT Technology Review en español Innovadores menores de 35 España 2015 destaca que "el problema abordado es de la mayor importancia, con repercusión social, clínica y científica en el ámbito internacional".