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LOS ESCRITORES Y SUS CIUDADES (IV)

Montevideo con Onetti, Vilariño y Benedetti

23/08/2017 - 

VALÈNCIA. Siempre me ha parecido sorprendente que en un lugar tan pequeño como Montevideo sean tantos y tan buenos los futbolistas y los escritores. La relación entre ambas profesiones no es nueva ni insólita. El escritor argentino Hernán Brienza dijo en alguna ocasión que “hay un romance intelectual entre literatura y fútbol”. Autores como Martín Caparrós con Boquita, Roberto Fontanarrosa y sus cuentos de fútbol, el poeta uruguayo Eduardo Galeano con su libro Fútbol a sol y a sombra o el mítico Fiebre en las gradas de Nick Hornby son algunos ejemplos. A mí, el caso que más gusta es el de Pier Paolo Pasolini, que decía que el fútbol era “la última representación sagrada de nuestro tiempo”. Pero basta de hablar de fútbol. Esto es una sección de cultura, de ciudades y de escritores.

Onetti y Vilariño, amor en Montevideo

Casi la misma proporción de hinchas del fútbol hay en Montevideo que devotos del escritor Juan Carlos Onetti. Eso me gusta pensar de vez en cuando. La última ocasión fue cuando devoré el libro La uruguaya de Pedro Mairal, publicado en Libros del Asteroide. Se trata de una novela cortita ambientada en un viaje express a Montevideo desde Buenos Aires y con una uruguaya preciosa como musa. El protagonista no es otro que un trasunto del propio escritor, fracasado y corrupto, que arde en deseos de encamarse con la muchacha. Montevideo es para el argentino Mairal algo así como una 'ciudad de bolsillo', comparada con la mastodóntica Buenos Aires. Esta novelita me hizo recordar la doliente historia de amor de dos uruguayos ilustres que bien podrían haber protagonizado la novela de Mairal: Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño.

Onetti nació el 1 de julio de 1909 en Montevideo, en una casa situada en la calle San Salvador, en el Barrio Sur. Vilariño nació en la calle Inca, entre el barrio de La comercial y Tres Cruces. Les separaban unas cuantas cuadras y algo más. Si Onetti había nacido en uno de los barrios más carnavaleros de Montevideo -allí tiene lugar el Desfile de las Llamadas en el que no dejan de sonar tambores por la ciudad-, Vilariño lo había hecho en el seno de una familia culta. La poeta era hija de Leandro Vilariño, poeta y anarquista. Josefina Romani era su madre, una gran lectora que inculcó a sus hijos -Idea, Azul, Alma, Numen y Poema- sus gustos librescos. Así explicaba Numen Vilariño -hermano de la poeta- esa casa materna a la periodista Leila Guerriero:

—La casa de la calle Inca tenía un patio con jardín.  Un fondo mágico con patitos en un estanque, higuera. Todos hacíamos música. Idea tocaba el violín, yo el piano, mi padre era poeta y nos recitaba poemas después de cenar. De Darío, de Almafuerte. Y pasamos de la calle Inca, con música y plantas y animales, a la calle Justicia, apretados, con el polvo de la cal que nos enfermó a todos.

En un bar de Montevideo se conocieron. Su amor oscuro, bruto y salvaje duró toda una vida. Onetti tenía pareja y poco después de casaría con su esposa Dolly, que le cuidó hasta el final de sus días cuando el uruguayo vino a Madrid como exiliado. El amor con Idea permaneció y ella le dedicó algunos de sus poemas más desgarradores:

Ya no será

Ya no será
ya no
no viviré contigo
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir
.

Santa Maria como nostalgia de Montevideo

El Montevideo de Onetti, sin embargo, fue sobre todo el Montevideo de Santa María, esa ciudad imaginaria que se inventó para anclar los personas de sus libros. En la entrevista que Onetti concedió a Joaquín Soler Serrano en el año 1977 en Televisión Española afirmó que Santa María era un híbrido entre Montevideo y Buenos Aires. Pero lo cierto es que Santa María sería más bien una ciudad soñada mientras que Montevideo sería la ciudad real. Las calles y los edificios de Santa María son huellas de los recuerdos. La ciudad es definida como un “agujero” en el libro Juntacadáveres. Se trata de una “ciudad pequeña” construida junto a un río que hace recordar bien la Bahía de Montevideo. El río de Santa María fue definido así en La vida breve:

“(...) un río, ni ancho ni angosto, rara vez agitado; un río con enérgicas corrientes que no se muestran en la superficie, atravesado por pequeños botes de remo, pequeños barcos de vela, pequeñas lanchas de motor y, según un horario invariable, por la lenta embarcación que llaman balsa y que se desprende por las mañanas de una costa con ombúes y sauces".

Juan Carlos Onetti (Foto: EFE)
La Montevideo benedettiana

Cuentan la crónicas de la época que el día del entierro de Idea Vilariño, en el cementerio no había casi gente. Apenas diez personas. Idea falleció poco más de un mes después que uno de sus grandes amigos, Mario Benedetti. Con él emprendemos una nueva ruta por el Montevideo literario. Se trata de la 'Guía Benedetti' para pasear por Montevideo. Es una joya turística fabricada por la Fundación Mario Benedetti que tiene los siguientes puntos fundamentales:

1. Recorrido de Capurro y Prado, donde se ubica, por ejemplo, el Jardín Botánico o el Parque EL Prado.
2. Recorrido La Aguada, donde se puede visitar el Liceo Miranda donde Benedetti realizó sus estudios secundarios que, por cierto, nunca acabó.
3. Recorrido de Parque Rodó y Punta Carretas, donde se encuentra en Museo Nacional de Artes Visuales o la Playa de Pocitos.
4. Recorrido Ciudad Vieja, escenario de su conocida novela La tregua. Ahí se encuentra el Espacio de los soles que se inauguró en el año 2010 y que rinde homenaje a autores nacionales como Idea, Onetti y el propio Mario.
5. Recorrido Centro. En el número 878 de la Avenida 18 de julio vivió Benedetti junto a su esposa Matilde Ferrugia. También aquí se encuentra el cementerio central o el Bar San Rafael que frecuentaba asiduamente el autor.
6. Recorrido Cordón, en el que se encuentran, entre otros lugares de interés, dos instituciones fundamentales para Benedetti: Biblioteca Nacional y la Universidad de la República.


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