RESTORán de la semana

Muí Alquería

Carlos Moreno lleva casi un año demostrando lo que vale en Muí Rambleta. Ahora acaba de dar el salto a esta alquería cerca del Mareny Blau donde sigue desplegando su arte sobre los fogones 

| 14/07/2017 | 2 min, 26 seg

Carlos prefiere que le llamemos Karlos, con K, en honor al País Vasco y al Basque Culinary Center donde se formó durante cuatro años. El proyecto de fin de carrera tutelado por Jorge Bretón, chef de La Sucursal, lo trajo a Valencia junto a dos compañeros. Aquel proyecto se convirtió en Muí, el restaurante de La Rambleta, un espacio en el que poder picar algo rápido antes del concierto o la obra de teatro, pero también, y esto es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad, donde pegarte un homenaje digno de cualquier estrella Michelin. Es lo bueno de este joven cocinero extremeño, capaz de preparar un día una tarta de cerezas y unas hamburguesas para el estreno en el centro cultural de la nueva temporada de Twin Peaks, y otro, cocinarte unas langostas con salsa tailandesa alucinantes o unas esferas de aceituna al estilo Adrià difícilmente olvidables. 

A esto, súmenle un enclave privilegiado muy cerca del Parque Natural de la Albufera, una alquería reconvertida en un precioso hotel de 11 habitaciones con un patio interior en el que el verano no puede acabar nunca y se podrán hacer una ligera idea de lo que es Muí Alquería. Uno de esos sitios en los que cada detalle cuenta. Lourdes Reyna, que ya se ha encargado de hacerle descubrir al mundo el talento de Carlos Moreno, es la responsable de ello. 

 Muí Alquería tiene una carta equilibrada en la que clásicos como las croquetas de jamón o la ensaladilla rusa (ambas insuperables) se complementan con propuestas más vanguardistas, pescados frescos de lonja, carnes de Luismi y por supuesto arroces. ¡Qué paella de marisco y foie de dos milímetros de arroz, señor! Muí Alquería es la esencia del verano. Uno de esos sitios en los que uno podría retirarse una larga temporada para terminar una novela (de hecho, antes fue una residencia para artistas). Mientras hundo el tenedor en el arroz, miro hacia la pequeña alberca de aguas cristalinas, yo que siempre he odiado las piscinas. Pero esto es otra cosa. Me cuenta Lourdes que están cerrando una carta algo más informal para poder ir a bañarte y comer algo antes o después.  

La alquería es el segundo peldaño de Carlos Moreno hacia la cima. Es joven, tiene tiempo por delante, la formación necesaria y muchas ganas. Síganle la pista. 

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