VALÈNCIA. No es una enmienda a la totalidad. Que el Ayuntamiento haya pedido una revisión de la ampliación de la V-21 no significa que no se quiera la infraestructura. Que se haya solicitado una alternativa, que se haya pedido que paralice el proyecto, no significa que se pretenda retrasar. Es por ese motivo que el consistorio anunció este martes, a través de un comunicado, que una delegación del Ayuntamiento de València y de la Generalitat se trasladarán el viernes al Ministerio de Fomento “para sacar de cualquier duda a la administración central” respeto a las obras de ampliación.
La delegación del Ayuntamiento de València, que acudirá junto a la Generalitat al Ministerio de Fomento, estará integrada por parte del consistorio de la concejala de Patrimonio, María Oliver; el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Vicent Sarrià; y el asesor del alcalde en materia urbanística. Está previsto que mantengan una reunión con el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda.
Ya este viernes el alcalde, Joan Ribó, mostró la disposición del consistorio a reunirse “con quien haga falta”. Porque el Ayuntamiento no renuncia a la ampliación a 3 carriles de la V-21, ni se desprecia la inversión; está la situación como para renunciar a ella. Lo que el Ayuntamiento quiere e insta al Ministerio es a que la obra se realice “sin arrasar con la huerta productiva de València y Alboraia”, según el propio alcalde. Y aunque fuentes del gobierno municipal admitieron que “está complicado”, en el Govern de la Nau piensan que merece la pena intentarlo.
Para explicar este matiz, en la reunión se trasladará al Ministerio un estudio donde se propone una alternativa para reducir el impacto sobre la huerta entre un 50% y 60% sobre las previsiones iniciales del gobierno central. El alcalde de València ha explicado que propondrán al Ministerio de Fomento esta alternativa, con un menor impacto ambiental y paisajístico sobre una “huerta que es patrimonio de todos los valencianos y valencianas, y que debemos proteger, al mismo tiempo que podremos dar luz verde a una infraestructura que València espera desde hace demasiados años”, dijo.
Desde el Ayuntamiento son conscientes de la necesidad de la ampliación del cuello de botella que supone la reducción de 3 a 2 carriles de la vía V-21 a su entrada en València. De hecho, recordaron fuentes municipales, fue apoyado por Compromís y PSOE en el Parlamento. La cuestión es que se pide al Ministerio una nueva orientación de esa propuesta para lograr que construirla no implique destrucción de tierras de cultivo.
En este sentido, Ribó explicó que “València no se puede someter a una disyuntiva entre una infraestructura que arrase con todo a su paso o nada y más cuando hay alternativas perfectamente viables”. Para Ribó las alternativas que manejan son válidas y se trata de “una propuesta seria” que defiende de los intereses de la ciudad, “tanto en infraestructuras como en conservación del paisaje y medio ambiente”.
Tanto el Ayuntamiento de València como el de Alboraia (en este caso por unanimidad de los grupos municipales) han acordado medidas de reducción del impacto de la ampliación de la V-21 sobre la huerta. La moción aprobada por el Pleno del Ayuntamiento de València este octubre acuerda “instar al Gobierno Central al mantenimiento de la inversión estatal aprobada para el proyecto de ampliación a tres carriles de la V21, realizando un estudio previo que favorezca la movilidad colectiva y sostenible de futuro, desvinculado de toda implicación con el descartado nuevo acceso Norte al Puerto de València”.
Para Ribó, “lo que sí hay que impedir es la construcción de un acceso Norte al Puerto, que llenaría de camiones los barrios marítimos, además de destruir la huerta”. Pero sobre todo el alcalde insistió en que “en ningún momento se pide paralizar ninguna inversión” sino que se solicita “un modificado del proyecto” que no implica tener que repetir todo el procedimiento, ni retrasar “excesivamente” la obra.