VALÈNCIA. Desde que el pasado Consejo Ciudadano Valenciano pusiera la fecha del Vistalegre autonómico -14 de mayo-, el sector crítico con el secretario general de Podemos en la Comunitat, Antonio Montiel, ha empezado a mover las fichas en el tablero. Si en la previa de la ejecutiva de los morados se planteó forzar la disolución del órgano, ahora han dado otro paso. Los críticos lanzaban este viernes un documento -como paso previo a la presentación oficial de la candidatura propia- para el cónclave valenciano. Pese a que ninguno ha ocultado antes sus diferencias con la dirección actual, con este manifiesto se ratificaban los nombres del sector opuesto al líder de Podemos en la autonomía.
A los pocos minutos de abrirse la plataforma, el texto contaba apenas con 20 firmas: las de sus impulsores, los diputados autonómicos que tienen poca o nula sintonía con Montiel y otros cargos de la formación a nivel municipal. Por primera vez eran ellos mismos los que se descubrían firmando con sus nombres y apellidos un proyecto con una lista que aglutina a todo sector crítico con el líder de Podemos en la Comunitat.
Entre ellos no faltaba la exsecretaria de Organización, Sandra Mínguez, a quien Montiel destituyó vía Telegram el pasado mes de julio o la expresidenta de la Comisión de Garantías de Podemos, Teresa Díaz; cargo que perdió tras la disolución del órgano al dimitir dos de los cinco miembros que quedaban activos en la comisión -cercanos a la actual dirección- a raíz de un dictamen que exponía una serie de "irregularidades" en algunos procesos de contratación de la formación morada.
A la diputada autonómica y portavoz de Educación de los morados en Les Corts, le siguen otros compañeros de escaño como César Jiménez –también secretario general de Podemos en Catellón- y Antonio Estañ o los miembros del CCV, Kepa Basabe y Carla Monleón. Además de otros rostros visibles en el ámbito municipal como la concejala de Educación y Vivienda en el Ayuntamiento de Valencia, María Oliver; su asesor, Ximo Flores; la concejala en Petrer, Neus Pineda; el secretario general de Podemos Valencia, Jaime Paulino; y los senadores por València y Alicante, Ferrán Martínez y Vicenta Jiménez, también se han adherido al manifiesto.
Sin embargo, hay destacadas ausencias. No le siguen otros compañeros en el parlamento valenciano como Cristina Cabedo y Daniel Geffner que, a pesar de mostrarse críticos en su momento con el rumbo de Podemos y el liderazgo del secretario general, parece que, por el momento, juegan su partida particular. Cabedo dimitió del Consejo Ciudadano Municipal de Castellón -municipio de donde es originaria- y Geffner aparecía un día después de la Asamblea Ciudadana Estatal en una lista de militantes de Podemos que buscan ser "alternativa a las corrientes oficialistas que hoy gobiernan los órganos autonómicos". Una facción dentro de la corriente interna de los Anticapitalistas que celebrarán su próxima asamblea este fin de semana en la sede de Intersindical de Alcoi.
El texto Actualitzar Podem. Aprofundint el canvi no sólo se limita a exponer los cambios que desean internamente y a detallar qué rumbo político quieren para la formación en la Comunitat. El círculo de Montiel no se libra de las críticas en el documento. De hecho, cuando se relatan los motivos por los que nace el manifiesto, se carga duramente con la gestión llevada a cabo por la dirección valenciana, aunque sin mentarlo explícitamente.
Así, por ejemplo, a pesar de que reconocen que el partido morado ha jugado "un papel determinante para desalojar al PP de la Generalitat y de un gran número de ayuntamientos", o que con el Pacte del Botànic se han dado "pasos importantes", también apuntan a que se deben "redoblar los esfuerzos y aumentar" la exigencia "en la implementación de políticas valientes que reviertan el modelo de país construido durante décadas por el Partido Popular".
Subrayan, además, que Podemos no puede jugar "un papel testimonial en el cambio valenciano". Un argumento, -el de que los morados no están siendo lo suficientemente exigentes con el Consell, sino que están apoyando su gestión pese a que declinaron entrar en el Gobierno valenciano- que han esgrimido algunos diputados críticos en diversas ocasiones en Les Corts.
Para cerrar el texto hacen un diagnóstico de lo que ha pasado estos dos últimos años en Podemos. Un análisis en el que se expone que la fuerza morada se ha ido reduciendo debido a tres factores: "Invisibilización del trabajo institucional, el debilitamiento de la participación interna y la falta de política de movimiento" que les ponga en contacto con la sociedad. Además, también denuncian el "vaciamiento de los círculos" y el "excesivo poder de la secretaria general", algo que circula en paralelo a la anhelada dirección coral que piden los críticos.
Con la intención de que la gente se vuelva a enamorar e ilusionar por el proyecto, los críticos plantean un Podemos "arraigado al territorio". Para ello, proponen valencianizar la formación y "dotar de recursos y capacidad de decisión a los municipios" de manera que se gane en “proximidad".
Asimismo, apelan al sentimiento que impregnó a la población durante el 15M para "construir una organización popular" y estar "conectados a las necesidades sociales" de la población, de manera que aunque se realice el trabajo institucional de forma "sustancialmente diferente a los partidos tradicionales", se impulse el movimiento popular y se esté a pie de calle. "Levar la política al día a día de la gente", esgrimen, al estilo del proyecto que llevó para el Vistalegre estatal Pablo Iglesias.
Los críticos, además, creen necesario "construir un Podemos feminista" que apueste por la igualdad entre hombres y mujeres, además de por una organización más participativa, diversa y sostenible. Así, la facción opuesta a Montiel ya ha presentado sus bazas, y con una lista que recoge todas las sensibilidades críticas con la dirección valenciana buscan fraguar una candidatura que pueda auparles al poder de la organización el próximo 14 de mayo. De momento, se han adherido en apenas 12 horas 250 personas. Las cartas de la partida en Podemos comienzan a estar sobre la mesa.