VALENCIA. Como si fuera una hoja de ruta consultiva, y no la guía que marca la filosofía política del Consell, la ampliación del Acord del Botànic se había demorado por diversos acontecimientos. La reestructuración del bipartito, las réplicas del terremoto de la abstención del PSOE a favor de la investidura de Mariano Rajoy, el laberinto de la nueva RTVV y la gestión del día a día privaron a las fuerzas del Botànic de escenificar la buena marcha del acuerdo. Un documento que, pese a ser más concreto que el primogénito, continúa pecando de ambigüedades: los términos "apostar" o "promover", encabezan muchos de los deberes señalados.
Después de 20 meses de gobierno del cambio, los líderes de PSPV, Compromís y Podemos, Ximo Puig, Mónica Oltra y Antonio Montiel, conseguían sincronizar sus agendas este miércoles para firmar la actualización del acuerdo que desde 2015 hace posible "la estabilidad del Gobierno valenciano", en palabras del president de la Generalitat, Ximo Puig.
FOTOGALERÍA y crónica del acto de la firma
Aunque la distancia que existe entre el primer pacto y el ya renovado se eleve en 164 nuevas medidas -el inicial tenía apenas 37 y el actual llega a los 201 compromisos-, la concreción en cómo ejecutar las políticas del Botànic se diluye en algunos de los puntos.
Así, por ejemplo, si para combatir y prevenir la corrupción, los partidos que sustentan el Pacte del Botànic fijan acciones concretas como la ya creada ley de Agencia de Prevención del Fraude y la Corrupción y medidas a impulsar como la elaboración de la ley de lobbies, otras incluidas en el mismo eje quedan indefinidas. El "Desarrollo de la policía autonómica" o la "Modernización y simplificación de los procesos administrativos", son algunas de ellas.
Tampoco en los temas más polémicos que ha afrontado el Consell en los últimos meses, e incluso semanas, las iniciativas son claras. En el caso de los horarios comerciales la redacción del nuevo texto fija el "impulso de un pacto autonómico sobre los horarios comerciales, liderado por el Observatorio de Comercio" y el "fomento de los horarios comerciales compatibles con la conciliación familiar", pero no ahonda en detalles. La controversia por la apertura en domingo comenzó en abril y, de momento, se encuentra en standby.
El cuarto eje de nuevo modelo productivo y territorial es el que más reformas ha acogido, ya que en el primer documento los tres partidos se centraron "en lo urgente, que era rescatar a las personas", según Oltra, y, casi en el ecuador de la legislatura, han dado un paso adelante para centrarse en las políticas económicas. No obstante, también en este eje abundan las imprecisiones: aunque se haya contemplado una actualización del plan integral de residuos, no hay referencia alguna a la implantación del polémico SDDR que quiere llevar a cabo el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Àlvaro.
Y la lista continúa en este núcleo con el "Fomento del autoconsumo energético" o "Mejorar la coordinación y eficiencia de las políticas de gestión de los ecosistemas mediterráneos". Tampoco la cultura se escapa de las 'buenas intenciones' en la redacción del texto. "Apostar por la actividad artística y creadora valenciana" es uno de los objetivos a acometer en el ámbito cultural.
Entre los 201 compromisos adquiridos, el Gobierno valenciano ha incluido también los deberes asumidos en los seminarios semestrales en Morella y Torrevieja que se encuentran a medio hacer. Y, a pesar de que el nuevo texto contemple novedades como la inserción de un anexo en el que se recogen reivindicaciones al Gobierno de España, también éstas son ya ampliamente conocidas, como la reestructuración de la deuda o reforma del sistema de financiación. Un documento con mayor concreción que el primer "acuerdo de mínimos" -como lo tildaba Montiel-, pero sin grandes sorpresas y repleto de lugares comunes.