Arquitectura y patrimonio

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¡En esta nave hay un espacio cultural!: centenarias fábricas convertidas en contenedor artístico

Mientras que las naves de Ribes deciden cómo se gestionará su espacio, la privada Bombas Gens se prepara para abrir sus puertas en 2017

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VALENCIA. Antiguo contenedor de instalaciones ferroviarias y proyecto –abandonado- de Museo del Transporte, las centenarias naves de Ribes siguen a la espera de una rehabilitación total que dotará al barrio de Ruzafa de uno de los complejos más potentes de toda la ciudad. Cuando se ejecute, claro. Pero ahora toca definir su uso y, parte de la responsabilidad, recae en la asociaciones vecinales.

Construidas en 1915 bajo la dirección del arquitecto Demetrio Ribes, también autor de la Estación del Norte, el espacio se ha convertido en el centro de debate. Con una parte destinada a actividades deportivas y otra a centro cultural, algo que ya se especificó durante el mandato anterior, el tipo de instalaciones, el qué, está todavía definiéndose en una comisión mixta integrada por diferentes áreas del Ayuntamiento y entidades vecinales. Y todo esto se lleva a cabo cuando el Ministerio de Fomento ha decidido recortar a la mitad el presupuesto para el proyecto del Parque Central, hasta los 1.400 millones de euros.  

Entre las propuestas, todavía por aprobar, presentadas por los concejales del Ayuntamiento de Valencia se encuentra la creación de un centro municipal de día y otro de servicios sociales, con el fin de aumentar el carácter social del proyecto y dotar al barrio de algunas estructuras sociales que escasean en Ruzafa. Otra de las novedades planteadas es la de acoger la sede de la Universidad Popular, actualmente ubicada en la calle Denia, con el fin de ahorrar costes e integrarla en un mayor complejo, a propuesta de la concejala delegada Isabel Lozano. Estas ideas fueron planteadas por los propios ediles durante una reunión de la comisión mixta que, en las próximas semanas, irá definiendo el futuro de cada nave.

Mientras que en la parte deportiva se ha descartado la construcción de una piscina y se plantea ubicar un spa, en la cultural se apostará por crear espacios que no sean estancos y que puedan dar cabida a distintos eventos sin que la estructura comprometa la tipología de los mismos. Talleres, teatro o conciertos son algunos de los eventos que tendrán cabida en el centro. Son concretamente las naves 2 y 3, esta primera ya restaurada, las que se destinarán a este propósito, mientras que en las próximas semanas se decidirá si serán auto-gestionadas, como proponen las entidades vecinales, o si se hará de forma mixta con la administración. Desde Plataforma per Russafa apuestan porque en el caso del contenedor cultural -no así en el deportivo- sean los ciudadanos los gestores, como pasa en otros espacios como Can Batllò de Barcelona, la Tabacalera de Madrid o la Casa Invisible de Málaga.

El trabajo de la comisión mixta continúa en marcha cuando, a pesar de que una de las naves está ya rehabilitada por el anterior equipo de gobierno, el resto todavía espera la ejecución de los trabajos. “No se puede iniciar el proceso de rehabilitación sin antes pensar en su uso porque, después, te encuentras con muchas cáscaras vacías de contenido. Hoy en día no hay que pensar en megaproyectos, sino en cosas más asequibles y, sobre todo, teniendo en cuenta las necesidades del barrio”, apunta Diana Sánchez, presidenta de la Asociación de Patrimonio Industrial Valenciano (APIVA). En resumidas cuentas, primero el qué y después el dónde.

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