VALÈNCIA. Fran Ferri (Canals, 1984). A pesar de ser ingeniero de profesión, su lucha por los derechos LGTBI y su sensibilidad valencianista, le llevaron a enrolarse muy joven en las filas del Bloc, la formación más grande de las que conforman Compromís. Secretario general del Bloc Jove con 25 años, su salto a la primera fila de la política se produjo en 2011, cuando fue uno de los seis diputados de Compromís que lograron acceder a Les Corts Valencianes.
Su trabajo en el parlamento valenciano, además de ser el representante de los renovadores con más visibilidad, provocó que fuera señalado como un posible relevo en la secretaria general del Bloc, que entonces ocupaba Enric Morera. Sin embargo, Ferri se convirtió en síndic de los valencianistas en 2015, cuando la coalición irrumpió con mucha fuerza en el hemiciclo: obtuvieron 19 diputados.
Tras más de dos años como portavoz de Compromís, Valencia Plaza habla con él sobre las iniciativas y reformas pendientes en la Cámara, el viraje en la relación de Podemos con Consell y el desafío independentista catalán.
[Segunda parte de la entrevista: Fran Ferri: "Como militante del Bloc, en los últimos meses no he echado de menos la figura del portavoz"]
-¿Qué le parece la destitución de todo el Govern y el cese de Puigdemont?
-Nos parece una medida abusiva que nos aleja, aún más, de la solución. Desde el Gobierno central se dijo que se aplicaría el 155 si había DUI, y aunque no la ha habido, han impuesto la versión más dura de este artículo, incluso con algunos elementos que ya veremos si son constitucionales o no. Seguramente se tenía tanto interés en aplicar el 155 porque abre la puerta a imponerlo ante cualquier gobierno autonómico que no siga las directrices de la derecha. Sin ir más lejos, hace unos días, el delegado del gobierno en Castilla La Mancha amenazó con aplicarlo por incumplir el déficit de Montoro.
-¿La limitación de las competencias del parlamento catalán le parece una derogación de la autonomía catalana?
-Limitar las competencias de un parlamento, donde se encuentra representada la ciudadanía con toda su pluralidad, va más allá de una suspensión de la autonomía. Significa degradar hasta el máximo la democracia, porque se elimina cualquier posibilidad de control a los gobernantes. A la derecha le gusta más mandar que gobernar, y Rajoy quiere hacerlo sobre Cataluña sin ningún tipo de límite ni control democrático.
-¿Cómo ve el apoyo de los socialistas a esta aplicación del 155?
-Lo veo un error. Sobre todo porque todo lo que está pasando se engloba en un debate territorial que va más allá de Cataluña y que nos puede acabar perjudicando. Se abren varios escenarios que apuntan a un Estado más centralizado y con más poder para el Gobierno de Madrid. La obsesión de Compromís es que los valencianos no volvamos a pagar los platos rotos, como ya nos pasó en la transición o en el debate sobre la financiación. Queremos avanzar hacia un modelo más justo, que permita a los valencianos vivir mejor. Y en ese trabajo creo que contamos con el apoyo y con la complicidad de los socialistas valencianos, más allá de lo que decida Ferraz.
-Tras las agresiones que se produjeron en la manifestación del 9 d'Octubre por parte de ultras sobre los asistentes ustedes pidieron la dimisión de Juan Carlos Moragues. Con el intento de "intimidación" -como lo ha denunciado la Abogacía en Fiscalía- a la vicepresidenta Mónica Oltra, ¿se va a mantener esa petición?
-Son dos cosas diferentes, porque el acoso a Mónica nadie lo esperaba. No teníamos indicios de que eso podía pasar. Sin embargo, respecto a la manifestación, el propio subdelegado de Gobierno en una reunión nos dijo que tenían miedo de lo que pudiese pasar porque estaba garantizada la seguridad por la mañana, pero no por la tarde. Así que sabiendo eso, deberían haber puesto más medios, y no lo hicieron. Es ahí donde hay responsabilidades políticas. Y, por eso, pedimos la dimisión de Moragues.
-¿Mantienen esa petición entonces?
-Esa petición está ahí. Creemos que en ese momento no se actuó bien. No sé qué manera tendrán ellos de asumir responsabilidades políticas, pero nosotros la mantenemos. En la Comunitat Valenciana viene ocurriendo desde hace mucho tiempo que los ultras y fascistas se sienten con total impunidad. Compromís estuvo sin participar en la Processió Cívica durante muchos años debido a esta violencia y esta impunidad. Y volvimos a participar en ella en 2007 con muchos problemas: gente nuestra acosada hasta que subían al bus, persecuciones en las calles...
-Una de las reivindicaciones históricas de Compromís ha sido la rebaja del listón electoral del 5% al 3%. ¿Se aprobará a tiempo para que sea efectiva en las próximas elecciones autonómicos de 2019?
-Es la segunda barrera electoral más dura de toda España. No la tiene ningún otro parlamento ni otro país de la Europa avanzada y, por tanto, es una reivindicación nuestra porque somos demócratas y pensamos que no pueden haber barreras antidemocráticas. Sabíamos que esta es una ley difícil de aprobar porque necesita dos tercios para salir adelante. Aún más si tenemos en cuenta que el PP tiene casi un tercio y son contrarios a rebajarla. Por eso, pensamos que lo mejor era crear una comisión especial de trabajo para estudiar la bajada del listón electoral y en la que también pudiéramos hablar del Estatut de Autonomía. Después de las comparecencias de los expertos, cada grupo parlamentario hizo sus conclusiones. Así, quedamos encargados todos de lanzar una propuesta, que está casi lista. En menos de dos meses, espero que podamos haber abordado el debate en el pleno.
-Con la tensión política que se ha vivido estos días, ¿teme que esto pueda implicar la entrada de partidos de extrema derecha en Les Corts?
-En Compromís pensamos que a la ultraderecha no se le combate con barreras electorales. De ser así, países como Alemania debería aplicar barreras del 15% o más elevadas porque la ultraderecha allí ha conseguido más de ese porcentaje. Se debe combatir con democracia y con ideas, sobre todo porque debemos combatir la normalización de aquellas ideas que ellos proponen como la violencia, la xenofobia o el racismo...
-Compromís presentó un anteproyecto de Ley de Comarcalización que, finalmente, retiraron del pleno a última hora. ¿Se ha renunciado a ella?
-No, simplemente hay grupos como Podemos que nos pidieron más tiempo para estudiarla y trabajarla a nivel municipal. Es una ley que parece muy problemática, pero al final lo que viene a hacer es desarrollar el Estatut de Autonomía que se aprobó en 1982 y que hablaba de que había que hacer una ley de comarcalización territorial que definiera cuáles son las comarcas y, por tanto, también las unidades administrativas. No es una ley que comporte más gasto económico ni cambio administrativo, lo único que hace es que creamos unidades más fáciles de utilizar a la hora de aplicar las políticas hacia el territorio. Como es una ley que va dirigida también a determinar nuestro modelo territorial, genera tensiones territoriales que se deben resolver con participación de todos los ayuntamientos por la vía parlamentaria y con todos los partidos políticos que tienen mucha gente con representación en los ayuntamientos. Esta ley solo falta que sea admitida a trámite o no y, una vez eso suceda, en un mes o dos puede estar aprobada.
-Otra de las cuestiones que su coalición, y en concreto, desde la Consellería de Medio Ambiente se impulsa, es el llamado sistema de reciclaje SDDR. Con el rechazo a que la propuesta fuera tomada en consideración en el pasado Debate de Política General, ¿cree que la medida saldrá adelante en esta legislatura?
-Afecta a muchos sectores, y para su aplicación correcta debe estar muy bien trabajada y lo más consensuado posible. Creo que la conselleria hará todo lo posible. No sé si estará al final de la legislatura por los plazos, pero a mí me gustaría que así fuese.
-¿Qué ha motivado que rebajaran la primera propuesta para gravar el azúcar de los alimentos? ¿Era demasiado estricta la primera versión de la tasa al azúcar?
-Compromís somos una fuerza que dialogamos con todas las partes y muchos sectores de la sociedad, también con el empresarial que pueda sentirse afectado por las leyes que elaboramos en Les Corts. Nunca nos hemos negado a recibir a nadie. Y fruto de ese diálogo vimos que igual tocaba cosas que no se habían experimentado en ningún otro sitio y, por lo tanto, convenía modificarla, que no rebajarla. Hacerla más adecuada a nuestra realidad.
-El Consell necesita el voto favorable de Podemos en muchas cuestiones para sacar sus iniciativas adelante. Hace poco cambió la dirección del partido y la sindicatura del grupo. ¿Ha notado más dureza a la hora de negociar con el nuevo portavoz, Antonio Estañ?
-No hemos notado ningún cambio en la manera de trabajar con Podemos. Ellos hacen su tarea que es gobernar desde fuera, intentar hacer que se cumpla lo que hemos acordado en el Pacte del Botànic, aunque nosotros también queramos que ese acuerdo vaya adelante. Parece que sí que han cambiado el tono últimamente, por la manera en que expresan ese seguimiento de esa tarea, pero en los últimos días de Montiel al frente de la sindicatura del grupo parlamentario y en la secretaría general de su partido ya se manifestó este cambio.
-¿Le preocupa que las exigencias de Podemos puedan tensar demasiado las relaciones entre las fuerzas que integran el Botànic?
-Yo creo que esas cosas las resolveremos como lo hacemos siempre: hablando. Siempre de cara a unos presupuestos Podemos nos ha planteado muchas exigencias, y luego se les explica muchas cosas desde lo que es la administración. Porque está muy bien hacer exigencias desde fuera pero luego hay que conocer la administración, cuáles son los obstáculos que te encuentras. Podemos no entró en su momento en el Gobierno valenciano. En aquel momento era necesario un poco de valentía porque sabías que la situación era muy precaria, con las instituciones muy reducidas, con una deuda galopante, un sistema de financiación que nos perjudica... Nosotros dimos ese paso y también el PSPV, pero Podemos dijo que no. No pasó eso en València, donde se están encontrado los mismos problemas que nosotros en la administración. Así que creo que Podemos en ese aspecto puede ser más comprensivo porque sabe que muchas de las cuestiones que a nosotros nos retrasan son las mismas que le afectan a María Oliver para aplicar sus políticas en materia de vivienda.
-Una de las exigencias de Podemos para sacar adelante las cuentas del próximo ejercicio es la aplicación de una tasa turística en la Comunitat. ¿Cree que, pese a las reticencias de los socialistas, puede salir adelante?
-Si fuera por Compromís, hubiésemos empezado a trabajar mucho antes esta cuestión. Es una cuestión positiva. Allá donde se está aplicando solo tiene inputs positivos. De hecho, los empresarios eran reticentes y ahora no solo están a favor, sino que piden que se incremente para poder tener más recursos para invertir en la calidad de vida de su territorio y del turismo que se acerca. La tasa turística es una buena oportunidad para conseguir superar una de las cuestiones que nos afectan a día de hoy a las ciudades turísticas, que es que el turismo masivo e incontrolado conlleva una serie de dificultades para la ciudadanía en su día a día: suben los alquileres, disminuye la accesibilidad a viviendas por parte de la gente con menos recursos, genera una serie de necesidades que la administración debe cubrir como sanidad e infraestructuras... Esta tasa no solo nos ayudará a cubrir esas necesidades, sino que además nos ayudará a identificar. Por ejemplo: hay muchos apartamentos turísticos que son ilegales y con esta tasa podremos señalarlos o detectar la economía sumergida, por lo que creo que eso será positivo tanto para el sector como para la ciudadanía y gobierno. Creo que las posiciones de Hosbec en todo este período, ha cambiado. Ya no es oposición frontal, sino que dicen que si se pone una tasa, que les sirva para algo. Ahora hace falta mucho diálogo para encontrar la manera de implantarla.
-El PP y determinados agentes empresariales han declinado participar en la marcha por una mejor financiación. ¿Cómo valora estas ausencias y falta de unidad?
-Los empresarios nos explicaron que no iban a participar si todos los grupos políticos no participaban. Por eso nuestra crítica debe ir hacia los partidos políticos como el PP. Bonig dice que no es la hora de la pancarta, que es la hora del diálogo, y en cambio lo primero que hizo hace unas semanas fue coger una pancarta e irse a otro territorio a manifestarse. Cuando toca manifestarse por los intereses de los valencianos y valencianas, ves que se queda de brazos cruzados. Aunque la líder del PP no quiera ir a la manifestación, hacemos un llamamiento a sus votantes para que acudan a reclamar una financiación justa.
-¿Tiene convicción en las palabras del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro y del presidente del Gobierno Mariano Rajoy de que se va a reformar el sistema de financiación?
-Veo complicado que se pueda reformar en lo que queda de 2017. Quedan dos meses prácticamente para que termine el año. No debemos hacernos ilusiones con la promesa de Montoro y, aunque así fuera, que Montoro diga que se va a modificar el sistema de financiación no significa que vaya a beneficiar a los valencianos. Partimos de una situación muy difícil y solo nos valdría una reforma que arreglara los problemas que tenemos. Y eso quiere decir acabar con el statu quo actual y, a partir de ahí, ver cómo hacemos un reparto más objetivo de los recursos.
-El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, no ha mostrado intención de dimitir pese a la petición reiterada de Compromís y también de Guanyar Alacant. ¿Hasta dónde llegarán con esta solicitud?
-Compromís ha puesto antes la ética que la aritmética, por eso estoy de acuerdo con la decisión que han tomado los compañeros de Alicante. Le han dado un plazo para que dimita y, entonces, refundar el Pacto, pero con otras personas. No era fácil tomar esa decisión, pero lo han hecho porque nos presentamos a las elecciones para cambiar la manera de trabajar, para hacer un cambio y no un recambio en la ciudad de Alicante.
-¿Contemplan abandonar el tripartito?
-Sí, Echávarri tiene un plazo para dimitir, si no, Compromís no participará en el Gobierno de la ciudad. Nos planteamos abandonar el tripartito.
-¿Cómo esta viendo el proceso de reapertura RTVV con todas las polémicas que han surgido?
-Queríamos cambiar el modelo que había durante el PP. Es decir, impulsar una tele independiente en la que el parlamento hace su elección y después ya se olvida de lo que es la gestión. Dicho esto, no estamos al 100% de acuerdo con todas las decisiones que se han tomado, ya que los grupos de Les Corts habríamos tomado algunas decisiones de manera diferente. Pero nuestra función pasa a ser de control. No es fácil poner en marcha la tele, de hecho, la ley de la primera RTVV se aprobó en 1984 y no se puso en marcha hasta 1989. Nosotros aprobamos la ley de la CVMC en julio de 2016 y elegimos al Consejo Rector en octubre; esperemos que la radio, tal y como dijo la directora general, esté en marcha antes de final de año y la televisión en el primer trimestre de 2018. Por lo que han sido más rápidos que la vez anterior. Y respecto al baremo, yo hubiera intentado llegar a un acuerdo que hubiera contentado más a todo el mundo. Creo que es importante que en un tema así, la cuestión de que la gente que tradicionalmente ha estado excluida por la manera en que algunas personas entraban en RTVV, sobre todo en los últimos años, tuviera más oportunidades.
-La instauración del requisito lingüístico en la administración pública supuso encontronazos entre PSPV y Compromís. Ahora parece que el retraso de su tramitación puede evitar la exigencia de que se aplique durante la presente legislatura...
-Me gustaría que esto estuviera en marcha en esta legislatura y Compromís va a hacer todo lo posible para que así sea. Los funcionarios que atienden a los valencianos y valencianas deben servir de la mejor manera posible a los ciudadanos. Y ¿cómo pueden hacerlo? Teniendo competencia lingüística en todas aquellas lenguas oficiales de nuestra tierra que son valenciano y castellano. Pensamos que este sería un paso positivo. Por eso queremos que se aplique en esta legislatura, y si para ello hace falta que se hagan cambios en la ley, pues se harán cambios en la ley.
-Después de los varapalos de la justicia, las tres fuerzas que integran el pacto del Botànic, presentaron de forma conjunta un nuevo decreto de plurilingüismo más rebajado. ¿Han renunciado con esta nueva versión a su modelo? ¿Sus votantes entienden que el sistema sea tan lejano al que contemplaban en el programa electoral, que era la inmersión?
-El plurilingüismo es un objetivo, queremos que los niños terminen su escolarización sabiendo tres lenguas: las dos oficiales y una extranjera, que es el inglés. Por tanto, cualquier herramienta que nos sirva para dirigirnos hacia eso es buena. Nos basamos en estudios pedagógicos, en informes de expertos que han trabajado de manera muy tozuda esta cuestión, y por tanto, los porcentajes que se aplican en esta ley van encaminados a esta cuestión.