VALÈNCIA. A septiembre, suspendido o cateado. Se diga como se diga, la cultura española vuelve a quedar por debajo de los cinco puntos, un pobre 4,4 que deja sin aprobado la gestión de un sector al que se le acumulan las urgencias. Así se desprende de la encuesta recogida en el informe de Fundación Alternativas sobre el Estado de la Cultura en España 2017, cuyos resultados se presentaron ayer en el Institut Valencià de l’Art Modern (IVAM). Bajo el lema Igualdad y diversidad en la era digital, lema que guía el nuevo estudio generado por la entidad, se tratan estos dos conceptos desde distintos puntos de vista, tanto por las dificultades de acceso a la cultura como por lo que respecta a la brecha de género, que todavía sigue pesando en un sector que, como otros tantos, todavía tiene camino por recorrer por lo que respecta a la representatividad y niveles de empleo femenino.
Más de un centenar de agentes culturales han participado de una encuesta que sigue dando tirones de orejas al panorama cultural de España. Otra vez, sí, porque tanto en 2016 -con un 4,6 puntos- como en 2014 –con 4,5 puntos- suspendieron, siendo solo en el primer informe, el de 2011, cuando lograron un aprobado por los pelos, con un 5,1 sobre diez puntos. Presentado por José Ignacio Pastor, presidente de ACICOM (Asociación Ciudadanía y Comunicación), el acto desgranó tanto los motivos como las causas de un malestar que parece generalizado en el sector y, también, dio algunas pistas sobre aquellos aspectos a atacar de forma inminente por parte de la administración pública. A este respecto, y teniendo en cuenta el clima de incertidumbre política en el que se desarrolló la encuesta, los participantes se mostraron poco optimistas ante la perspectiva de que un Gobierno en minoría resulte en mayores apoyos públicos, aunque sí destacaron ligeramente que la labor de la oposición podría mejorar el trato fiscal a la cultura.
Así lo explicó Patricia Corredor, coordinadora de la encuesta y Doctora en Ciencias de la Información y profesora en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que apuntó grosso modo a unos puntos débiles que son los recortes derivados de la crisis económica, un modelo digital todavía por definir y la poca proyección de las pequeñas y medianas empresas en el exterior. También suspenden con puntuaciones entre el 3 y el 3,4 las políticas públicas en su defensa de la remuneración del autor, en la cooperación para la diversidad, en el estímulo a la sostenibilidad cultural, o en cuanto al respeto a la autonomía de la creación y el impulso a la producción independiente. Por otro lado, entre los resultados del cuestionario realizado para el informe, aprueban con un notable "la capacidad de difusión capilar de las nuevas redes", el incremento a través de ellas de la relación de los creadores con sus públicos. Con aprobado también se sitúa el aumento de la creatividad de los autores, la libertad de elección del usuario, o el papel de los autores para innovar y expresar las "diferentes opciones ideológicas".
Por lo que respecta al apartado de la igualdad de género, los datos no son más alentadores. Si con 5,7 puntos los encuestados consideran que las políticas públicas y regulaciones pueden mejorar la igualdad de género en el empleo cultural, es la realidad la que suspende –con 3,2 puntos- frente a la esperanza, pues la mayoría de los encuestados considera que la mujer no tiene una situación equitativa en la creación y la producción/edición cultural. “Nuestro país retrocede en empleo pero cada vez hay más alumnas”, indicó Corredor.
La que fuera Ministra de Cultura socialista, Carmen Alborch, destacó la necesidad de políticas “efectivas” para alcanzar una “sociedad más equilibrada”, e invitó a la Directora General de Cultura de la Generalitat Valenciana, Carmen Amoraga, que acudió como invitada al debate, a generar un libro blanco que ponga luz con cifras e informes a la situación de desigualdad de la mujer en el sector cultural valenciano. También puso el acento Alborch en la necesidad de generar una nueva televisión autonómica “feminista” que tenga muy presente esta cuestión y de aplicar acciones que, como en el centro Moderna Museet en Suecia, pongan freno a la baja representación de artistas femeninas en los contenedores culturales. “Las mujeres no estamos en los templos de arte”, sentenció Alborch. Lo cierto es que, aunque alabó la labor del IVAM por generar una línea expresamente para aumentar la presencia de mujeres en su programación, queda mucho por hacer.
No en vano, en enero de 2016 el porcentaje de piezas firmadas por mujeres en los principales museos de la Comunitat Valenciana se situaba en el 5,19%, un dato que se extrae de la suma de las piezas expuestas en el Museu de Belles Arts de València, el Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante (MUBAG), el Museo de Bellas Artes de Castellón, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) y el propio IVAM. “La desigualdad es el principal enemigo de la diversidad”, afirmó Enrique Bustamante, Catedrático de Comunicación Audiovisual y Director del Informe. Pero no solo se trata en el estudio la desigualdad de género, también de acceso a una cultura que ahora tiene que tener en cuenta siempre las nuevas tecnologías. Y es que la brecha digital sigue siendo un reto en un país en el que, según los datos del estudio de AIMC, un 77,4% tiene conexión a Internet en el hogar, es decir, que un 22,6% no. Tanto el acceso como los cambios de formatos han devenido en un panorama cultural novedoso que, sin embargo, todavía no está controlado por una legislación que va por detrás de la realidad. De esta brecha sabe bien Jaime Torres, Director General del ESAT (Escuela Superior de Arte y Tecnología), que lidia en un sector al que mercados como Estados Unidos o Reino Unido llevan décadas de ventaja.
La lista de peticiones al Ministro de (Educación) Cultura (y Deportes), Íñigo Méndez de Vigo, va engrosando conforme pasan los meses aunque, tal y como detalló Inmaculada Ballesteros, Directora del Observatorio de la Cultura y la Comunicación de la Fundación Alternativas, las peticiones no dejan de ser concretas. La rebaja del endiablado IVA cultural; la Ley de Mecenazgo; un mayor control por lo que respecta a la propiedad intelectual y potenciar la tarea de “prevención”; un Pacto de Estado por la Cultura que garantice una “política de mínimos” o el Estatuto del Artista son algunas de esas concreciones que esperan respuesta. Con respecto a este último, cabe recordar que el pasado mes de febrero se puso en marcha la subcomisión en el Congreso de los Diputados para poner en marcha el documento, un estatuto que también tendrá su versión valenciana, pues se está generando a la par desde la Conselleria de Cultura. Con una lista de necesidades que cada vez se hace mayor y un malestar que no baja parece clara la razón del suspenso, ¿qué hacemos?