VALÈNCIA. 24 de mayo de 2015. El PP obtiene 31 diputados en las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana. Aproximadamente un mes y medio después, PSPV, Compromís y Podemos pactan para alcanzar un acuerdo programático que facilite un gobierno de izquierdas y saque a los populares de las instituciones. Los líderes de los tres partidos -Ximo Puig (PSPV), Mónica Oltra (Compromís) y Antonio Montiel (Podemos)- firman el 11 de junio la hoja de ruta que guiará la acción política del denominado "gobierno del cambio": el Pacte del Botànic.
No obstante, los morados optaron en aquel momento por no integrarse en el Consell. Y la jugada les ha permitido mantener una postura dual: ser duro con el Consell, sin llegar nunca a romper la cuerda. Casi dos años después y con numerosos desencuentros con PSPV y Compromís, quieren impulsar una nueva etapa con el Ejecutivo de Puig. La "deslealtad" -en palabras del propio secretario general de Podemos- que el bipartito acometió con la renovación del Consell Jurídic Consultiu sin comunicarlo al socio de gobierno previamente ha generado un profundo malestar entre el sector morado. Que fueran los socialistas quienes solicitaran la retirada del orden del día la votación en Les Corts, fue la gota que colmó el vaso.
[Primera parte de la entrevista: "Estoy esperando todavía que alguien demuestre en qué no he sido exigente"]
-El sector crítico de su partido le ha acusado de jugar un papel "testimonial" con el Consell, ¿cree que fue un error no entrar en el Gobierno?
"En el balance que hacemos del consell constatamos lentitud y deficiencia"
-Creo que fue una decisión democrática. Y quien quiera cambiarla que lo plantee. El 3 de septiembre hubo una asamblea que iba a ser catártica en Torrent, organizada por el sector crítico y en la que yo participé. El documento que se discutió en esa asamblea era un documento con pros y contras de la entrada en el Gobierno, y lo redacté yo. Previamente lo presenté en el Consejo Ciudadano Valenciano y lo ofrecí para que fuera un documento de debate y se hicieran sugerencias. Han pasado nueve meses y no he tenido ninguna. Con lo que nuestra decisión democrática de no entrar en un gobierno presidido por un socialista, es la que he seguido respetando. Si hay personas que creen que debemos debatir sobre ello, que lo propongan abiertamente. Pero el riesgo de la invisibilidad era un riesgo del que yo ya era consciente cuando decidimos entre todos no entrar.
-¿Hay tiempo todavía para hacerlo?
-En el balance que nosotros hacemos del Gobierno constatamos lentitud y deficiencia. Por lo tanto, si alguien en Podemos quiere que se debata ese tema, que lo proponga, quedan dos años y tres meses de legislatura. En cine están muy bien las elipsis, pero en política no. Tú no puedes haber suscrito un programa político, haber sido miembro de la dirección que toma una decisión y ahora hacer como si acabaras de llegar. No preguntes, ¿tú qué propones?
"El Acord del Botànic peligra si el PSPV continúa comportándose como se comporta"
-¿Peligra el Pacte del Botànic o está "a prueba de bombas"?
El Acord del Botànic peligra si el PSPV continúa comportándose como se comporta. Parece disfrutar de ser un gobierno que molesta lo menos posible. Lo hemos dicho muchas veces: nosotros no somos leales a un Gobierno, sino a un acuerdo. Si en este despacho, en la calle y en los municipios seguimos hablando con la sociedad civil y seguimos recibiendo un rosario de insatisfacciones, peligra. Esta semana han vuelto a cerrar colegios porque se habían inundado los barracones, mantienen Ciegsa abierta... A mí me escribe, por ejemplo, el alcalde de Vinaroz porque tiene todo un centro educativo en barracones cuyas obras tendrían que haber empezado este primer semestre y resulta que el proyecto no está todavía ni redactado. Eso es lo que hace peligrar el Acord del Botànic, que los compromisos no se cumplan. Nosotros no vamos a permanecer impasibles viendo cómo se incumplen, porque no son compromisos entre programas electorales o de acuerdo de legislatura. Son con la gente.
-La semana pasada acusaba al Consell de actuar de manera "desleal"...
-He sentido que han actuado con demasiada frecuencia con lógica corporativa. Yo no quiero que me consulten los nombramientos de consellers, secretarios autonómicos o directores generales. Nosotros no formamos parte del Gobierno y por tanto no nos corresponde estar en esas. Pero no nos parece serio que no se nos invite a determinados debates. Por ejemplo, tuvimos conocimiento de una jornada sobre el Corredor Mediterráneo que organizó la Conselleria de Territorio, en la que estaba el secretario autonómico, la consellera, y se nos informó a posteriori. Nosotros no queremos ser el hermano pequeño del Gobierno ni el comodín. Porque si no lo que ocurre es que luego nosotros no nos sentimos vinculados por determinadas decisiones unilaterales y tenemos que actuar en el parlamento con total autonomía. A nosotros ya nos cuesta a veces respetar algunas decisiones y una cierta paz con el gobierno cuando su comportamiento es erróneo.
-¿Qué puede esperar el Consell ahora de Podemos?
-Debe esperar que planteemos los debates uno a uno, actuemos en defensa de los ejes del Botànic. Eso significa que no pueden exigirnos que no exterioricemos nuestras críticas a las políticas que consideramos erróneas o no-políticas. Somos partidarios, por ejemplo, de que el president comparezca para dar explicaciones por la Fundación de Orengo. Como fuimos partidarios en su momento de llevar a cabo la investigación sobre Carns de Morella. O de crear una comisión que siga los nombramientos en Sanidad. No somos participes de algunas decisiones que se toman con lógica corporativa.
"Somos partidarios de que el president comparezca para dar explicaciones por la Fundación de Orengo"
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo en Vivienda. En la conselleria se está viviendo con mucha inquietud que nosotros incorporáramos al Botànic la exigencia de un plan de choque de vivienda social con razón de 1.000 al año. Yo he trasladado que éstas salgan del parque existente -de lo que se puede rehabilitar-, de las casas que llevan cerradas años y que ahora el Eige tiene las llaves. En el centro histórico de València hay cerca de 50 viviendas para ocupar desde hace cinco años. También en Vinaroz u Orihuela, procedentes de aquellas empresas mixtas que generó Blasco. La solución no es un "vamos a cambiar el expediente de recalificación de venta libre a alquiler con opción a compra". Queremos soluciones reales. No hay una acción política decidida en muchos temas y la legislatura avanza. Ya dije que 2017 era el año decisivo. En 2016 podía decirse que se hizo el presupuesto con poca información o que no habíamos tenido tiempo de crear equipo, pero ahora ya no hay ninguna excusa. 2018 será un año en el que se estará pensando en las elecciones y habrá quien intente correr los menores riesgos posibles. Esa es la actitud típica de un gobierno típico. Si ahora tenemos un Ejecutivo que corre pocos riesgos en 2017 y en 2018 entra en esa lógica, habrá sido una legislatura perdida. No estoy dispuesto a que esto sea un mero episodio. Le he dicho muchas veces a Puig que está perdiendo relato, que nos hable de qué comunidad estamos creando para la próxima década.
-Cuando el PSOE se abstuvo con Rajoy, usted ya se mostró beligerante con el Botànic, ¿en qué se diferencia esta vez?
-Después de aquel apoyo Podemos ha conseguido algunos cambios sustanciales. Por ejemplo: hace un año le lanzamos al president en una pregunta que tenía que acometerse una reforma fiscal. Aquello fue oído con una sola oreja por el Gobierno. En su proyecto de presupuesto nos presentó una reforma fiscal muy tibia, con lo que tuve que ser muy gráfico explicándole a Puig que con esa reforma una persona con su nivel de renta también se beneficiaba. Incluso más que una persona de renta más baja. Así que impusimos y conseguimos una reforma del tramo autonómico de IRPF en ocho tramos y no siete como planteaban. Creo que utilicé dos ejemplos de rentas reales y al president de la Generalitat no le gustó mucho que le usara como ejemplo.
En ese mismo debate incluimos una partida inédita de 8 millones de euros para el copago farmacéutico de menores con rentas inferiores a 18.000 euros. Recuerdo el 'no' de Carmen Montón. Dijo que ese tema ya estaba cerrado, y también me acuerdo de la negociación con Puig de mi compañero Daniel Geffner y yo. Fue un logro conseguir esa partida. Hicimos que nuestras enmiendas para la Función Social de la Vivienda se incluyeran, que la ley contra la pobreza energética se aprobara. ¿Ahora qué pasa? ¿Que vamos a tener otra vez que estar cabreados con el Consell para que nos respete y la reforma de la Sindicatura de Comptes o la reforma del CJC salgan adelante?
"¿Hay que recordarle continuamente al gobierno que no tiene mayoría absoluta? Pues lo haremos"
-¿Marcará un antes y un después el desencuentro por el Consell Jurídic Consultiu (CJC) en su relación con el Consell?
-Me parece que es una mala praxis de este Gobierno. Me parece que tensar las relaciones hasta el punto de apropiarse del capital político para firmar en multitud el Pacte del Botànic y, menos de un mes después, poner en marcha políticas ninguneándote, dice poco de la lealtad que tienen los partidos del Gobierno. Si esa es la lógica, ejerceremos de grupo parlamentario con la autonomía suficiente para defender nuestras propuestas. ¿Eso va a significar que en algún momento el PP te aplauda una crítica o que coincidas en alguna votación? O con el demonio. Hemos venido aquí para defender un programa electoral. ¿Hay que recordarle continuamente al Gobierno que no tiene mayoría absoluta? Pues lo haremos. Que no den nada por supuesto, el Consell no está aquí para que le aplaudamos. Los ciudadanos no sólo quieren después de 20 años del PP un poquito más de transparencia, que no se robe y que la economía fluya libremente o el Gobierno no estorbe, los ciudadanos quieren más.