VALENCIA. Han conseguido que les dejen entrar de nuevo en su casa. Lo han logrado. Por segunda vez la Justicia ha fallado a favor de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia y ha obligado a esta institución a readmitirles con todos los honores. En estos momentos una comisión paritaria, conformada por miembros del equipo del actual rector, Francisco José Mora Mas, y componentes de la asociación, están negociando los términos de la reincorporación, según admitieron este martes desde la institución académica. Una comisión que no hace sino dar cumplimiento a una reciente sentencia judicial del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
La historia se remonta al 30 de marzo de 2011, fecha en la que el entonces rector, Juan Juliá, decidió de manera unilateral rescindir el convenio con la Asociación de Antiguos Alumnos. Dicho convenio tenía una vigencia de casi 20 años, ya que había sido firmado el 2 de julio de 1992. La agrupación era de carácter privado e independiente. Cobraba entonces 39 euros anuales a cada abonado y a cambio daba sus servicios como asociación, al tiempo que gozaba de una serie de beneficios para poder llevar a cabo sus fines. Entre otras cuestiones la Politécnica debía proveerles de un local, líneas de teléfono y fax, equipamiento informático, mobiliario de oficina…; tenían acceso al uso de los servicios administrativos de la institución (material de oficina, fotocopias, correos…); y, además, debían contar con una persona del cuerpo administrativo de la institución para todas sus tareas. A cambio, ellos ofrecían servicios y asistencia de muy diferente tipo a los antiguos alumnos.
Desde la Universidad Politécnica se justificaba la decisión de cancelar el convenio en el hecho de que desde 2005 había puesta en marcha otra asociación de antiguos alumnos, el Servicio Alumni-UPV. Siempre según la entidad, se trataba de racionalizar los servicios y evitar duplicidades. Pero ya entonces los miembros de la asociación de antiguos alumnos denunciaron en sus escritos que tras este golpe de mano existía un afán de controlarles y como ejemplo se citaba el hecho de que la junta directiva de la asociación se elegía democráticamente, todos los asociados podían acceder a ella, y sus órganos de gobierno no estaban sometidos a los equipos rectorales, disponían de autonomía; pero por el contrario, en la nueva asociación de antiguos alumnos creada por Juliá el presidente lo elegía el rector.