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Primer gran proyecto de la firma tras la entrada de atitlan

La renacida NAU será el gestor urbanístico del PAI del Grao

9/05/2018 - 

VALÈNCIA. Nuevas Actividades Urbanas (NAU) regresa a lo grande. Según revelan fuentes de Atitlan, el grupo inversor que -junto a Gesfesa- controla la firma inmobiliaria desde hace un año, NAU se convertirá en el gestor urbanístico del PAI del Grao de València, el de los terrenos del fallido circuito de Fórmula 1.

En consecuencia, la gestión de estos 300.000 metros cuadrados por construir de la fachada marítima de València será el primer gran proyecto urbanístico de la renacida NAU, que precisamente aspira a liderar el desarrollo del suelo propio y para terceros en el mercado inmobiliario valenciano.

En este caso Atitlan también lidera la alianza empresarial que se adjudicó un 33% de los terrenos del PAI del Grao en el marco del concurso de acreedores de la mercantil Acinelav Inversiones 2016, de modo que hará de gestor de unos terrenos en los que tiene intereses directos. Los otros dos tercios del espacio están en manos de Adif, que ostenta otro 33%, y en las de pequeños propietarios que controlan la porción restante.

Al desarrollo del espacio le resta todavía el largo proceso de que se aprueben las modificaciones en el planteamiento municipal anunciadas por el Ayuntamiento de València y que, como contemplan todas las partes, el consistorio renuncie a la gestión directa del PAI -en la actualidad atribuida a la firma pública Aumsa-, dejando paso a la creación de una una agrupación de interés urbanístico.

Por descontado, Atitlan y sus socios (el fondo británico Hayfin Capital, la familia Martinavarro y el empresario Francisco Martínez, todos ellos agrupados en la sociedad Valere Reoco, con sede social en Barcelona) aspiran a liderar la gestión de un PAI en el que han invertido alrededor de 30 millones de euros, una gestión que recaerá finalmente en NAU.

Adif, por su parte, está adoptando un rol menos activo, aunque con la clara intención de conservar por el momento sus inmuebles para revalorizarlos conforme avance la actuación. El tercio restante de pequeños propietarios está muy atomizado como para liderar la gestión. De hecho Atitlan y sus socios negocian nuevas compras de suelo dentro de esta porción del PAI para hacerse con más terrenos de calidad en el lugar.

Atitlan estima que las cargas de los terrenos ascienden actualmente a alrededor de 110 millones de euros, ello teniendo en cuenta todos los trabajos a realizar y los 45 millones del coste de la construcción del circuito urbano de Fórmula 1 abandonado en el lugar, un coste que abonó la Generalitat y que el Ayuntamiento de València acordó en su día repercutir a los propietarios del suelo cuando desarrollen el espacio.

No obstante, como viene subrayando este diario, el consistorio analizará qué infraestructuras construidas son realmente exigibles a los dueños, de modo que se se prevé una cifra inferior para los propietarios del suelo -si bien el Ayuntamiento sí deberá hacer frente a la totalidad del pago a la Generalitat-.

Vocación de permanencia

Atitlan pone este movimiento como ejemplo de su vocación de permanencia en NAU. Según aseguran, su entrada en la compañía no persigue otro fin que el de sacarle el máximo rendimiento a la labor que mejor sabe hacer desde sus inicios: la gestión de activos inmobiliarios, del suelo en particular.

Junto a Gesfesa, Atitlan controla el 79,66% de NAU a través de la sociedad Demeter Aurea SL, que tiene como socios a Sabadell Real Estate Developement SL (15,22%) y a Multiactividades Reunidas SL (5,12%). La empresa participa en importantes inmuebles entre los que se encuentran los centros comerciales Aqua y Arena Multiespacio.

Según detalla el grupo inversor de Aritza Rodero y Roberto Centeno -este último yerno de Juan Roig-, NAU es "un experimentado gestor de activos inmobiliarios, orientado de manera prioritaria a proyectos de gestión de suelo (terciario y residencial) de alto valor añadido".

"Tenemos una visión de largo plazo independiente de los ciclos económicos concretos, y nuestro plan de negocio persigue un crecimiento sólido y estable a medio y largo plazo con la gestión de suelo tanto propio como de terceros", subrayan.

En esta línea, Atitlan indica que cuando accedió al control de la compañía su deuda era de alrededor de 200 millones de euros, entre ellos un total de 80 millones correspondientes a al afianzamiento de empresas participadas.

Al cierre de 2017, tras operaciones de desinversión como la venta de tras parcelas de la sociedad MAI o la de su participación en el casino Cirsa Valencia, el montante se ha reducido a alrededor de 95 millones, de los cuales 35 corresponden al afianzamiento de filiales. A la espera del cierre oficial del ejercicio, la mercantil estima que registrará unas pérdidas de alrededor de 60 millones de euros.

El objetivo es reducir la deuda total a 20 millones al cierre del presente 2018, año en el que la nueva NAU prevé empezar a crecer. Atitlan subraya que cuenta en NAU con un equipo gestor de 13 personas "con más de 18 años de experiencia y más de 80 ámbitos gestionados".

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