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nuevas declaraciones de oliver stone

¡¡¡Exclusiva!!!: Lee Harvey Oswald sí mato a JFK (y sin ayuda de nadie)

El 13 de septiembre sale a la venta en EEUU The Oliver Stone Experience. Escrito por Matt Zoller Seitzun, el libro es un repaso a la obra y milagros del famoso director de JFK, Salvador o Platoon. En él, Stone cuenta cómo conoció a un tal Ron (nombre ficticio) y le contó cómo el gobierno orquestó el magnicidio de John F. Kennedy. Ya pero, ¿qué hay de nuevo, viejo?

11/09/2016 - 

VALENCIA.— Teniendo en cuenta que la cantidad de páginas escritas sobre el magnicidio se calcula en el orden de varios millones, es imposible escribir un post del que no puedan rebatirse hasta la erratas. Aún así, todo apunta a que Oswald mató a Kennedy y que lo hizo sin ayuda. Estos son algunos de los motivos para creer en la versión oficial, por mucho que se empeñe Oliver Stone en la tesis del complot.

1.- ¿Qué ha dicho Stone? De momento sólo se sabe lo que ha publicado el Daily Mail, que en la entrevista con Matt Zoller el famoso director habla de un tal Ron (nombre ficticio) que se puso en contacto con él hace años y le contó ciertos  detalles sobre el operativo para asesinar a Kennedy que  consideró creíbles. Pero lo que son pruebas, ni media. Se ignora cuándo habló con el tal Ron (que no puede decir nada porque está muerto), si fue antes o después de la película. Si fue antes, como se deduce de lo que ha publicado el diario británico, podría ser Leroy Fletcher Prouty (1917-2001), un excoronel que le sirvió de asesor e inspiró el misterioso señor X de la película (es el personaje interpretado por Donald Sutherland). El militar fue autor del libro JFK : The CIA, Vietnam, and the Plot to Assassinate John F. Kennedy (1992) —con prólogo de Stone— y entre las peculiares teorías que le hicieron famoso están las de que el hubo un segundo tirador en Dallas (que disparó balas de fogueo), que el petróleo no es un combustible fósil o que Roosevelt también fue asesinado y por orden de Churchill. Otro candidato es el exagente de la CIA Robert Morrow, una de las fuentes del famoso Jim Garrison (en cuyo libro se basa, en parte, la película), que en su día ya aseguró haber participado en el asesinato. También puede ser que Stone se lo haya inventado y se haya quedado tan fresco.

2.- La versión oficial: Lo primero que viene a la mente es la Comisión Warren, pero también hay que añadir el informe previo del FBI, el del Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos (HSCA por sus siglas en inglés), los documentos hechos públicos por el Assassination Records Review Board, y (en menor medida) el Senate Select Committee to Study Governmental Operations with Respect to Intelligence Activities (conocido como el Comité Church) o el  Senate Select Committee on Intelligence. El más importante es el HSCA que valida el 99% de lo que dijo la Comisión Warren pero añade quela evidencia científica acústica establece una alta posibilidad de que dos tiradores dispararan al presidente John F. Kennedy. Otras evidencias científicas no excluyen la posibilidad de que dos tiradores dispararan al presidente (…)”. Eso sí, añade que el tirador falló. El problema es que esa posibilidad se basa en una prueba hoy totalmente desacreditada (un audio que ni siquiera se grabó en el lugar ni en el momento en el que se cometió el crimen). El mismo informe apunta que ni el gobierno ruso, ni el cubano, ni el servicio secreto, ni el FBI ni la CIA tuvieron nada que ver. Los anticastristas o el crimen organizado, como organizaciones, tampoco, aunque no excluía que alguno de sus miembros participara a título individual. Así, los únicos sospechosos que quedan son los pitufos.

3.- La versiones alternativa. El principal problema es que no hay una teoría alternativa sino cientos, muchas de ellas excluyentes este sí, y algunas absolutamente pintorescas. Como dijo el abogado Vincent Bugliosi, a lo largo de la historia se ha acusado a 42 grupos, 82 asesinos y  214 cómplices (entre ellos, el padre del actor Woody Harrelson, asesino a sueldo de profesión, que se autoinculpó). La más extendida (gracias a la película) es que agentes de la CIA que odiaban a JFK por el fiasco de Bahía de Cochinos, cubanos anticastristas y elementos de la mafia participaron en alegre biribilketa en el magnicidio. Otros dicen que fue orden de Lyndon B. Johnson y sus amigos texanos del lobby del petróleo o una orden del ‘triangulo de hierro’ (la alianza entre el congreso, la industria de defensa y el ejército ) que no quería que el presidente iniciara la retirada de Vietnam (otro mito); el gobierno cubano… Luego hay otras más floridas como que fue un atentando organizado por los masones (el tiro de gracia lo dio el chófer), que fue una conspiración de homosexuales que odiaban a JFK porque representaba todo lo que ellos no eran (Jim Garrison dixit) o que le quitaron de en medio porque iba a hacer público datos que confirmaban la existencia de extraterrestres. Hay quien apunta que lo atropelló un conductor borracho.

4. ¿Quién era Oswald? Para poder defender la teoría de la conspiración, algunos han centrado su esfuerzo en desdibujar a Oswald hasta el punto de hacerlo irreconocible y convertirlo en un simplón que no fue más que un cabeza de turco. Falso. Nacido pocos meses antes de la muerte de su padre y con una madre sobreprotectora, pasó toda su infancia cambiando de colegio y residencia, y sin hacer amigos duraderos. Con una inteligencia superior a la media (aunque no la usaba mucho), disléxico, siempre mostró su rechazo a cualquier tipo de jerarquía (aunque luego ingresó en los Marines). Desde adolescente se sintió atraído por las ideas socialistas y marxistas, probablemente para llamar la atención. De adulto fue un maltratador que intentó impedir a su mujer Marina que aprendiera inglés (era rusa) y que le pegaba incluso estando embarazada. En el KGB lo consideraban un lelo y alucinaron cuando se enteraron de que había matado a JFK y eso que en marzo de 1963 casi asesina al general Edwin Walker disparándole con un rifle (falló por milímetros). Su plan maestro para acabar con el presidente incluía acudir al trabajo en el coche con un amigo y con el rifle bajo el brazo (envuelto en papel), y fugarse en autobús. Un mastermind.

5. La ‘bala mágica’. Oswald disparó tres veces al presidente, pero sólo dos balas alcanzaron su objetivo y la otra (probablemente la primera) nunca apareció. Una dio a JFK en la garganta y la otra (conocida como la prueba CE 399) atravesó la cabeza del presidente y el cuerpo al  al gobernador John Connally (le rompió incluso una costilla). Horas después, apareció intacta en una camilla del hospital Parkland. Las duda son dos. La primera, la trayectoria: ¿hizo esa bala un giro imposible para herir a las dos personas? La respuesta es no, un único proyectil causó todas las heridas. La otra es si la prueba CE 399 es realmente la bala que mató a JFK e hirió a Connally. Aquí hay opiniones para todos los gustos y lo único cierto es no se ha podido demostrar con toda certeza que lo sea.

6.- La CIA:  La compañía ha mentido desde el principio como ella misma acabó por reconocer. De hecho, la primera teoría conspiranoica (una que apuntaba a Cuba) salió en un diario de anticastristas financiado por ella. Ocultó datos a la Comisión Warren al no informarle de los varios intentos para asesinar a Castro y nombró de enlace con la HSCA a George Joannides sin decir que había sido su hombre en México cuando Oswald hizo su polémica visita para intentar llegar a La Habana. Por cierto, se suele olvidar que San Robert Kennedy (fiscal general y exmano derecha del senador Joseph McCarthy) fue quien pactó con el presidente Lyndon B. Johnson que Allen Dulles (exdirector de la CIA) formara parte de la Comisión Warren. Kennedy sabía todo sobre los intentos de matar a Castro ya que algunos los había supervisado él.

7.- La mafia: Que la mafia y la CIA colaboraron en los planes para matar a Castro está tan acreditado que no merece ni un link. Los principales sospechosos siempre han sido Carlos Marcello (el capo de la mafia de Nueva Orleans) y Santos Trafficante (su homólogo en Florida y La Habana). Al primero le grabaron en secreto conversaciones sobre el tema años después, pero ninguna era incriminatoria. Además, entre 1959 y 1965 el FBI consiguió instalar micrófonos ocultos en el cuartel general de uno de sus socios, Sam Giacana (el capo de Chicago), y aunque hay grabaciones en las que distintos padrinos hablaban del crimen, en ninguna nadie reclamó la autoría ni dudó de la autoría de Oswald o de que hubiera actuado solo. ¿Y Jimmy Hoffa, el famoso sindicalista desaparecido? Odiaba a Robert pero no a John, y aunque lo hubiera matado bien a gusto rechazó todas las propuestas para asesinarlo que le hicieron. Además, cuando Hoffa solicitó a Trafficante y a Marcelo permiso para asesinar a un rival se lo denegaron por ser “demasiado peligroso”. Matar a JFK lo era mucho más así que es poco creíble pensar que se lo permitieron.

8. El viaje a México: Hay dos fechas cruciales a la hora de rebatir que Oswald tuvo cómplices. La primera es la de su viaje a México para intentar conseguir llegar a Cuba y, desde ahí, volver a desertar a la URSS. El futuro magnicida inició el viaje varios días antes de que JFK anunciara su plan de visitar Texas (los lugares y las fechas se anunciarían todavía más tarde). Si su plan para regresar a Rusia vía La Habana consiguiendo el visado en la embajada cubana de México hubiera tenido éxito, no hubiera estado en la capital de Texas el 22 de noviembre y no hubiera podido matar la presidente. Aún así, el viaje a México sigue siendo el punto más oscuro del caso ya que aquí nace la teoría del ‘segundo Oswald’ y la de la posible (aunque más que improbable) conexión del régimen castrista con el atentado.

9.-  El trabajo en la librería: El 4 de octubre Oswald pidió trabajo como mecanógrafo en la Padgett Printing Company en respuesta a un anuncio que vio en la prensa pero fue rechazado. En días posteriores, a instancias de la oficina de empleo, acudió a entrevistas de trabajo en la Solid State Electric, en la Texas Power and Light y en la Burton-Dixie pero fue rechazado en todas. Finalmente, y gracias a una amiga de su mujer, el 15 de octubre consiguió un empleo en la School Book Depository. Le ofrecieron dos opciones en dos edificios separados por varias manzanas: mantenimiento en un almacén o llenar cajas con pedidos. Optó por el segundo, que es donde trabajaba cuando mató a Kennedy. Sin embargo, hasta el día 15 de noviembre no se decidió la ruta que el presidente seguiría durante su visita a Dallas. Probablemente ese fue el día fue decidió que cometería el asesinato. Lo contrario implica que todos los que rechazaron sus solicitudes de empleo y la amiga de su mujer formaban parte de la conspiración.  

10. Jack Ruby: Dueño de un bar de striptease de mala muerte, tenía amigos policías y mafiosos de cuarta fila, pero su fama de bocazas y su carácter impredecible le convertían en el candidato menos idóneo para una conspiración. El día del asesinato de Oswald hace un envío de dinero a una de sus trabajadoras (11:17), tras 15 minutos de cola, y a las 11:21 h. comete el asesinato en uno de sus clásicos arrebatos de ira. Si hubiera tenido que esperar más, no habría podido matarle. Además, si había un plan, el propio Oswald hubiera tenido que estar en el ajo: a última hora pidió cambiarse de ropa antes de ser trasladado a prisión. De no haberlo hecho, Ruby también hubiera llegado tarde. Por otra parte, el traslado debía haber tenido lugar sobre las 10 de la mañana, pero se retrasó porque el último interrogatorio se alargó en exceso. Nada indica que Ruby hubiera premeditado su acción.

Conclusión: ¿Caso cerrado? Aunque a día de hoy no hay una sola prueba digna de tal nombre que haga dudar de la teoría de que Oswald actuó solo, la cosa podría cambiar en noviembre de 2017 (aunque es altamente improbable). En esa fecha se acaba el plazo para que se hagan públicos todos los documentos relacionados directa o indirectamente con el magnicidio y que todavía hoy permanecen clasificados: en total, 3.063. Sólo la CIA ha reconocido que guarda 1.110 archivos (50.000 páginas) sobre el tema referidos a Howard Hunt (uno de los fontaneros del Watergate y que se autoinculpó en el magnicidio antes de morir), George Joannides y otros varios agentes que vigilaron a Oswald en México. Quizás salga algo nuevo, pero es complicado: desde que se estrenó JFK se han publicado cientos de miles de páginas relacionadas con el caso y ninguna ha cambiado nada. Es de suponer que lo ha visto la luz hasta la fecha es lo menos comprometedor y que lo más interesante está por llegar. O no.

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