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ayuda a los alumnos a mejorar su concentración en los estudios

Meditación en las aulas del Caxton College

26/11/2015 - 

VALENCIA. Tenemos que remontarnos a los años setenta para conocer el origen de esta propuesta terapéutica que, de manera innovadora, puso en práctica en Estados Unidos el profesor de medicina Jon Kabat-Zinn. La apuesta de este doctor neoyorquino, formado en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, consistió en acudir a la milenaria religión budista para despojarla de su componente místico y sumergirse en su parte filosófica como método médico para reducir el estrés en sus pacientes.

Desde entonces, esta técnica ha ido creciendo de manera progresiva hasta convertirse en un fenómeno cada vez más extendido en Occidente. Mindfulness, tal como apunta la psicóloga clínica Isolde Broseta, “es una práctica orientada a la atención plena que supone estar en lo que estás. Sobre todo a ser consciente de que has perdido la concentración sobre lo que estabas haciendo y a saber recuperarla rápidamente”.

Además, Broseta añade que “más que una técnica, mindfulness es una actitud ante la vida”. Pero bien es cierto que para alcanzar esa actitud hay que seguir una serie de técnicas que ayudan a conseguirla. A este respecto, el Catedrático de Psicobiología de la Universidad de Valencia, Vicente M. Simón en su artículo Mindfulness y neurobiología señala que “en la actualidad existen ya diversas técnicas terapéuticas surgidas en la psicología  occidental en las que mindfulness juega un papel destacado”. Incluso, continúa el Dr. Simón, “ya existen bastantes trabajos que han explorado la experiencia del mindfulness con una metodología estrictamente científica y neurobiológica”.

En ese sentido, se ha comprobado que disminuye los niveles de la hormona del cortisol y la presión arterial y que aumenta el sistema inmunológico. Siguiendo este planteamiento, el profesor Simón asegura que “con la práctica prolongada de mindfulness se producen cambios neurológicos duraderos en diversas zonas cerebrales cruciales que acaban modificando una gran cantidad de comportamientos y formas de reacción del individuo”. 

Ayuda al rendimiento de los alumnos

El cultivo de la atención y de la concentración es fundamental para enfrentarse a los estudios y, por ende, a obtener unos buenos resultados académicos. En este terreno, la experiencia del mindfulness ayuda a tomar conciencia de cada instante y de los pensamientos que tenemos para orientarlos al estudio. Digamos que ofrece recursos para orientar a la mente en los momentos en los que se distrae. Es decir, mente y cuerpo se sincronizan.

“El aumento de la concentración trae consigo serenidad. Y el cultivo de la serenidad nos conduce a un aumento de la comprensión de la realidad”, apunta el Dr. Simón en su recomendable artículo. En esta línea de investigación, científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara, al estudiar a un grupo de estudiantes que había practicado mindfulness, determinaron que habían adquirido una mayor habilidad para el razonamiento verbal. De este modo, concluyeron que su práctica mejora las funciones cognitivas del cerebro.

Experiencia piloto en Caxton College

Cada semana los profesores y personal no docente de este centro educativo británico tienen la oportunidad de comenzar el día asistiendo a una breve sesión de mindfulness a cargo de Angela Chapman, profesora de yoga y especialista en esta técnica. Esta experiencia piloto, que se irá ampliando gradualmente, se extiende a los alumnos de Primaria, quienes también trabajan semanalmente está técnica para ir asumiendo su uso diario.

Por otra parte, esta iniciativa, muy desarrollada en colegios de Reino Unido, se imparte en las aulas infantiles (entre 1 y 3 años) donde se invita a los padres para que acompañen a sus hijos en este aprendizaje y puedan seguir practicándolo en casa. Esta metodología, tal como informa la profesora Chapman, “les ayuda a tener paciencia, iniciativa y conciencia de sí mismos, entre otros aspectos”. 

Estudios realizados en escuelas británicas constatan que algunos de los beneficios obtenidos entre sus alumnos pasan por la reducción del estrés, el incremento de la autoestima, la confianza, la concentración y la mejora de su participación en clase siendo más reflexivos y equilibrados.

“Gracias a esta técnica, los chicos cuentan con nuevas habilidades que van más allá de lo académico y se apoyan en la defensa de los valores humanos”, asegura la profesora de mindfulness de Caxton College quien pone en valor una reflexión del actual Dalai Lama que dice así: “cuando educamos las mentes de nuestros jóvenes, no debemos olvidarnos de educar sus corazones”.

Sobre estas cuestiones, Eline Snel, especialista en esta materia y autora del conocido libro Tranquilos y atentos como una rana, comentaba en una entrevista que “incluso niños con diagnóstico de déficit de atención e hiperactividad, para los cuales estar quietos es un problema, consiguen después de pocas lecciones relajarse y concentrarse en los ejercicios que se están realizando”. Por tanto, estamos ante un fenómeno que está en plena fermentación y lentamente “va a modificar sustancialmente la manera de enfocar muchas actividades humanas”, concluye el profesor Simón.

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